Las claves del renacer de Nadal

Nadal devuelve una bola a Dimitrov durante su choque de semifinales.
Nadal devuelve una bola a Dimitrov durante su choque de semifinales.
EFE
Nadal devuelve una bola a Dimitrov durante su choque de semifinales.

Con su victoria ante Dimitrov en la semifinal de Australia, Rafa Nadal regresa a la final de un Grand Slam tres años después y lo hace hecho una furia y desplegando un juego que recuerda la mejor época del tenista balear.

Se le esperaba desde hace mucho tiempo, pero, ¿estamos ante la vuelta definitiva del mejor Rafa? ¿Qué ha cambiado para que ahora brille con más fuerza?

Estas son algunas claves del renacer del exnúmero uno del mundo.

- Buen físico. Después de un año de lesiones, el balear hace recordar al tenista de antaño. Tras ganar los dos primeros encuentros en Melbourne Park sin ceder un set, Nadal demostró en los cuatro últimos, de desgaste total contra el alemán Alexander Zverev, el francés Gael Monfils, el canadiense Milos Raonic y el búlgaro Gregor Dimitrov, que todo es posible. Su físico parece estar al nivel que la cita australiana requiere, pero el recuerdo de Brisbane le mantiene alerta.

- Juego más profundo y agresivo. "Necesito estar muy concentrado con mi saque y jugar agresivo. Si no lo soy, estoy muerto", dijo Nadal en la previa ante el canadiense. Dicho y hecho, porque su juego se basa en eso. Atacar y, cuando hay que defenderse, hacerlo también de forma agresiva hasta desquiciar al rival dominando con su derecha desde el fondo de la pista. Muy rápido, con un gran servicio, restando como hacía mucho que no lo hacía, plano, con un golpe seco mortal, siempre encima de la bola y dominando los intercambios. Así se define en cómputo global el juego de Rafa en Melbourne.

- Un arma: su nueva raqueta. El campeón de 14 grandes juega con una raqueta con más peso en la cabeza para aumentar la potencia en sus golpes. "Son pequeños ajustes y cosas que uno va añadiendo para buscar algo más. He añadido un poquito de peso en la punta de la raqueta para conseguir un poco más de daño en mis golpes. Sobre todo en el saque y en el drive", confirmó el propio tenista balear.

- Enlazar grandes partidos y confianza. Nadal no es jugador de inspiraciones o de momentos concretos. Necesita regularidad y enlazar varios partidos que le den la confianza necesaria para afrontar con ilusión el siguiente, algo que está logrando en el primer Grand Slam de la temporada. Gracias a ello, el balear ha alcanzado de nuevo unas semifinales del Grand Slam después de tres años. No lo hacía desde el Garros de 2014.

- Posibilidad de mejorar en la ATP. Sin un dominador claro en el circuito, todo (o casi) lo que consiga Nadal este año será para escalar puestos en el ránking. Djokovic no es el que era desde Río y ni siquiera Murray, el nuevo rey del tenis, da muestras de regularidad. Actualmente, Nadal es el noveno en la ATP y con muchos puntos por ganar para dar un gran bocado a la clasificación mundial. Si ganara la final, acabaría en el quinto puesto del mundo.

- La compañía de Carlos Moyà. El balear decidió dar nuevos aires a su equipo técnico con la incorporación en diciembre del extenista, que ya trabaja junto a Toni Nadal y a Francis Roig por el bien del manacorí introduciendo ejercicios nuevos antes nunca realizados por Nadal en los entrenamientos. "Moyà ha venido con algunos ejercicios nuevos. Es cierto que yo soy mucho de pelotear y pelotear en los entrenamientos, pero desde que ha llegado Carlos lo estamos haciendo menos, probando cosas más específicas", dijo el tenista de Manacor.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento