Narra en un 'fotodiario' los 30 años de vida de su hija autista

  • Leon Borensztein publica un documento espontáneo sobre cómo crió a su hija Sharon, que ahora tiene 30 años y nació con autismo, ceguera, epilepsia...
  • El padre se encargó en solitario de la tutela de Sharon desde hace 15, cuando la madre fue apartada de la cría por orden judicial por toxicomanía y alcoholismo.
  • El libro es una crónica de alegrías, decepciones, perseverancia y amor incondicional hacia la hija y, a través de ella, hacia 'todos los que no son vistos ni escuchados'.
Sharon estalla en carcajadas ante la cámara de su padre, Leon Borensztein
Sharon estalla en carcajadas ante la cámara de su padre, Leon Borensztein
© Leon Borensztein
Sharon estalla en carcajadas ante la cámara de su padre, Leon Borensztein

El día uno de agosto de 1984 Leon Borensztein (1947) escribió en su diario: "Para ser sincero, nunca quise tener hijos: tenía miedo de no ser capaz de afrontar la enorme tarea de ser padre. Cuando me enteré de que Cathy estaba embarazada, sin embargo, me conjuré para ser el mejor padre posible. Ponía óperas italianas, de Beethoven, Chaikovski, Mozart..., para que el bebé escuchara buena música en el útero. Leía libros en voz alta (...) Ahora, a las cuatro de la madrugada, veo la cara de mi hija. Me concentro en hacerle fotos. Es una niña y yo había comprado ropa azul porque esperaba un hijo. Había soñado en jugar el fútbol con él, escalar montañas con nuestras cámaras".

El libro Sharon, un foto diario de aquella niña que ahora tiene 30 años, es una prueba de la incoherencia de los sueños, una enseñanza que para los pesimistas significará que no siempre valen la pena y conviene el pragmatismo. Durante los tres años siguientes al nacimiento del bebé en Oakland (EE UU), donde residía la familia, los médicos hilaron un listado de diagnósticos que parecían interminables: ceguera en grado alto, habilidades motoras graves, bajo tono muscular, trastornos del espectro autista, episodios convulsivos que parecían epilépticos, retraso en el habla. En palabras del padre, nacido en Polonia y residente en los EE UU desde 1977, "la lista seguía y seguía y era muy larga".

Ha crecido ante la Hasselblad del padre

Desde el embarazo de Cathy hasta ahora no han pasado más de unos pocos días sin que Borensztein retrate a Sharon con su Hasselblad, una cámara noble, antigua y de calidez contrastada cuando es manejada por manos mansas. La niña ha crecido ante los ojos de su padre y la lente fotográfica. Entre ambas personas y el aparato mecánico han compuesto una crónica de alegrías, decepciones, perseverancia y amor incondicional hacia una cría con discapacidades y, a través de ella, dice el fotógrafo, hacia "todos los que no son vistos ni escuchados".

Cuando Sharon tenía 15 años, la madre, que se había entregado a la vía de huida de las toxicomanías duras y el alcoholismo, fue apartada de la familia por decisión del juzgado que tramitó el divorcio de los padres. La sentencia concedió la tutela a Leon, ordenó el alejamiento de Cathy y desde entonces, la familia fue de hecho y p0r derecho monoparenteral.

'Los textos me hicieron llorar'

El foto diario, editado por Kehrer [144 páginas y un PVP de 39,9 euros], contiene casi un centenar de imágenes en blanco y negro y extractos de los diarios del fotógrafo para aportar contexto e información añadida. "Volver a leer esos textos me hizo regresar a momentos de profunda frustración, épocas en las que bordeé la locura. Los textos me hicieron llorar. Es difícil entender por lo que hemos pasado, declara Borensztein en una entrevista en The Daily Mail.

Con la misma espontaneidad que casi cualquier padre emplea para sacar fotos a sus hijos, aunque con mucha mayor pericia que la media —Borensztein es un fotógrafo dotado de una técnica fina y sin ápice de amaneramiento—, los autores, porque está claro que al artista y a la musa y modelo debemos agradecer este volumen asombroso, nos dejan entrar en momentos de duda, rabia, gozo, juego y sufrimiento...

Sharon vive en una residencia

Sharon, que tras varias operaciones ha recuperado parte del sentido de la vista, sigue padeciendo cambios de humor, convulsiones y dificultades en el habla. Ahora vive en una residencia para personas con discapacidad que su padre, temeroso por la vejez y no poder encargarse de los cuidados que requiere la hija, buscó durante años y ahorró lo suficiente para pagar el alojamiento.

El lugar está cerca del domicilio paterno. "¡Sharon es tan cariñosa cuando voy a visitarla! Nunca quiere que me marche, siempre me pide con dulzura que me quede un rato más", escribe el fotógrafo.

El 83%, víctimas de delitos sexuales

En uno de los textos que el autor añade al libro figuran estremecedoras estadísticas que Borensztein tuvo muy en cuenta y le asaltaban con olas de temor. Según la Coalición contra Delitos Sexuales de Washington, el 83% de las mujeres con discapacidades serán víctimas de delitos sexuales a lo largo de su vida y sólo el tres por ciento de los casos son denunciados.

El libro, además mostrar los "desafíos de la monoparenteralidad", dicen los editores, "ofrece una oportunidad única para aumentar la conciencia acerca de la discapacidad" y los "horribles incidentes que las mujeres con discapacidad pueden experimentar en su vida".

Autor de otros dos libros sobre temas sociales —Artists With Disabilities (Artistas con discapacidades) y American Portraits (Retratos estadounidenses)—, Borensztein añade: "Toda mi carrera artística ha estado impulsado por la necesidad de dar voz a todos los que no son vistos ni escuchados: este deseo se convirtió en una pasión personal cuando nació mi hija Sharon".

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