No hay verano sin culebrones en el fútbol español. Este no iba a ser una excepción, y a horas de que empiece la competición son muchos los movimientos de nombres que se han producido, se siguen produciendo y se producirán hasta el próximo 31 de agosto, cuando el mercado eche el cierre hasta enero. Pero sin duda un hombre ha estado por encima del resto a lo largo de este periodo: Neymar Jr.

El PSG ha hecho explotar el mercado pagando la cláusula del jugador brasileño. Unos 222 millones de euros que el Barcelona todavía está gestionando con el objetivo de cerrar una plantilla competitiva, en la que la baja del carioca se note lo menos posible. El cuadro de

Valverde ha cerrado tres fichajes: Nelson Semedo llega para reforzar el lateral derecho, y Paulinho lo hace para sumar físico en el centro del campo. A ellos hay que unir el regreso de un Gerard Deulofeu que buscará hacerse un hueco al lado de Messi y Luis Suárez.

Eso sí, el hueco que ha dejado Neymar –además de toda la polémica que ha levantado- tiene que ser llenado con otro futbolista de renombre. Y en este caso el cuadro culé maneja dos: Philippe Coutinho y Ousmane Dembelé. ¿El problema? El dinero. Precisamente el traspaso del '11' del Barça ha provocado una revalorización disparatada de los grandes jugadores, por lo que la directiva azulgrana se verá casi obligada a desembolsar entre 100 y 150 millones por cada una de las dos perlas.

El sustituto más claro de Ney es Dembelé: el francés, de 20 años, puede jugar en cualquiera de las dos bandas –aunque si llega será para ocupar la izquierda- y es puro nervio. Destaca por su desborde y por su habilidad para los desmarques. Aportaría mucha chispa la ataque del Barça y sobre todo, descaro, que es de lo que podría adolecer sin el brasileño.

En el caso de Coutinho su labor será bien diferente. Aunque pueda jugar en el frente de ataque, el todavía futbolista del Liverpool se encuentra más cómodo en los tres cuartos de campo. Sus cualidades le hacen adaptarse perfectamente tanto a la posición de enganche como a la de volante, que ahora ocupan Iniesta y Rakitic.

Muchos menos problemas ha encontrado el Real Madrid en el mercado. La falta de urgencias ha permitido a los blancos incorporar pequeños cambios. La apuesta es clara: juventud. Ha liberado masa salarial con la salida de James y Morata –por quien ingresó casi 90 millones de euros- y dio salida también a Danilo, que no cuajó en el Bernabéu.

En su lugar llegaron verdaderas promesas del fútbol español como Vallejo, Llorente y Ceballos, los dos primeros tras sendas cesiones al Eintrach alemán y al Alavés. También realizó el Madrid dos fichajes bastante sonados. Ceballos y Theo pusieron el picante a las negociaciones de Florentino Pérez. El primero por ser uno de los jóvenes más cotizados del fútbol mundial y el segundo porque ha servido como golpe de efecto merengue ante el Atlético de Madrid, club del que Hernández era canterano.

El nombre que se ha enfriado con el paso de las semanas es el de Kylian Mbappé. La estrella francesa es la gran apuesta del mercado y como tal las exigencias del Mónaco por su venta rozan los 200 millones. Solo los grandes están dispuestos a desembolsar esa cantidad y la pelea ha quedado reducida a dos clubes: el PSG y el propio Real Madrid. El cisma surge con las peticiones del jugador en cuanto a su sueldo.

Fuentes cercanas al entorno del delantero hablan de doce millones por temporada, algo a lo que en Chamartín no están dispuestos a llegar. Con la liga francesa en marcha y Mbappé lesionado, los rumores parecen haberse acallado, aunque el periodo de traspasos no se cierra hasta el 31 de agosto.

Menos movimiento hay en el Atlético de Madrid, y no es para menos. La sanción del TAS que impide a los colchoneros inscribir jugadores hasta el próximo mes de enero ha hecho que la directiva se tome todo con mucha más calma. Las primeras semanas del verano estuvieron marcadas por el caso Vitolo. El canario ha firmado ya con el cuadro rojiblanco a cambio de 40 millones de euros, pero hasta 2018 estará cedido en la UD Las Palmas.

Eso sí, el Sevilla, que insiste en que tenía firmada la renovación con el jugador, no piensa quedarse de brazos cruzados y ya ha comunicado que emprender acciones legales contra todas las partes que han intervenido en el fichaje.

El otro frente abierto para Simeone es Diego Costa. El hispano-brasileño sigue siendo jugador del Chelsea pero Antonio Conte no cuenta con él. De momento, el delantero se entrena en solitario a la espera de que se cierre su vuelta al Atleti, y ha tenido críticas muy duras contra el que todavía es su club. "No soy un criminal, y voy a jugar en el equipo que quiero, no en el que más me pague", dijo hace días, en referencia a los rumores que le relacionan con el Milan.

Su precio rondará casi los 50 millones de euros pero eso no parece un problema para el club que preside Enrique Cerezo. En el plano de salidas los madrileños han ingresado en torno a 60 millones con los traspasos de Manquillo, Santos Borré, Kranevitter o Amath.

Además, Simeone no cuenta con Luciano Vietto y tiene dudas respecto al rendimiento de Gaitán y Gameiro, aunque en el caso de los últimos, prefiere esperar al mercado de invierno para efectuar un posible traspaso.

El equipo que también se ha movido bien este verano es el Sevilla. A pesar de las idas y venidas con la salida de Vitolo, el cuadro hispalense ha logrado el regreso de Navas y dar un golpe de efecto incorporando a Nolito, dos jugadores muy del gusto de su nuevo entrenador, Eduardo Toto Berizzo.

Precisamente en los banquillos se han producido numerosas novedades. Esta campaña estrenarán técnico un total de ocho equipos, teniendo en cuenta que los tres recién ascendidos mantienen en el banquillo al míster con quien lograron el ascenso. Además, en el caso de Pablo Machín y Pepe Bordalás, de Girona y Getafe, será su primera experiencia en la máxima categoría.

La Liga 17/18 tendrá muchas novedades, muchos nombres propios y alguna que otra sorpresa. Eso sí, arrancará con varias cosas pendientes. En cuanto a estrellas, repite como la competición más atractiva, y los nuevos tendrán que adaptarse a un torneo que se presenta muy competitivo y exigente en todas las partes de la tabla.