Las adaptaciones cinematográficas de cuentos clásicos son tendencia. En el último lustro, el cine y la televisión se han llenado de versiones actualizadas de multitud de cuentos de hadas. Sin embargo, dentro de esta moda, se está imponiendo una aún más específica, la conversión de viejos clásicos de la animación en largometrajes protagonizados por personajes de carne y hueso.

Disney abrió la veda en 2010 con Alicia en el País de las Maravillas, una secuela de acción real de la cinta animada homónima de 1951. Más oscura y con el toque excéntrico de Tim Burton —unido al ya de por sí surrealista universo de Lewis Carroll—, la película mostraba a una Alicia adulta que debía volver a un mundo de fantasía que visitó siendo niña pero del que ya no recordaba nada. Aunque las críticas no fueron muy benévolas con esta versión, la recaudación fue excelente y dio pie a una larga sucesión de experimentos similares.

Desde entonces, han llegado a los cines versiones humanizadas de Caperucita Roja, Blancanieves, Jack y las habichuelas mágicas, Cenicienta... El próximo clásico en regresar a las pantallas será Peter Pan, quien ya ha contado con algunas versiones en carne y hueso (Hook, por ejemplo) y que vuelve ahora, el 9 de octubre, con Pan (Viaje a Nunca Jamás).

Además, en perspectiva hay muchos casos parecidos: El libro de la selva de Jan Favreau, La Bella y la Bestia protagonizada por Emma Watson, una versión de Dumbo en manos de Tim Burton e incluso había en proyecto una adptación de La sirenita dirigida por Sofia Coppola que ha quedado paralizada después de que esta se retirase por desacuerdos sobre quién debía ser la protagonista.

En 2011, sólo un año después del estreno de la Alicia de Burton, llegaba a los cines Caperucita Roja (¿A quién tienes miedo?), una versión con el toque oscuro adolescente romanticón que tan de moda puso la saga Crepúsculo. Quizá tenga algo que ver con esto el hecho de que la película fue dirigida por Catherine Hardwicke, quien también se encargó de la adaptación cinematográfica de la primera novela de la popular saga vampírica.

En 2012, le llegó el turno a Blancanieves. La joven de nívea piel no se conformó con una única adaptación y en ese mismo año protagonizó tres estrenos, encarnada por una actriz diferente en cada uno de ellos. Fue una fiera guerrera (Kristen Stewart), nuevamente con toques de oscuridad romántica adolescente, en Blancanieves y la leyenda del cazador, una princesa exiliada (Lilly Collins) en Blancanieves (Mirror, Mirror) y una muchacha de la España de los años 20 (Inma Cuesta) que acaba involucrada en el mundo del espectáculo con un grupo de enanos toreros en Blancanieves, de Pablo Berger.

Además, los nuevos tiempos hicieron que la malvada madrastra adquiriese tanto o más protagonismo que la misma heroína, como han demostrado Charlize Theron, Julia Roberts y Maribel Verdú respectivamente en estas tres recientes adaptaciones. Ese culto a la figura antagonista alcanzó su máximo esplendor en 2014 con Maléfica, una versión de La bella durmiente en la que Disney ponía el foco en la al parecer no tan maléfica bruja del cuento, que esta vez lucía el rostro y cuerpo de Angelina Jolie.

En 2013, entre la princesa de la manzana y la de la rueca, llegaron al cine dos historias algo menos manidas bajo los títulos de Hansel y Gretel: Cazadores de brujas, locura de acción posmoderna e hiperbólica, y Jack El Caza Gigantes, aventurilla dirigida por Bryan Singer.

El último clásico animado en dar el salto a la acción real ha sido Cenicienta, que este mismo año ha vuelto a ponerse de actualidad gracias a una adaptación firmada por el director británico Kenneth Branagh. Detrás de esta versión vuelve a estar Disney, que es el estudio que más empeño está poniendo en la humanización de cuentos animados. De hecho, la compañía también tiene en agenda una revisión de La Bella y la Bestia —con Ewan McGregor y Emma Watson en los papeles protagonistas—, el Dumbo de Tim Burton, un largometraje sobre el príncipe azul de Blancanieves, la segunda parte de Alicia —probablemente titulada A través del espejo—, un remake de acción real de Merlín el encantador y, aún como proyectos por definir, Pinocho, Mulán e incluso una precuela de Aladdín que relatará los orígenes del genio y cómo acabó atrapado en la lámpara.

Más cerca aún está El libro de la selva, de Jon Favreau, de la que ya hay tráiler y cuyo estreno está previsto para el 15 de abril de 2016. La renovada adaptación es una versión de acción real en la que la novedad será poco más que visual, ya que volverá a relatar la conocida historia del clásico de Rudyard Kipling, la aventura del niño humano criado en la selva junto a los lobos, un oso y una pantera negra.

Sin embargo, el estreno más inminente (llega a los cines el 9 de octubre), aunque recuerda a una de las grandes historias de la "factoría de sueños", no pertenece a Disney sino a Warner Bros. Se trata de Pan (Viaje a nunca jamás), una precuela de Peter Pan en la que se narra la aventura de un joven huérfano que acaba secuestrado por los piratas del malvado Barbanegra, quienes lo llevan al país de Nunca Jamás. Dirigida por Joe Wright, uno de los grandes atractivos de la película es la participación de Hugh Jackman en el rol de villano.