El 'arte del disfraz' y otras  tácticas de los agentes de la Stasi

  • Los archivos de la temible policía política de la antigua República Democrática Alemana guardan fotografías delirantes sobre los métodos de vigilancia.
  • El artista Simmon Menner busca imágenes de los espías sobre sus tácticas.
  • Hay también fotos de los domicilios invadidos antes de ser registrados para dejar todo en el mismo estado y lugar al acabar el trabajo.
Un funcionario de la Stasi retratado con tres opciones diferentes de atuendo para ejercer el espionaje
Un funcionario de la Stasi retratado con tres opciones diferentes de atuendo para ejercer el espionaje
Simon Menner
Un funcionario de la Stasi retratado con tres opciones diferentes de atuendo para ejercer el espionaje

Era un servicio de inteligencia efectivo y temible, capaz de tener bajo control y vigilancia a un país entero, pero sus prácticas, vistas desde el presente, rayan con el ridículo y la neurosis. La Stasi (nombre derivado de Ministerium für Staatssicherheit, Ministerio para la Seguridad del Estado), la policía política de la República Democrática Alemana (RDA), llegó a extremar tanto su tarea de control que retrataba sus propias tácticas.

El artista alemán Simon Menner (Emmendingen, 1978), que gusta del ejercicicio de la antropológía de la fotografía encontrada (el estudio de las imágenes anónimas e inadvertidas), ha urgado en los babélicos archivos de la Stasi -que acumulan unos 33 millones de documentos- hasta reunir una colección de imágenes que rondan lo absurdo pero sin dejar de poner los pelos de punta.

El resultado de las pesquisas de Menner, Pictures from the Secret Stasi Archives (Fotos de los Archivos Secretos de la Stasi) se exhibe hasta este sábado en la galería Morgen Contemporany de Berlín. En la página web del artista también hay una amplia selección de fotografías.

Taller de espías

El proyecto pretende (y consigue) mostrar las estrategias de los vigilantes. Hay fotos sobre el arte del disfraz, supuestamente tomadas con fines didácticos o de entrenamiento, donde un mismo agente muestra diversos aspectos con los que pasar inadvertido o vemos como debe colocarse una barba o un bigote falsos. Aunque a estas alturas tengan una lectura cándida o inocente, demuestran con que grado de seriedad se tomaba la Stasi su trabajo para que los espías se confundiesen con los ciudadanos.

También se exhiben fotografías con los códigos de señales (estirar un brazo, rascarse la cabeza...) que los agentes utilizaban entre sí, fotos de espías tomando fotos de espías de otras potencias presentes en algunas zonas del Berlín dividido y muchas imágenes Polaroid que la Stasi utilizaba al entrar a registrar una vivienda mientras los habitantes estaban fuera. Se trataba de ocultar el registro, de modo que antes de empezar el minucioso examen de la casa y enseres tomaban las fotos como recordatorio del modo en que todo estaba colocado y dispuesto para dejarlo igual al terminar.

También hay fotos que revelan hasta que nivel de neurosis llevaba el servicio de inteligencia su trabajo: imágenes de mascotas, de los carteles de ídolos pop que los adolescentes pegaban en sus cuartos, de juguetes...

Menner afirma que su trabajo tiene especial interés en momentos que la sensación de que un Gran Hermano nos vigila son tan notables. "Me pregunto qué es lo que ve realmente el Gran Hermano. ¿Puede el terror de un sistema represivo ser encontrado en las imágenes de la Stasi? ¿Es la mirada de la maldad en realidad tan banal y el terror lo añadimos nosotros?".

El artista alerta sobre el peligro de que considermos "absurdas e incluso divertidas" unas fotos tomadas por un "estado totalitario para crear terror y miedo entre la población". Para Menner, la "banalidad" de algunas imágenes las hace aún más terribles. Cita el caso de una cafetera Siemens fotografiada en el interior de una vivienda. En un país libre puede ser una propiedad o un regalo. En la RDA, al tratarse de un producto fabricado en Alemania Occidental, la posesión de este electrodoméstico implicaba un delito castigado con varios años de cárcel.

Para el autor de Pictures from the Secret Stasi Archives el trabajo de la Stasi "es una excepción, porque tras la caída del Muro de Berlín tenemos acceso a sus archivos. Creo que en ellos podemos ampliar nuestra idea de la función de la vigilancia y la represión".

Hasta dos millones de chivatos

La policía política del régimen comunista de la RDA fue creada en 1950 y disuelta en 1989. Durante sus casi cuarenta años de operaciones logró tejer un entramado hilo de informantes entre la población (algunos ex responsables han llegado a fijar el número de chivatos ocasionales en dos millones de personas). Cuando fue clausurada, la Stasi tenía 91.000 empleados a tiempo completo y 180.000 informadores habituales.

De acuerdo con una orden de publicación de archivos secretos aprobada por el gobierno de la Alemania reunificada en 1992, se comenzaron a poner a disposición del público los archivos de la Stasi, incluyendo fichas con datos personales. Desde entonces hasta la fecha, casi tres millones de personas han pedido ver sus archivos, según informó The Guardian este año.

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