Mónica Naranjo: "No quiero una igualdad de marcar el paquete y tirarme todo lo que se mueve"

  • "Vivimos en un purgatorio", dice la cantante que estrena disco, Lubna.
  • "No quiero volver aquí, yo no quiero repetir curso".
  • "Las redes sociales están de puta madre, pero nos están aislando".
Mónica Naranjo
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Una ópera rock basada en el libro de un amigo que escribe por afición es el nuevo trabajo de Mónica Naranjo. Su nombre: Lubna.

Como si no hubiera virus capaz de tumbarla nos atiende pese a que efectivamente hay uno que la ha enganchado por sorpresa y eso que, así lo dice, "yo no soy de ponerme mala".

Pese a todo, allí está, sentada en una tranquila biblioteca de un hotel madrileño, y antes de encender la grabadora cuenta llena de orgullo que su hijo de 23 años, que nunca se había comprado un disco, se ha comprado Lubna. Las lágrimas de emoción están muy muy cerca. Pero no salen.

Hay mucho de la realidad actual en este trabajo, y de denuncia...

Sí, y por eso me enamoré de la historia, porque el autor escribió todos estos episodios basándose en la actualidad más reciente, políticas y sociales que ahora vivimos y esto es de hace más de diez años. Yo empecé a escribir esta ópera hace siete. Él dice: se veía venir.

¿Y usted?

No, yo creo que nadie, estábamos todos tan enfrascados en nuestro ombligo que no lo vimos venir, y nos hemos despertado gritando.

¿Amanece ya?

Sí, y entiendo Lubna como un despertar.

¿Y un purgatorio?

Es que vivimos en un purgatorio, en una sociedad enferma, las personas cada vez somos más individualistas, las redes sociales están de puta madre pero nos están aislando.

El error en comparación con nuestros abuelos está justo ahí...

Me da terror pensar que sepamos que pasan cosas en casa del vecino y miremos hacia otro lado por miedo. Y el miedo está bien, nos hace ser cautos, pero hay que enfrentarse, para que la vida cambie hay que ser más solidarios y abrir nuestros corazones al prójimo. Lo necesitamos porque si no nos vamos a la cagada. Si nos unimos nada nos podrá vencer.

Pero son pocas las uniones...

Sí, pero el amanecer existe, sólo hay que verlo y hay que abrirse. Esa es la manera.

¿Y también la que define su música y a usted?

Sí, porque yo lo hago y lo hago de siempre. Sufres más en la vida, sí, muchísimo. Pero vale la pena, porque después dices: gracias a todo lo que he vivido soy lo que soy. Y ahí está todo: lo malo también.

Con este disco, ¿qué es lo que más le gustaría que se quedaran las mujeres?

Trabajo dentro y fuera de casa. Soy madre y no he usado a nadie para criar a mi hijo. Ha venido conmigo al fin del mundo. Lo he querido educar yo y él te dirá que ha estado siempre bajo mi ala. Trabajamos fuera y dentro, no nos quejamos. En mi caso, mi marido también, pero yo también lo he impuesto. Las mujeres estamos acostumbradas a no pedir las cosas, como si tuvieran que leernos la mente. Si él te quiere de verdad, lo cambiará, y si está contigo porque está a gusto sin más sal corriendo, porque no vas a crecer con esa pareja. Y viceversa. Eso de que no se puede cambiar es mentira, por amor se cambia. La igualdad, yo creo en la igualdad.

Pero no somos iguales...

Yo no quiero una igualdad de marcar el paquete ni de tirarme todo lo que se mueve: yo no creo en la igualdad en ese nivel. Yo creo en la igualdad en respeto, el equilibrio.

De este trabajo, la que más le ha costado o dolido...

Jamás me duele en el alma. Tras la grabación de ese vídeo creí que tenía que volver al psiquiatra. Me tocó lo más hondo. Qué afortunados los que tenemos los hijos sanos, porque no es natural, ningún padre tendría que sobrevivir a un hijo.

¿La ansiedad es el miedo a la libertad? Sobrevuela la ansiedad en todo el disco

A mí me provoca ansiedad las cosas que no he acabado, no la libertad, porque la libertad ya la tengo. Yo soy libertad. Cuando veo cosas sin acabar me entra ansiedad porque tengo un pendiente, y no me gusta. El día que me muera no quiero dejar un pendiente, porque no quiero volver, no quiero repetir curso.

¿No volvería?

No, creo que nos esperan cosas mejores y con menos peso.

¿Lo más injusto que podrían decir?

A mí cuando hay gente que en una red puede tener la desfachatez de criticar trabajos me parece que lo hacen desde la ignorancia, porque hay que ser muy ignorante para criticar el trabajo de cualquiera, porque hacer discos hoy es un esfuerzo inmenso. Unos nos autofinanciamos, otros editan en casas discográficas. Sólo por eso, esa gente tendría que abstenerse.

A veces es la frustración lo que lleva a esas críticas...

Pues pastillas de colores y al psiquiatra, que yo lo visito y me va formidable.

¿Qué no haría?

No, nada, la música es formidable, vida. Nos hemos acostumbrado a tener la vida con bandas sonoras.

¿La suya?

Queen.

¿Cómo se ve en 'un después'?, ¿tras esta vida?

Sé cómo me veo ahora y es en mi casa con mi familia, que es el pilar más importante. Nos queremos infinitamente. En familia entran mis amigos más íntimos. La vida en comuna me parece muy atractiva para cuando uno se hace mayor.

Pero no somos mayores...

No, cuando lo seamos. Vivamos en comuna, cojamos una masía y vivamos todos juntos.

¿Cuánto le ha costado conquistar y ser libertad?

Siempre he tratado de vivir mi libertad. Ya he sufrido ese proceso de quitarme los lastres porque claro que podría haber seguido en la música como los primeros años, pero entonces nunca habría podido hacer lo que he hecho. Es normal, una compañía discográfica no quiere arriesgar. Es normal. ¿Cómo les voy a decir que voy a musicalizar un libro de un amigo? No es criticable, es normal. Tengo un instinto que me dice ese es el camino, por mucho que me digan que el correcto es otro. Yo me voy por el que me dice el instinto y no lo he dudado nunca y no me ha ido tan mal.

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