El hospital Josep Trueta extirpa con éxito un tumor del páncreas en una operación pionera

  • Sólo el 10% de los tumores de páncreas son operables porque en él confluyen venas y arterias que comunican con órganos vitales.
  • De los pacientes operados, sólo el 15% sobrevive cinco años después.
  • El paciente tenía una esperanza de vida de seis meses antes de la operación.
  • Los médicos redujeron el tamaño del tumor con quimioterapia y radioterapia.
Los doctores Bernardo Querals (i), Carmen Auñón y Joan Figueras (d) posan con un sonriente Alberto Márquez, a quien lograron extirpar un tumor en el páncreas para salvarle la vida.
Los doctores Bernardo Querals (i), Carmen Auñón y Joan Figueras (d) posan con un sonriente Alberto Márquez, a quien lograron extirpar un tumor en el páncreas para salvarle la vida.
TÀNIA TÀPIA / ACN
Los doctores Bernardo Querals (i), Carmen Auñón y Joan Figueras (d) posan con un sonriente Alberto Márquez, a quien lograron extirpar un tumor en el páncreas para salvarle la vida.

El hospital Josep Trueta de Girona ha realizado con éxito una intervención pionera en el Estado a un paciente al que otro centro dio una esperanza de vida de seis meses a causa del tumor de páncreas que tenía. Lo consideraron inoperable porque le afectaba el tronco celiaco, la arteria que lleva la sangre al hígado, el estómago y el bazo. Sin embargo, un equipo multidisciplinario logró extirpárselo después de reducir el tamaño del tumor con quimioterapia y radioterapia.

Los tumores de páncreas son de los más agresivos que hay. Ello se debe a que en el páncreas confluyen venas y arterias que comunican con órganos vitales como el hígado, el estómago o el bazo. Ello facilita que estas neoplasias invadan rápidamente estas estructuras vitales y sean muy difíciles de extirpar. Con todo, cuando se diagnostican, sólo un 10% se pueden operar y, de éstos sólo el 15% sobrevive cinco años después.

Alberto Márquez, un vecino de Figueres (Girona) de 47 años, supo hace un año que tenía un tumor en el páncreas. Primero, le intentaron operar en otro centro pero no le pudieron extirpar porque el tumor afectaba ya el tronco celiaco, que es la arteria más importante del abdomen y que lleva la sangre al hígado, el estómago y el bazo. Cuando llegó al hospital Josep Trueta su esperanza de vida era sólo de seis meses.

Del caso de Alberto se hizo cargo un equipo multidisciplinario formato por cirujanos, oncólogos y radiólogos oncológicos y vasculares. "La cirugía no ha mejorado los resultados de curación en los últimos 15 años, por eso hay que trabajar juntos y coordinadamente desde un comité de expertos que tome las decisiones conjuntamente y diseñe una estrategia", defiende el doctor Joan Figueras, el cirujano que ha operado Alberto.

Este equipo decidió, primero, intentar reducir la tamaño del tumor del paciente a través de tratamientos de quimioterapia y radioterapia, que empezó en noviembre y dio buenos resultados. "Se trataba de un paciente con buen estado general de salud y se le ofreció este tratamiento, que dio buenos resultados y estabilizó la enfermedad", ha explicado la doctora Carmen Auñón, oncóloga radioterapeuta.

A continuación, la estrategia diseñada por el equipo médico pasaba para "tapar" el tronco celiaco para producir una hipertrofia en estas arterias y hacer que la sangre llegara a los órganos a través de una circulación alternativa. Esto hizo que el equipo de cirugía pudiera extirpar el tumor entero sin dañar ningún órgano vital.

Cinco días de hospitalización

Alberto Márquez fue operado el 15 de junio y sólo estuvo ingresado cinco días. Ahora, ni un mes después, reconoce que hace vida normal, que come de todo, que se encuentra muy bien y se ha podido reincorporar al trabajo. Además, no tiene que seguir ningún tratamiento.

"Si no me hubieran operado estaría muerto, me dijeron que no llegaría a los 50 años y cada vez que me visitaban me recortaban la esperanza de vida hasta que llegué a Trueta y soy testigo de que continúo vivo", ha manifestado.

Alberto reconoce que está profundamente agradecido al equipo médico que lo ha tratado y ha destacado que esta operación no la querían hacer en ninguna parte más ni del Estado español ni del extranjero. "A veces no somos conscientes que justo junto a casa tenemos médicos de este nivel", ha reivindicado.

Una esperanza para los enfermos

El caso de Alberto abre una ventana a la esperanza de los enfermos de cáncer de páncreas, uno de los más agresivos y con una mortalidad más alta. El cirujano Joan Figueras ha subrayado que el camino a seguir es el del trabajo coordinado entre los diferentes especialistas, y espera que el nuevo tratamiento sirva para aumentar la supervivencia al 35%.

"Este caso nos abre nuevas esperanzas para los enfermos que de entrada no son operables, se ha demostrado que si se hace un tratamiento complementario disminuye el tumor, mejora pronóstico y se puede extirpar", ha detallado. Figueras recuerda que, en el caso del tumor de páncreas, el único tratamiento que garantiza la supervivencia del paciente más allá de los cinco años es la extirpación.

Todo y el éxito de la intervención, Figueras reconoce que el cáncer es "imprevisible" y no pueden saber si el tumor se reproducirá a pesar de haberlo extirpado completamente.

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