El frío, la ausencia de miedo, los buenos mensajes conforman el punto de unión de los 160 casos que recopila J. J. Benítez en su último libro. El título, Estoy bien (Planeta), es la síntesis y el mensaje final de la obra: todos los casos recogidos son de muertos que han querido decir a sus allegados que se encontraban bien.

El autor, que ha hecho apostasía, defiende en todo momento que lo que hagamos aquí no tendrá nada que ver con nuestro lugar en ese 'más allá' del que habla en el libro. "Todo eso de las bondades y maldades de la vida son inventos de las religiones".

¿Todos los casos que ha investigado son de muertos que siempre dicen estar bien?

Sí, el 99,9 %.  Todos tienen cara de alegría, una gran sonrisa, están más jóvenes, irradian luz y en muchas ocasiones dicen: estoy bien, no te preocupes, dile a mi hija que estoy bien.

¿Por qué no ha investigado o recogido los casos que no están tan bien?

Todo lo que he investigado son los que han visto a amigos o familiares, hay una referencia de gente conocida. Lo demás que conozco no dudo que sea cierto, pero yo creo que es otra cosa.

¿Qué otra cosa?

No lo sé, cuando alguien te dice que de repente aparece alguien de blanco paseando por la casa yo no dudo, pero no la conocen y no me he interesado por esa razón. Así que lo aparcaba por no tener la referencia que me sirve: es decir, era mi abuelo o mi hermano. Eso sí me sirve. ¿Puede haber otras realidades? Pues sí, pero yo las desconozco. Probablemente puede ser lo mismo, gente muerta que se presenta y tú lo ves, y te está diciendo estoy vivo.

En los casos que recoge en su obra parece que lo normal es que no se sienta miedo ante la aparición de un muerto...

Alguno sí lo ha sentido, pero no es habitual. Cuando se presentan hay una atmósfera muy apacible que hace sentir paz y calma. Algún caso sí asusta, como el de un niño que se acostó, había muerto su abuelo, y al darse la vuelta en la cama de noche nota que hay alguien. Es el abuelo tumbado mirándole, y se da un susto, claro, pero no es lo habitual. Lo normal es que te digan: tranquilo, estoy bien. Y la gente dice que no tiene miedo.

¿El frío es también algo habitual?

No siempre, pero es habitual. De repente una enfermera entra en el ascensor de un hospital detrás de otra, y lo que era una temperatura cálida baja a 5 bajo cero cuando la segunda enfremera entra. Suben juntas y cuando la segunda se va, el frío desaparece.

¿Ha preguntado a algún científico sobre ese frío?

No saben, sólo alguien me dijo que era posible que para materializar a alguien tengas que absorber calor.

De todos los casos, ¿cuál es el que más le ha impactado?

En un hospital aparece en recepción una chica que va a ver a su madre. Le dicen que está en reanimación, sube a verla y baja de nuevo. Quiere hablar con el médico de guardia, y la médico que está de guardia la tranquiliza. La acompaña desde la planta baja a la tercera y la médico se mete en la pecera y ve a la chica en la habitación frente a la madre. Suena entonces el teléfono, la médico lo coge, es de la planta baja, le dicen que está abajo una chica muy enfadada porque no se le ha presentado al médico de guardia. La médico me decía: yo la veía y la oía por teléfono. A los tres días la médico entra en la habitación de la enferma, ve una foto de la chica que acompañó en la mesilla y le dice: el otro día estuvo aquí. Se echa a llorar la madre y el hijo saca fuera a la doctora y le dice: mi hermana murió en un accidente de moto hace tres años. La médico tuvo que estar de baja. Me decía: hablé con ella, la acompañé, la toqué.

¿Es habitual que puedan tocarlos?

A veces sí. Y te dicen que están helados.

¿Todo el mundo puede verlos?

Sé de ateos que no creen ni después de haberlos visto. A una muy importante científica se le presentó su padrino diciendo que estaba bien y a la semana le llegó una carta diciéndole que había muerto. Y lo había hecho en el momento en que ella lo vio. No hay condiciones, puedes ser muy religioso, ateo, científico... Hay un caso de 27 testigos, van todos en un barco, falla el motor y ven venir un carguero en rumbo de colisión, van a tirarse al agua y el patrón ve en el puente de mando a su madre (muerta hace años) al timón. El barco arranca el motor no se sabe cómo, el carguero da un volantazo y desaparece.

¿Y pueden presentarse todos?

Creo que todos los que aparecen están autorizados, ni siquiera depende del muerto. Si te presentas a un familiar o amigo es porque te lo autorizan. Recuerdo el caso de una mujer a la que se le presenta un hombre y ella dice: ¿tan pronto te vas? y él mira hacia atriba y baja la mirada: sí, me tengo que marchar. La conclusión es que tienes que estar autorizado y por alguna razón.

En ese nuevo mundo del que habla hay, según dice, vida física...

No me cuesta aceptarla. No tenemos ningún conocimiento, porque técnicame no tenemos acceso. Pensamos que el 'más allá' es una elucubración, pero no lo es, existe y es físico.

Pese a todo lo que ha publicado al margen de Caballo de Troya, su apellido siempre es el mismo: J.J. Benítez, el de Caballo de Troya, ¿le molesta?

Me cansa, sí, estoy harto. Son muchos años ya, y estoy deseando retirarme. Lo anuncié en 2012, pero no lo he conseguido.