Tienen entre 12 y 14 años, les apasiona el fútbol y el pasado fin de semana lograron una gesta para el deporte femenino: se proclamaron campeonas de Liga compitiendo contra equipos exclusivamente masculinos. En España solo lo habían logrado antes las infantiles del Rayo Vallecano.

Ahora, las jugadoras del AEM Lleida, el único club femenino de su categoría, el grupo 3 de la segunda infantil catalana, han confirmado que las chicas también pueden plantar cara con el balón en los pies.

"Su motivación es brutal. A estas niñas les encanta el fútbol. Entrenamos tres días a la semana, pero si les pusiéramos cinco días de entrenamientos, también los harían a gusto. Viven por y para el fútbol y al final eso ha sido la clave de su éxito", asegura su entrenador, Dani Rodrigo, que empezó su carrera dirigiendo a equipos masculinos pero desde hace cuatro años trabaja en el fútbol femenino.

Desde su experiencia, asegura que "las chicas son mucho más constantes y trabajadoras" en los entrenamientos: "Si les dices blanco, es blanco. Los chicos son más anárquicos y van un poquito más cada uno a su bola. Ellas van todas en la misma línea como un equipo. Son una piña y eso se nota también en los resultados".

La fuerza física es el gran hándicap de las chicas a la hora de competir contra chicos, incluso en categorías infantiles, pero ellas tienen otras virtudes. "La capacidad física de una niña no es la misma que la de un niño, pero lo hemos compensado con calidad técnica, sistema táctico, estrategia... hemos reforzado nuestras virtudes para igualar las fuerzas", cuenta Rodrigo, que destaca especialmente la superioridad técnicas de sus jugadoras: "La calidad individual de esta generación de niñas es espectacular. Tienen más técnica que los niños de su edad. Sin esa técnica habría sido imposible ganar la Liga".

El AEM Lleida cuenta con más de 100 chicas federadas y con 6 equipos femeninos, uno de ellos compitiendo en la Segunda División nacional.

Desde hace tres años trabajan "con una metodología de entrenamientos exclusiva del fútbol femenino" para potenciar así las virtudes de las jugadoras, explica José María Salmerón, coordinador general del club: "Los entrenamientos son un poco distintos porque en el fútbol femenino el balón es mucho más importante. Ellas no tienen tanta potencia física ni cubren tanto espacio en el campo, pero si son lo suficientemente ágiles con el balón para que este corra muy rápido es cuando les crean problemas a los chicos".

No obstante, a pesar de la menor capacidad física, las chicas del AEM Lleida no se achantan en los partidos, destaca su entrenador: "Son igual de duras que los niños. Saben que el fútbol es un deporte de contacto y si tienen que meter la pierna, la meten. No se cortan".

A pesar de haber ganado la Liga con una superioridad aplastante, solo han cedido una derrota y dos empates en toda la temporada, también han tenido que soportar algún comentario machista en campos rivales.

"Por mucho que la cosa se vaya normalizando siempre hay alguien que suelta un comentario fuera de lugar. Los padres, y curiosamente también las madres, son siempre los peores. La última vez fue por culpa de una madre, que no paraba de insultar a las niñas desde la grada. El árbitro amenazó al delegado de campo con suspender el partido si no se callaba", recuerda José María.

"Con los niños, en cambio, casi nunca hemos tenido problemas. Si a los chavales no los contaminas, ellos solo quieren jugar al fútbol y les da igual si es contra niñas. Lo tienen mucho más normalizado que los padres", añade.