Clara Grima: "A todo el mundo le gustan las matemáticas... ¡Cuando las entiende!"

  • Es la autora del blog 'Mati, una profesora muy particular'.
  • Ha publicado, con Raquel García Ulldemolins, el libro 'Hasta el infinito y más allá'.
  • Acerca a los niños a las matemáticas a través de cuentos.
Clara Grima, con su 'Premios20Blogs'.
Clara Grima, con su 'Premios20Blogs'.
JORGE PARÍS
Clara Grima, con su 'Premios20Blogs'.

Ganó el premio al mejor blog en los 20Blogs de hace un año. Da clases de matemáticas en la Universidad de Sevilla. Y ahora publica un libro junto a Raquel García Ulldemolins, Hasta el infinito y más allá, con el que sigue acercando el infinito y el número pi a los más pequeños.

¿Cuál es el origen del libro?

Básicamente... ¡La alfombra de mi casa! (risas). Soy profesora de matemáticas en la Universidad de Sevilla, desde hace muchos, y no me preocupé de las matemáticas a un nivel iniciático hasta que mi hijo mayor cumplió 8 años. Y me sorprendió la curiosidad, el interés, que pueden provocar en los niños. Era muy divertido responder a sus preguntas, el reto de contestarlas me hacía mucha gracia, y lo empecé a contar en un blog.

¿Le gusta escribir?

Quería contar mi fascinación, simplemente, al hablar del infinito o del número pi con mis hijos. Y una entrada, Dios, Pi y el Infinito, voló como la polvora... Lo hablé con una ilustradora, Raquel García, y vimos que podíamos unir los cuentos, la fantasía, con las matemáticas, y surgió Mati y sus matiaventuras, y el libro Hasta el infinito y más allá.

¿Quién es Mati?

La protagonista. Una matemática pelirroja, con gafas... E inspirada en mí. Aquí no es la madre de nadie, sino una amiga de la familia de los niños.

Dice que el blog corrió como la pólvora. ¿Están las matemáticas de moda?

A todo el mundo le gustan las matemáticas... Cuando las entiende. Al nombrarlas, la gente tiene miedo. Pero cuando se las explican, y ven que las comprenden, la primera reacción es siempre sonreir. A mí me pasa lo mismo con un cuadro: no sé de arte y, cuando me lo explican, sonrío. ¿Que si están de moda? No lo sé. Quizá con tantos blogs, con Internet, más gente se está reconciliando. Mati lo da todo muy mascadito: acércate, que te voy a contar una historia.

¿Por qué en España la gente sabe tan pocas matemáticas?

¡No sé si es solo aquí! Una amiga de EE UU me dice exactamente lo mismo de su país... Sí, los informes suelen dejarnos mal. La gente tiene asimilado que no gustan. Pero... Quizá la media sea más baja que antes, pero también hay más niños y universitarios estudiando matemáticas que nunca, más gente aprendiendo, aunque sea poco. Pero sí: no hay una cultura de la matemática. Y lo peor de todo es que la gente lo dice casi con orgullo: no me interesan las matemáticas. En cambio, no dicen lo mismo de El Quijote.

Sus hijos sacarán sobresalientes en el colegio.

¡Pues sí! (risas). Su padre y yo somos matemáticos, pero son ellos los que nos piden jugar con los números. Y el más pequeño hasta está haciendo, con sus amigos del colegio, un cómic con unos superhéroes llamados Los Matemáticos.

¿Cómo se acerca a un niño, con qué edad, a las matemáticas?

Al principio, simplemente, imitan lo que ven a sus padres. De pequeños, con sus amigos, yo les contaba cosas de la naturaleza. Viendo una flor, les hablaba de la sucesión de Fibonacci, una construcción matemática que aparece, por ejemplo, en muchas flores. Simplemente... Basta con que comprendan que las matemáticas han salido de mentes humanas. Que no son de extraterrestres. Las hemos inventado nosotros. Todo el mundo tiene la capacidad, según su interés, de acercarse a ellas. Igual que los cuentos enseñan ortografía, o gramática... Pueden enseñar números. Esa es la idea.

¿Qué parte de hacer el libro fue la más complicada?

Llevar un blog al papel. En un blog no hay problemas de espacio: puedes explayarte con dibujos, con textos... Adecuarlo al papel fue lo más complicado.

¿Qué esperan de él?

Tenemos un blog en 20minutos.es, y la gente me manda fotos comprando el libro. Estoy nerviosa, claro... ¡Y me gustaría que fuera un éxito, para qué mentirte! (risas)

Ni le pregunto... De pequeña sería una "empollona" con las matemáticas, ¿verdad?

Sí... ¡Me encantaban! (risas) Siempre, pero todavía más cuando empecé a estudiar en la universidad, y me enamoraron hasta la médula cuando empecé a hacer investigación. Las matemáticas son como la poesía... ¡Un placer para el alma!

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