Las listas de morosos ya empapelan gran parte de los portales de la región. Los propietarios se habían resignado a sufrir el impago por parte de sus vecinos, pero cada vez más se encuentran un nombre inesperado en las listas de malos pagadores: Ivima (Instituto de la Vivienda de Madrid). El organismo autónomo, dependiente de la Comunidad, debe decenas de miles de euros a comunidades de vecinos en las que posee inmuebles (viviendas, garajes o trasteros), según denuncian la Federación Regional de Vecinos (FRAVM) y el Colegio de Administradores de Fincas.

"Se trata de algo generalizado, no de una comunidad o dos. Son deudas de miles y miles de euros que impiden a los vecinos hacer arreglos en sus edificios e, incluso, les provoca problemas de pago de luz y agua", explica Vicente Pérez, responsable de Vivienda de la FRAVM. La Federación ha recopilado retrasos con las cuotas en ocho barrios de la capital: PAU de Vallecas, Entrevías y Palomeras Sureste (en Villa y Puente de Vallecas); La Ventilla (Tetuán); Camino Alto de San Isidro y Comillas (Carabanchel); Valdebernardo (Vicálvaro) y Poblados A y B de Fuencarral. Además, aportan documentos de comunidades con recibos pendientes por valor superior a 13.000 euros.

La Consejería de Transportes y Vivienda (de la que cuelga el Ivima) defiende que siguen "un sistema de pago aplazado: hasta que la junta de propietarios no notifica el dinero a pagar, no se abona". Fuentes del departamento aseguran que "las deudas que pueda haber se pagan en una media de 90 días", es decir, en el plazo legal. Además, destacan que el Ivima "se hace cargo también de las cuotas que deben los adjudicatarios de pisos públicos".

Aunque los abogados expertos en vivienda aseguran que el impago se puede alargar hasta dos años: "El Ivima se ha convertido en uno de los deudores más habituales en las fincas de la región, con grandes cuantías", apunta José Juan Muñoz, abogado del despacho Acción Legal, que asegura tener "en marcha demandas contra el Ivima por deudas con juntas de propietarios de hasta 25.000 euros. En muchos casos, hasta que no se acude a tribunales, no paga".

Ocupaciones ilegales. El Ivima tiene cientos de viviendas vacías por toda la región, principalmente por retrasos en su adjudicación. Al estar deshabitadas, se convierten en un blanco perfecto para las ocupaciones ilegales, según denuncia la FRAVM. Ocurre en el PAU de Vallecas, en Alto de San Isidro, Comillas, Orcasur y en el Polígono Puerta de Madrid (Alcalá). Los vecinos se quejan de que los ocupantes causan molestias en la escalera.

Grietas y goteras. Alertan de "graves averías y desperfectos que el Ivima no repara": los más habituales son grietas en fachadas, goteras, falta de mantenimiento del cableado eléctrico o puertas rotas. Los vecinos también denuncian "prácticas incívicas que el Ivima no controla y provocan la degradación de zonas comunes".

Sin ayudas para rehabilitar. Los residentes de Palomeras Sureste y Entrevías (Puente de Vallecas) reformaron sus ascensores bajo la promesa de la Comunidad de subvencionarles parte de su obra. Sin embargo, aún siguen esperando las ayudas comprometidas.

El Ivima es uno de los grandes damnificados por el tijeretazo de González. Los presupuestos del organismo autónomo para 2013 contemplan un gasto de 270,9 millones (un 7,6% de recorte respecto al ejercicio actual). La mayor reducción se cargará en la partida de inversiones, debido al parón en la construcción de nuevas viviendas. Por otro lado, destinarán solo 16,5 millones para ayudas a la adquisición y rehabilitación de viviendas (un 70,7% menos). Los sindicatos temen que el Ivima acabe desmantelado.

Dos edificios en Ventilla y San Isidro no pueden hacer reformas urgentes porque "el Ivima no paga"."Tenemos que mirar cada gasto con lupa. Cualquier avería, la pintura del portal..., todo nos supone un dineral.Incluso tenemos que pensarlo mucho para cambiar un extintor", lamenta Luis Arribas, presidente de una mancomunidad de vecinos en avenida de Asturias (Ventilla, en Tetuán).

En su edificio necesitan hacer arreglos constantemente, pero tienen un grave inconveniente: "El Ivima nos debe 13.821,22 euros desde hace más de un año por la cuota comunitaria de cinco locales y una treintena de plazas de garaje sin adjudicar", explica Luis, junto con sus vecinos Mariano, Carlos y Sergio. "De momento tenemos un colchón de dinero, y con eso vamos tirando. Pero cuando se acabe, tendremos que pensar en dejar de pagar el agua o despedir al de mantenimiento", explica el presidente. En su escalera están indignados por el impago del Ivima: "Tengo una pensión de 300 euros y pago 52 de comunidad todos los meses. Me cuesta trabajo, pero cumplo mi obligación. Al Ivima se le debería caer la cara de vergüenza", añade Sergio Zuleta. "Es más grave todavía cuando están desahuciando a gente por no poder pagar su piso y luego ves que el Ivima es el primer moroso", se queja Sergio.

En el edificio de Matilde (en Alto de San Isidro, Carabanchel) tampoco pueden arreglar una grieta que recorre toda su fachada. "Se nos juntan dos problemas: hay familias conflictivas que destrozan la escalera y no podemos arreglar el deterioro porque el Ivima nos debe 2.000 euros".