La presión arterial sistólica y diastólica tienen diferentes consecuencias sobre la salud

  • Individuos con presión arterial sistólica más alta presentan mayor riesgo de accidente cerebrovascular y angina estable.
  • La diastólica alta es indicador del riesgo de aneurisma de la aorta abdominal.
  • El riesgo de por vida de enfermedad cardiovascular es del 63% en comparación con el 46% de un individuo saludable.
Contra la hipertensión es imprescindible una alimentación sana y equilibrada.
Contra la hipertensión es imprescindible una alimentación sana y equilibrada.
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Contra la hipertensión es imprescindible una alimentación sana y equilibrada.

La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. La hipertensión, también conocida como tensión arterial alta o elevada, es un trastorno en que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta. En España afecta a casi 14 millones de personas.

La tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg cuando el corazón late (tensión sistólica) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica). Cuando la tensión sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la tensión diastólica es igual o superior a 90 mm Hg, la tensión arterial se considera alta o elevada.

Las presiones arteriales sistólica y diastólica elevadas pueden tener diferentes efectos en diferentes tipos de enfermedades cardiovasculares y a distintas edades, según una nueva investigación realizada con 1,25 millones de pacientes de centros de atención primaria en Inglaterra publicados en una edición especial de The Lancet.

Los nuevos resultados sugieren que los individuos con presión arterial sistólica más alta presentan mayor riesgo de hemorragia intracerebral (accidente cerebrovascular causado por sangrado en el tejido cerebral), hemorragia subaracnoidea (la forma más mortal de accidente cerebrovascular) y angina estable, mientras que la presión arterial diastólica elevada es un mejor indicador del riesgo de aneurisma de la aorta abdominal.

"Nuestros resultados no apoyan la hipótesis generalizada de que la presión sistólica y diastólica tienen fuertes asociaciones similares con la aparición de las enfermedades cardiovasculares a lo largo de un amplio rango de edad" , explica la investigadora principal, Eleni Rapsomaniki, del Instituto Farr (Reino Unido).

Los resultados muestran que, a pesar de la terapia moderna, la carga de la hipertensión a lo largo de toda la vida sigue siendo sustancial. Por ejemplo, en una persona de 30 años con hipertensión (presión arterial = 140/90 mm Hg), el riesgo de por vida de desarrollar enfermedad cardiovascular es del 63% en comparación con el 46% de un individuo con una presión arterial saludable, y desarrolla la enfermedad cardiovascular cinco años antes.

La angina estable e inestable representa casi la mitad de la pérdida del tiempo de vida libre de la enfermedad cardiovascular en esta edad, mientras que la insuficiencia cardiaca contribuyó a casi una quinta parte de los años perdidos en los individuos de 80 años o mayores. "Con los riesgos tan altos, es de suma importancia la necesidad de nuevas estrategias de reducción de la presión arterial", afirma Rapsomaniki.

El hallazgo se dará a conocer en Hipertensión 2014, la reunión conjunta de la Sociedad Europea de Hipertensión y la Sociedad Internacional de Hipertensión, que tendrá lugar en Atenas, Grecia, entre el 13 y el 16 de junio.

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