La 'app' Moocall avisa al ganadero con un mensaje de texto cuando una vaca de la cabaña está a punto de parir; la letrina Blue Diversion, ultracompacta, cien por cien sostenible, barata y de instalación instantánea, puede ayudar a reducir el trágico impacto de la falta de servicios sanitarios en el mundo, causa primordial de casi dos millones de muertes al año; las prótesis de Project Daniel: Not Impossible, fabricadas con impresoras 3D, devuelven brazos y piernas a mutilados por minas antipersona o heridas de guerra...

Un panel publicitario patentado en Perú purifica el aire de las megaciudades contaminadas con la misma efectividad que 1.200 árboles; una escuela de Arquitectura montada en una vieja cabaña de pesca reutilizada y adecuada a las necesidades de la zona extremadamente pobre de Cabuyal (Ecuador); un kit que cualquiera puede ensamblar para ayudar a los neófitos a programar códigos de computación; el coche de Google que se conduce solo; un biocompost elaborado a partir de sobras agrícolas sometidas a la acción de un hongo que permite cultivar un material moldeable multiusos...

Los citados son algunos de los 76 finalistas de más de 30 países que optan a la octava edición de los premios Designs of the Year (Diseños del Año), cuya relación acaba de hacer pública el Design Museum de Londres. Los candidatos en las seis categorías del certamen de este año (Arquitectura, Digital, Moda, Productos, Diseño Gráfico y Transporte) serán expuestos en el museo entre el 25 de marzo y el 23 de agosto. El jurado, que este año preside el escultor indio Anish Kapoor, otorgará los premios en cada sección el 4 de mayo y el ganador absoluto será anunciado el 4 de junio.

Como en las convocatorias anteriores, el prestigioso galardón, quizá el más notable del mundo en su clase, desea "promover el cambio y el acceso al diseño de calidad" y "capturar el espíritu de los tiempos". Los proyectos finalistas, casi todos ellos en fase de comercialización y venta, no en desarrollo de prototipos, ofrecen "una instantánea de las preocupaciones contemporáneas del mundo del diseño", dicen los organizadores, que destacan como "tema fuerte" de esta convocatoria "el deseo de aprovechar las nuevas tecnologías para resolver problemas de largo alcance".

Aunque la utilidad, la belleza, cierto grado de rupturismo o vanguardia, la conciencia social y medioambiental de los proyectos y la investigación de nuevas áreas y tecnologías sean las características más notables de los finalistas, en la amplia relación hay obras de relumbrón y enormes presupuestos, sobre todo en el área de Arquitectura, en la que figuran el proyecto de Frank Gehry para la sede de la Fondation Louis Vuitton, una construcción considerada por algunos un milagro y criticada por otros por su bufonesco perfil, y el complejo residencial ajardinado One Central Park, de Sídney (Australia), con el que Jean Nouvel ganó el premio al mejor rascacielos del año.

En la sección de diseño digital figuran las Megafaces, el edificio-selfie de Asif Kahn para los juegos olímpicos de invierno de Sochi; el juego para smartphones Monument Valley, diseñado por ustwogames, donde el usuario debe "manipular arquitecturas imposibles y guiar a una princesa silenciosa por un mundo de belleza incomparable"; el mobiliario urbano Responsive, del estudio de Ross Atkin, que permite a personas con visibilidad reducida, ceguera u otras limitaciones físicas moverse con mayor exactitud por las ciudades mediante una red emisores y una aplicación para dispositivos móviles, y The Ocean Cleanup, una idea del ambientalista danés Boyan Slat para recoger plásticos de mares y océanos que se presenta como la mayor abordada nunca.

Otras iniciativas que aparecen en la relación de finalistas son la colección otoño-invierno del siciliano Fausto Puglisi —diseñador favorito de Beyoncé y Rihanna—; las luces de LED para bicicletas Double O de Paul Cocksedge; la mesa Current de Marjan Van Aubel que permite la carga de dispositivos electrónicos con energía que el mueble genera mediante sensores solares, y el trabajo en Indonesia del colectivo nómada Field Experiments, que diseñaron sobre el terreno y con ayuda de personas del lugar un centenar de objetos basados en la tradición pero que rompen con la idea tradicional de souvenir turístico.

Al igual que en la pasada edición, el museo permitirá que los visitantes a la exposición —que incluye ejemplares de los objetos y, en el caso de edificios o vehículos, fotografías o maquetas— participen en la elección de los mejores diseños a través de las redes sociales. Todos los seguidores del museo en Twitter y Facebook podrán también ejercer el derecho a votar con la etiqueta #designsoftheyear.