Es una técnica que requiere premeditación, delicadeza y parsimonia. El dibujo a la punta metálica, también llamado stilum, es una técnica que los más dotados artistas han practicado desde el siglo XIII y que adquirió enorme popularidad entre el XIV y el XV, cuando los maestros Perugino, Leonardo da Vinci, Rafael o Durero, percibieron el embeleso de dibujar con un estilete —casi siempre de plata, pero también podía ser de oro, cobre o plomo— sobre un papel o pergamino previamente tratado con gessou otro tipo de aglutinante —polvo de huesos, goma arábiga...— y comprobar como el resultado mejoraba con el tiempo gracias a la oxidación.

La compleja técnica asombra en la exposición Drawing in silver and gold - Leonardo to Jasper Johns (Dibujando en plata y oro - De Leonardo a Jasper Johns), que mostrará, del 10 de septiembre al 6 de diciembre en el British Museum de Londres, un centenar de obras de los últimos seis siglos que han mantenido viva la fascinación por un proceso que consigue trazos sedosos, esfumados de una enorme profundidad y un aspecto aterciopelado de delicadeza que no es capaz de alcanzar ninguna otra forma de dibujo.

Explorar el desarrollo de la punta metálica desde el Renacimiento hasta la actualidad y "descubrir cómo el desafío técnico del medio ha inspirado a generaciones de artistas" es el objetivo de la muestra de la pinacoteca, que se ha aliado para organizar el evento con la National Gallery of Art de Washington. Anuncian la muestra como "una oportunidad única en la vida" para enfrentarse a un centenar de "dibujos excepcionales" creados con la exquisita y complicada técnica.

La relación de las obras que se muestran en el museo londinense es demasiado selecta como para la elección de piezas notables, pero el Perro descansando de Durero (en torno a 1520) es cautivador y tiene un trazo sigiloso y el muy conocido Busto de un guerrero, de Leonardo (en torno a 1475) explica a las claras por qué la punta de plata adquiere dureza y bouquet con el tiempo.

Otros dibujos notables son el expresivo Retrato de una mujer joven, pintado por el primitivo flamenco Rogier van der Weyden más o menos en 1475, donde la textura es similar a la de una fotografía envejecida o filtrada en sepia, y el Autorretrato sosteniendo un plato de cobre (c. 1589), del siempre exuberante Hendrik Goltzius.

Otros artistas con obras en la sugerente exposición son Petrus Christus, Rafael, Hans Holbein el Viejo, Lucas van Leyden, Rembrandt, el prerrefaelista Edward Burne-Jones, el sarcástico y dolorido Otto Dix y los contemporáneos Jasper Johns y Bruce Nauman. Las obras procedentes de la magnífica colección de dibujos del British y hay préstamos de museos europeos y de los EE UU y de colecciones privadas, entre ellos cuatro hojas de Leonardo da Vinci de la Colección Real Británica.

Los organizadores destacan que la punta metálica aplicada sobre una preparación abrasiva permite que los trazos del metal queden en la superficie del papel o el pergamino. La punta fina "permite líneas precisas y dibujos increíblemente detallados", pero la técnica no permite el borrado, lo que deja al artista en la necesidad de "planificar cuidadosamente el diseño o correr el riesgo de tener que empezar de nuevo".

La exposición es la primero en explorar el desarrollo de la punta metálica a lo largo de un periodo tan dilatado de tiempo y mostrar la gran variedad de estilos artísticos que ha abarcado. Mientras durante Renacimiento se hizo popular tanto al norte como al sur de los Alpes, fue sustituido por el grafito a partir de 1550 debido al menor coste de éste. Desde finales del siglo XVII la técnica fue "prácticamente olvidada hasta" el XIX, cuando la admiración por el arte renacentista una corriente de recuperación.