El saharaui a quien se le ha negado el asilo: "España no quiere incomodar a Marruecos"

  • "Confío en la justicia española. El juicio de Marruecos fue una auténtica farsa", asegura Hassanna Aalia, de 26 años.
  • Está condenado a cadena perpetua por Marruecos y el miércoles 4 de febrero debería abandonar España.
  • Once personas se encuentran en huelga de hambre desde el viernes en la T4 para apoyarle, "con mareos, vómitos, naúseas y dolor de barriga".
Hassanna Aalia, activista saharaui de 26 años al que se le ha negado el asilo político en España.
Hassanna Aalia, activista saharaui de 26 años al que se le ha negado el asilo político en España.
SAHARACCIONES
Hassanna Aalia, activista saharaui de 26 años al que se le ha negado el asilo político en España.

Hassanna Aalia confiesa el lugar donde se encuentra, "entre amigos", pero ruega por favor que no se desvele su localización exacta. "Simplemente, no estoy en Madrid", comenta a 20minutos el saharaui de 26 años en nombre del cual un grupo de 11 personas de la asociación canaria Saharacciones se encuentran en huelga de hambre desde el pasado viernes en la T4 del aeropuerto de Barajas de Madrid.

Y no está en Madrid porque sus abogados se lo han "desaconsejado, al estar inmerso en un procedimiento abierto". España le ha negado el asilo político a este activista saharaui al estar condenado en otro país y, en teoría, debería abandonar el país el próximo miércoles 4 de febrero y ser repatriado a Marruecos.

"Estoy animado por el apoyo que estoy recibiendo, pero también preocupado por lo que pueda pasar. De todas formas, tengo confianza en la justicia española porque mi caso es clarísimo. La decisión de negarme el asilo ha sido del Gobierno y mi abogado ya ha solicitado medidas cautelares. Tengo una orden de salida obligatoria, pero no de extradición. Si no me dieran la razón, todavía podría apelar a la Audiencia Nacional y al Supremo", explica Hassana.

Este saharaui fue condenado a cadena perpetua en Marruecos por participar en el campamento de Gdeim Izik, a finales de 2010 en la ciudad de El Aaiún, en los territorios ocupados. "Fue un campamento pacífico de resistencia, en el que se reunieron 20.000 personas en sus jaimas, y que el ejército marroquí desalojó violentamente. Después hubo detenciones, torturas y asesinatos", asegura.

Human Right Watch avaló esta versión y reconoció el abuso de las autoridades marroquíes en el desalojo del campamento. Por su parte, el gobierno alauita dijo que "el desalojo se produjo de forma pacífica y que no hubo ningún muerto saharaui". HRW señaló en su informe que murieron once agentes de las fuerzas de seguridad de Marruecos y dos saharauis.

Civil juzgado por un tribunal militar

Hassana intenta explicar por qué el juicio en Marruecos y su condena son una "auténtica farsa": "No es que lo diga yo, lo dicen las organizaciones internacionales que asistieron a él. Lo primero de todo es que un tribunal militar no puede juzgar a un civil, como yo. Después, me han juzgado dos veces por el mismo asunto, algo que no puede ser. Y, por último, he presentado como pruebas para solicitar el asilo político los maltratos que he sufrido desde los 17 años por parte de las fuerzas ocupantes de Marruecos".

¿Y por qué le ha negado España el asilo? "Porque España no quiere incomodar a Marruecos en nada. Han legitimado la decisión de un tribunal militar. Hay que recordar que Marruecos no tiene soberanía sobre el Sáhara Occidental, cuya potencia administradora sigue siendo España".

En la misma línea ahonda Roberto Mesa, uno de los 11 integrantes de la asociación Saharacciones que se encuentra en huelga de hambre en la T4 desde el viernes: "Marruecos y España van de la mano en este problema desde hace mucho tiempo".

Fuentes del ministerio de Interior no han querido valorar a este medio el caso de Hassana, ya que "nos lo impide la ley de asilo". "Todos los datos de un procedimiento abierto son confidenciales", afirman. Hassanna Aalia reconoce que "todavía no ha recibido ninguna comunicación del ministerio".

Mareos, náuseas y vómitos

"Estamos haciendo esto para que Hassana no se sienta solo y para que sirva como medida de presión hacia el gobierno. Seguiremos hasta el miércoles, a ver si obtenemos una respuesta", comenta Mesa.

"Se está haciendo duro, la verdad. El primer día nos movíamos más, pero ahora estamos casi todo el día tumbados, medio mareados cuando nos levantamos, con náuseas, vómitos y dolor de barriga. Solo bebemos agua", describe Roberto Mesa.

Saharacciones ha lamentado, además, que la policía "les obligue a identificarse continuamente y les amenaza con multas de hasta 45.000 €".

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