A mediados de 1995, el mundo del manga se vistió de luto. Dragon Ball, uno de los cómics japoneses más exitosos de todos los tiempos llegaba a su fin. Puesto que las aventuras de Goku y sus amigos eran como la gallina de los huevos de oro, el estudio Toei Animation creó por su cuenta —sin intervención alguna del autor de la obra, el famoso Akira Toriyama— una nueva etapa para la serie de televisión, Dragon Ball GT. Pero el producto no estaba a la altura de la obra original y tan sólo sirvió para alargar la historia un par de años más.

Sin embargo, no hubo que esperar mucho hasta la llegada de un digno sucesor del célebre manga. A finales de 1999, el guionista y dibujante Masashi Kishimoto, gran fan de la obra de Toriyama, comenzó a seguir los pasos de su ídolo gracias a Naruto. En noviembre de ese año, la editorial Shūeisha —como había hecho catorce años antes con Dragon Ball— publicó en la revista semanal japonesa Shonen Jump el primer número del cómic, un relato de acción y aventuras sobre un joven ninja con grandes aspiraciones. El ambicioso Naruto Uzumaki, marginado por albergar en su interior a un demonio con forma de zorro de nueve colas, afrontaba los problemas con actitud despreocupada y un gran afán de superación.

Al igual que su predecesor, el manga no tardó en convertirse en un fenómeno de masas, readaptarse como anime (serie de animación) y exportarse fuera de Japón, donde su triunfo también fue rotundo.

Sus virtudes eran obvias: personajes con un gran diseño y carisma desbordante, una historia sencilla que iba añadiendo un trasfondo cada vez más complejo (relaciones entre los personajes, referencias a la mitología japonesa...) y un sentido del humor y un ritmo heredados de Bola de Dragón (sobre todo en la parte inicial de la serie).

Ahora, tras quince años ininterrumpidos de asombrosas hazañas e impactantes revelaciones, los otakus vuelven a derramar una lagrimita. Las aventuras de Naruto llegan a su fin.

El próximo 10 de noviembre se publicará en Japón el último capítulo de Naruto, el número 699, una historia de 44 páginas de las cuales las 22 últimas serán a color. Aun así, en España habrá que esperar hasta el próximo año para leer el desenlace de esta longeva historia, ya que la publicación de los tomos por parte de Planeta DeAgostini lleva un lógico retraso debido a los trabajos de adaptación y traducción.

Por fortuna para los fans, el final del manga no supone la desaparición absoluta del personaje y su universo. Por un lado, la Weekly Shonen Jump publicará una serie de historias cortas que se desarrollan en el mundo de Naruto. Por otro lado, se publicarán varias novelas centradas en personajes emblemáticos como Kakashi, el maestro del joven protagonista.

También está previsto para el 6 de diciembre el estreno en cines (sólo en Japón) de la película animada The Last: Naruto the Movie, donde Naruto y compañía presentan un aspecto adulto. Como colofón, se espera el auncio de un misterioso gran proyecto que será desvelado el mismo 10 de noviembre, fecha de conclusión del manga.

Los números que rodean al manga y al anime marean y demuestran el aplastante éxito internacional de Naruto. El manga ha vendido más de 318 millones de copias en todo el mundo (en torno a 135,5 millones en Japón, 93 millones en Estados Unidos y otros 90 en el resto del globo). En España, este título lleva vendidas más de 500.000 de copias desde 2002.

La colección ha sido publicada en más de veintitrés países y la serie de animación, que al igual que el manga se divide en dos etapas —Naruto y Naruto Shippuden—, se ha emitido en más de sesenta. Además, el manga ya ha dado pie a nueve películas, una cifra que ascenderá a diez con la que se estrenará el próximo diciembre.

Las aventuras de Naruto y el resto de ninjas de la Villa Oculta de la Hoja también han tenido una gran acogida en el sector de los videojuegos. La compañía Bandai Namco ha lanzado una veintena de títulos basados en esta licencia desde marzo de 2003. Uno de los últimos que ha visto la luz, Naruto Shippūden: Ultimate Ninja Storm 3 para PlayStation 3 y Xbox 360, ya ha vendido más de dos millones de copias en todo el mundo.

El videojuego más reciente de la franquicia se titula Naruto Shippuden: Ultimate Ninja Storm Revolution, pero es seguro que, aunque acabe la serie, no será el último. Todavía habrá muchas aventuras jugables protagonizadas por el personaje (a día de hoy aún siguen saliendo juegos de Dragon Ball, que terminó hace casi dos décadas).

Los lectores asiduos del manga tal vez echen de menos más historias regulares, pero es obvio que entre la película, las novelas, las historias derivadas del manga principal y los videojuegos, el risueño Naruto sólo está diciendo adiós a medias.