Eugenia no podía más y decidió denunciar a sus propios hijos hace varios meses. La mujer, vecina de Granada, llevaba tres años soportando todo tipo de vejaciones por parte de los menores. Hace unos días un juzgado de Granada decidió resolver la situación y ha condenado a los dos hermanos por un delito de maltrato familiar.

Según la propia víctima, sus hijos la insultaban  y le «habían levantado la mano en  numerosas ocasiones», intimidándola y protagonizando entre ellos peleas violentas que alteraban de forma grave la paz familiar.

La convivencia se había hecho tan insostenible que la mujer consideró que necesitaba ayuda y denunció a sus dos hijos, de 14 y 17 años de edad.

Sus miedos, de momento, han terminado gracias a la sentencia dictada hace unos días en la que un juez  ha ordenado el ingreso para el hermano mayor durante 15 meses en un centro abierto, con módulo especial de maltrato, seguido de un segundo periodo de seis meses de liberta vigilada.

El pequeño, de 14 años, continuará viviendo con la madre durante los siguientes 15 meses, pero con una libertad vigilada en la que se le supervisará tanto su rendimiento escolar como su comportamiento general.

El caso no es nuevo para esta familia, ya que el hermano mayor ya había tenido un expediente anterior por maltrato.

Se da la circunstancia de los dos menores no van bien en el colegio y que la relación entre ellos es muy conflictiva.

La situación se ha visto agravada por un nuevo embarazo de la madre, que dentro de poco tendrá otro hijo y que sufre depresión.

La separación de estos dos hermanos es, según los expertos consultados por 20minutos, una medida que se realiza «para intentar evitar que el menor  copie el comportamiento del mayor». No es habitual, dicen, «ver situaciones de maltrato de dos hermanos», pero cuando se producen lo habitual es que uno de ellos sea el líder y que el otro aprenda lo que ve en casa. Cesar temporalmente la convivencia puede ser positivo.