Ricardo Darín: "A veces vivimos la vida como si fuéramos a vivir cuatrocientos años"

  • Ricardo Darín protagoniza, junto a Javier Cámara, 'Truman', una película de Cesc Gay que ya se ha ganado los halagos de la crítica española y argentina.
  • El actor se confiesa un hombre sensible, muy amigo de sus amigos y un gran amante de los animales, sobre todo de los perros y los caballos.
  • Cree que "en las grandes ciudades no vivimos bien".
El actor Ricardo Darín en una escena de 'Truman'.
El actor Ricardo Darín en una escena de 'Truman'.
Universal Pictures
El actor Ricardo Darín en una escena de 'Truman'.

El argentino Ricardo Darín ha vuelto a convertirse estas semanas en uno de los nombres de referencia del panorama cultural actual en España, primero por su trabajo en la obra teatral Escenas de la Vida Conyugal, con la que está visitando algunas de las grandes ciudades españolas, y en segundo lugar por Truman, película de Cesc Gay que ha conquistado a la crítica y que muchos auguran que será una de las grandes triunfadoras de la próxima edición de los premios Goya.

De momento, la película ya ha recibido el Premio Feroz Zinemaldia y Darín, la Concha de Plata de San Sebastián, compartida con su compañero de reparto Javier Cámara, un reconocimiento que según el actor argentino también debería haber sido para Gay.

"Ha tenido tantos aciertos que lo primero en lo que pensé el día que nos galardonaron fue en Cesc. ¿Qué debe sentir un director que elige a dos tipos para que hagan los personajes protagonistas de su obra y ve que los dos han sido premiados por ello? Esto es un premio al director. Me llamó la atención que no lo premiaran a él, de verdad. Por eso yo digo que los premios, para cometer una pequeña justicia, muchas veces cometen grandes injusticias", cuenta Darín en un encuentro con la prensa.

Este reconocimiento se suma a otros muchos de la larga carrera de un actor que confiesa que aún le queda mucho por recorrer y que asegura que el éxito es algo volátil. "Yo la sensación que tengo todavía es que estoy de ida. No me siento recostado sobre ninguna situación privilegiada ni instalado en un lugar de infalibilidad. Además, sé que en la medida en que vas acumulando situaciones agradables, por decirlo de algún modo, también vas poniendo el listón en un punto desde el cual luego vas a ser juzgado", comenta el argentino.

"Los trabajos de exposición pública son un examen permanente. Siempre, todos los días... No importa lo que hayas hecho antes, vas a ser juzgado por lo nuevo, y a veces se es muy injusto con el profesional. Cuando tienes la suerte de que te salen bien las cosas, todo el mundo te da besos y abrazos, te palmean la espalda y te dicen que eres un fenómeno, después aparecerán diciendo que 'bah, ya era hora de que se cayera'", añade.

En Truman, Darín interpreta a Julián, un actor al que han diagnosticado un cáncer terminal. Tomás, un amigo de toda la vida, viaja desde Canadá para pasar con él unos días en los que ambos compartirán experiencias muy marcadas por la proximidad de la muerte, un tema que para Darín no es tan delicado como suele decirse. "¿Cuál es el tema duro?, ¿la muerte? Cuando vamos a ver una película de acción donde aparece un tío con una ametralladora y mata a sesenta y tres no nos parece duro, ¿no?", pregunta en tono de broma.

"Cesc ha utilizado como disparador el tema de la muerte pero creo que lo que quiso hacer fue desparramar temas como la forma en la que nos relacionamos con los demás o qué espacio le otorgamos a los que decimos amar. Muchas veces con los que amamos, precisamente porque hay una corriente grande de afecto, lo vamos dejando todo para más adelante. Siento que a veces vivimos la vida como si fuéramos a vivir cuatrocientos años. Es raro eso", asegura el actor, quien confiesa que intenta escapar de eso. "Yo no me quedo con las ganas de decirle a mis amigos o a mis familiares lo que siento por ellos", afirma.

"Puede que los hombres sean un poco más pudorosos que las mujeres, pero yo no tengo problema en abrirme con mis seres queridos, aunque sean varones. A lo mejor soy demasiado femenino, puede ser, porque todos tenemos un componente cromosómico que algunos asumimos y otros no", sentencia.

Ese "dejarlo todo para después" está, según él, muy vinculado al estilo de vida urbano. "Uno tiene la sensación de que, cuando se aleja de las grandes ciudades, de la locura, del tránsito, y se va al campo, a la montaña o al mar, de pronto la vida se parece más a lo que debería ser, con otro ritmo, más atentos a lo que nos rodea: a la arena, a cómo está el clima... Yo creo que en las grandes ciudades no vivimos bien, definitivamente. Hacemos lo que podemos, nos las tenemos que rebuscar para encontrar espacio, pero estamos deseando tener unos días libres para salir corriendo de acá", opina.

"Con respecto a la muerte, de lo que sí se habla es de tener la libertad de decidir, de que no te vengan a decir que es lo que tienes que hacer, porque hay que estar en los zapatos del fulano en la ocasión para saber lo que se siente. Es muy fácil habla desde afuera", explica Darín.

Amistad y amor por los animales

Al margen del asunto de la muerte, que se trata desde una perspectiva a medio camino entre el trasfondo dramático y el humor y la ligereza de la cotidianidad, el gran tema del largometraje es la amistad, en concreto una amistad que algunos califican de idílica pero que a Ricardo Darín le parece que sí es posible. "Sería muy pretencioso de nuestra parte tratar de descubrirlo en relaciones a lo mejor efímeras u ocasionales, pero creo que existe. La amistad es uno de los sentimientos más complejos que existen: hay una corriente de afecto compartida, con reciprocidad, que se nutre de aciertos y desaciertos, se asume como compleja pero se defiende a sí misma", dice el actor.

"La dinámica de la vida cada vez complica más la amistad sincera, pero rescatemos la posibilidad de que exista. Yo por lo pronto siento profunda amistad con varias personas a las que no he traicionado ni por las que me he sentido traicionado. Y esto no significa que no haya cometido errores", añade.

Tras la amistad de Julián y Tomás, la segunda gran relación del filme tiene que ver con el título de la película, cuyo sentido muchos se preguntan. Truman es el nombre del perro de Julián, su inseparable compañero, con el que tiene un íntimo vínculo que para Darín es más que comprensible. "Yo soy profundamente perrero, tengo cuatro perros en mi casa y no sé a cuál de ellos quiero más", comenta.

"¿Hay alguien que se comporte de forma más incondicional cuando llegas a tu casa que quien no te pregunta absolutamente nada y que lo único que hace es mover la cola y pegar saltos de alegría como si volvieras de la guerra? ¿Hay algo más grande que eso? No hay. Todo lo demás está sujeto a negociaciones permanentes, con ellos no. Bueno, saltando que el hecho de que los hemos domesticado a través de la comida, que es otra de nuestras perversiones. Adoro a los animales, especialmenete a los perros y los caballos", cuenta el intérprete argentino.

Con Truman, aparte del reconocimiento de la crítica, Ricardo Darín ha obtenido un crecimiento personal. "Es como cuando estás con una novela muy buena que no puedes dejar de leer o vas al teatro o al cine y ves una película que te moviliza, te sientes reconfortado. Yo quizá sea muy infantil en ese sentido, pero siento que soy mejor persona cuando alguien me abre los ojos con respecto a algo, o que por lo menos me avispa o me da un poco de iluminación. A mí me pasó eso con esta historia", sentencia el actor.

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