La complicada relación entre el agua y los teléfonos móviles

  • Cuando un móvil cae al agua, es muy probable que no vuelva a funcionar.
  • Aun así, cabe la esperanza de salvarlo siguiendo una serie de pasos entre los que se incluye el recurso casero de introducirlo en arroz.
  • Algunos fabricantes ya trabajan en móviles resistentes al agua.
El 'smartphone' Sony Xperia Z es resistente al agua.
El 'smartphone' Sony Xperia Z es resistente al agua.
El 'smartphone' Sony Xperia Z es resistente al agua.

Superman queda indefenso cuando está cerca de la kryptonita, los Gremlins mueren si les da la luz del sol, los hombres lobo no se llevan demasiado bien con la plata y los smartphones, cual Malvada Bruja del Oeste, pierden toda su magia o incluso la vida al entrar en contacto con el agua. Los teléfonos móviles nunca han tenido una buena relación con los líquidos. No son pocos los terminales que finalizan sus días empapados en el mar, en una piscina, por culpa de una jarra de agua volcada accidentalemente o por una dramática caída al retrete. Sin embargo, para algunos hay una esperanza de salvación.

Los fabricantes no suelen explicar qué opciones hay cuando un teléfono móvil acaba empapado. La única referencia apunta siempre al hecho de que "los daños por líquidos no están cubiertos por la garantía". De este modo, casi todos los consejos para salvar un teléfono de la muerte por "ahogamiento" proceden de la sabiduría popular, difundida ampliamente por Internet a través de foros, consultorios y páginas como YouTube. Sólo Nokia, hace un año, decidió desmarcarse del resto de compañías y corroborar la utilidad de los trucos caseros popularizados en la Red.

El primer paso es obvio: sacar el terminal del líquido en el que ha caído. Como dispositivos electrónicos que son, los smartphones y también los móviles convencionales corren un gran riesgo de sufrir cortocircuitos si están en contacto con el agua, así que es importante apartarlos de ella cuanto antes y dejarlos escurrir sin moverlo demasiado para que el agua no llegue a tocar partes sensibles que aún no hayan sido afectadas. Por supuesto, si está apagado, no hay que intentar encenderlo.

A continuación hay que desmontar el teléfono móvil: retirar la tarjeta SIM, las tarjetas de memoria y cualquier otro elemento que pueda separarse del terminal. Es especialmente importante quitar la batería para evitar que se produzcan cortocircuitos, aunque en algunos smartphones, como los iPhone, resulta imposible extraerla.

Una vez desmontado, comienza el proceso de secado. Es recomendable que se realice con un trapo o una toalla, de nuevo sin mover mucho el teléfono, y evitar, en la medida de lo posible, utilizar papel que podría dejar trocitos capaces de afectar al funcionamiento del teléfono. Aunque algunos recomiendan usar un secador de pelo, Nokia advierte que es peligroso ya que el aire podría hacer que el agua del exterior penetre en el teléfono y acabe obteniéndose el resultado contrario al deseado. Además, el calor excesivo también puede ser perjudicial para el dispositivo.

Por último, es aconsejable envolver el teléfono móvil con una toalla o meterlo en arroz, algo que —lejos de ser un mito— constituye un eficaz método para absorber el exceso de humedad, y dejarlo en un lugar cálido y seco durante unas 10 o 12 horas. No es mala opción ponerlo cerca de un radiador, aunque a una distancia prudencial para que no se produzca un sobrecalentamiento. Una vez finalizado el proceso tan sólo queda volver a montar el móvil, cruzar los dedos y comprobar si funciona.

Estos consejos, que no garantizan la salvación de un móvil, son válidos en el caso de que el terminal se haya mojado con agua dulce. Si se ha caído en el mar, el primer paso debe ser lavarlo bien con agua dulce, ya que la sal es muy corrosiva  y es conveniente eliminarla cuanto antes. Después, habría que seguir los pasos antes citados.

En busca del 'smartphone' sumergible

La gran batalla tecnológica que se libra actualmente en el mercado de los teléfonos móviles inteligentes anima a los fabricantes a añadir cada vez más y mejores características a sus dispositivos. La resistencia al agua es una de esas innovaciones que poco a poco se van colando en las especificaciones técnicas de los smartphones.

Sony es una de las compañías que se ha interesado por este aspecto. Su Xperia Z está fabricado para ser muy resistente. Está construido con vidrio templado y película anti-roturas en la parte delantera y trasera y tiene un alto nivel de resistencia al polvo y al agua. La compañía asegura que, siempre que todos los puertos y las cubiertas estén cerradas firmemente, el smartphone está protegido contra los chorros de agua de baja presión desde todas las direcciones y además se puede mantener bajo el agua, a 1 metro de profundidad, hasta 30 minutos. Esto abre la posibilidad de sacar fotos y grabar vídeo en HD bajo el agua. Las mismas características tiene la Xperia Tablet Z. Se rumorea que el sucesor de este móvil, el Xperia ZR, podrá presumir de una resistencia aún mayor.

Samsung también cuenta en su popular gama Galaxy con un terminal pensado para los aventureros y centrado en la resistencia, el Galaxy Xcover 2. Entre otras características, la carcasa lo protege de la arena, del polvo y del agua durante media hora y a 1 metro de profundidad. Además, la compañía surcoreana lanzará un modelo de su nuevo buque insignia, el Samsung Galaxy S4, resistente al polvo y al contacto con los líquidos.

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