Una muestra recuerda a Honoré Daumier, un caricaturista tan incisivo que fue encarcelado

  • El mejor caricaturista francés del siglo XIX, revolucionario por su trazo exacto, retrató al rey Luis Felipe I de Orleans como Gargantúa.
  • Una muestra en Alemania celebra al 'padre' de la caricatura moderna, que criticó a las altas esferas y también se burló de los vicios del hombre de a pie.
  • La Pinakothek der Moderne de Múnich, que tiene en propiedad una de las mejores colecciones de Daumier, exhibe al artista.
'El avaro', una litografía de 1833 de la serie 'La imaginación'
'El avaro', una litografía de 1833 de la serie 'La imaginación'
Honoré Daumier - © Staatliche Graphische Sammlung München, Museumsstiftung
'El avaro', una litografía de 1833 de la serie 'La imaginación'

Ilustraba al gobierno de Francia como un gran manicomio, se regodeaba en la soberbia y el narcisismo de los abogados, mostraba sin piedad los vicios del hombre de a pie, no se le escapaba ninguna coyuntura política.

Las caricaturas de Honoré Daumier (1808-1879) eran tan incisivas que incluso le costaron seis meses de prisión en 1832 por un retrato del rey Luis Felipe I de Orleans caracterizado como el ogro glotón Gargantúa. El gobierno destruyó la piedra original de las litografías y confiscó casi todas las copias de la obra.

La Pinakothek der Moderne de Múnich (Alemania) rinde homenaje al mejor caricaturista francés del siglo XIX en Monsieur Daumier, ihre Serie Ist Reizvoll! (Monsieur Daumier, su serie es incitante), en cartel hasta el 17 de febrero. La gran exposición recopila 240 trabajos que se exponen en conjunto en el museo por primera vez desde que fueron donados en 2011 por los coleccionistas Walter y Brigitte Kames. Junto a las 3.085 litografías y las 30 xilografías que ya tenía en su colección permanente, el centro cuenta ahora con la mayor colección de Daumier de Alemania.

Un trazo moderno

El autor colaboró en las revistas satíricas francesas La Caricature y Le Charivari, una publicación que sufrió la censura con frecuencia por la acidez de sus críticas al gobierno de Luis Felipe I. Impopular en sus últimos años de reinado, el monarca (criticado también por Victor Hugo en Los Miserables) abdicó tras la crisis económica que sufrió el país en 1847 y desató las revoluciones de 1848. Daumier aprovechó la ocasión para volver a la carga con las caricaturas más descarnadas.

De su estilo destaca la modernidad del trazo, innovador por su exactitud, que le permitía reproducir —de modo exagerado y a la vez fiel— los rasgos de los políticos e intelectuales sin que hubiera tan siquiera que mencionar nombres para saber a quién se refería el artista. En la faceta más desconocida de Daumier están sus cuadros, influidos por el protoimpresionista Corot y el romántico Delacroix, entre los que hay clásicos como Vagón de tercera, que a pesar del estilo pictórico, no se aleja de la crítica social.

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