Los 'primeros' de Twitter: cuando la red social era solo "un grupo grande de amigos"

Hubo un tiempo en el que Twitter era un páramo. Funcionaba con SMS y no existían los retuits. Tampoco se podían compartir fotos y los pocos usuarios que se animaron a probarlo no entendían nada. "Éramos diez, no más, hablábamos entre nosotros y nos contábamos tonterías, era un chat". Eduardo Arcos (37), fundador de la empresa Hipertextual, se creó una cuenta (@earcos) en agosto de 2006, apenas un mes después de que la red social se abriera al público y a los cinco meses de que Jack Dorsey, uno de los tres fundadores de la compañía, lanzara un 21 de marzo el primer tuit de la historia: "Just setting upp my twttr".

Arcos es, posiblemente, el tuitero más veterano en nuestro país (cuenta número 3.968), aunque por aquel entonces vivía en México. Lo suyo fue una casualidad. Tenía un podcast y usaba Odeo, plataforma de audio creada por Evan Williams, otro de los padres de Twitter (y de Blogger). Un día entró, vio "un anuncio" de una nueva red social y sucumbió. Aunque ahí se quedó la cosa, "porque en esa época necesitabas un número de teléfono estadounidense para usarlo", era complicado, así que no tuiteó hasta febrero de 2007, ya desde la web. "Usaba una Blackberry", recuerda entre carcajadas, "no había aplicaciones, todo esto era pre-iphone".

"¿Que está pasando?", inquiere hoy Twitter al usuario. La pregunta en 2006 era: "¿Qué estoy haciendo?". "Era todo muy ingenuo, como exponer mi vida, nada que ver con lo que es ahora", dice Arcos. "Mi cena y mi comida para mañana"; eso es lo que hacía el madrileño Álvaro Ortiz (35), creador de Populate, alias @furilo, cuando redactó su primer tuit el 19 de noviembre de 2006. "Conocía a uno de los programadores de Twitter y me apunté", cuenta, "no había apenas usuarios, al principio escribía en inglés, era muy marciano". A su alrededor, la red social se expandió entre los mismos que ya compartían comunidad con los blogs.

Así lo evoca también Alicia Baidal, @Alibaimor, talent manager en la plataforma YouTube. El "microcosmos" de aquellos que se leían y comentaban en los blogs (@Chiqui, @CesarCalderon, @petezin, @juanlusanchez...) se trasladó a Twitter, explica esta valenciana en la treintena. Su cuenta, atípica, nació en diciembre de 2007. La mantuvo durante años en modo privado —su timeline no era público, ella aceptaba a los usuarios que quería— y siempre con una imagen de Audrey Hepburn como avatar. "No me apetecía poner mi foto, no conocía a nadie", añade. Muy activa, en 2009 pasaba de los 40.000 tuits y su nick era toda una celebridad.

En los inicios de Twitter había más chicos que chicas. En 2008 resultaba, digamos, peregrino que una fémina intercambiara tuits en plena madrugada desde España —y con menciones— sobre las primarias demócratas entre Barack Obama y Hillary Clinton, rememora Baidal. Eso le valió entonces un follow 'de oro', el del actual presidente de los Estados Unidos; su compañeros de trabajo aún le hacen bromas con el tema. La red social era hace ocho años, dice, "un grupo grande de amigos" que tuiteaban con un ritmo muy inferior al actual. Había "afinidad en los intereses, buen rollo, estaba todo más claro".

Twitter cuenta con 320 millones de usuarios activos al mes en todo el mundo, el 80% desde el móvil. Se comparten 500 millones de tuits al día. En España, según ComScore, hay más de 11 millones de usuarios activos, sin contar IOS y tablets (solo ordenador y Android). La nostalgia es común entre los decanos. Para Arcos y Ortiz, la red de microblogging adolece ahora mismo de "desorden" y "caos". Para Baidal, los usuarios han dejado de hablar entre ellos, "solo queremos estar y que nos aplaudan". Twitter, además, está experimentando cambios como la alteración cronológica del timeline y, según sus propios balances, se ha estancado, tanto en número de usuarios como en términos económicos. Vive un momento delicado.

Ortiz cree que el tono general negativo y la imposibilidad de mantener una discusión "equilibrada" en 140 caracteres empujan a algunos usuarios al abandono o a adoptar una actitud más pasiva. Para Arcos, Twitter tiene potencial para ser una red muy masiva —"No sé si tanto como Facebook"—, pero "no termina de encontrar su lugar". Supere o no esta fase de incertidumbre, la evolución de estos diez años ha estado marcada, opina Arcos, por tres elementos fundamentales: la cercanía y la capacidad de generar empatía; un mejor control de la privacidad y de los mensajes; y la adaptación a nuevos lenguajes.

"Durante mucho tiempo se escuchó mucho a usuarios y desarrolladores", explica, de ahí que Twitter incorporara a sus funciones algunas cosas que en 2016 nos parecen normales, como los retuits o las menciones. "Nos inventábamos los retuits poniendo RT al principio", añade Baidal. Twitter cambió el modo en el que los usuarios se comunicaban; y viceversa. ¿Y cuándo se hizo todo esto masivo? Ella lo recuerda "perfectamente": Twitter no llegó de verdad a los españoles, apunta, hasta que la televisión informó un día sobre la prohibición del seleccionador Vicente del Bosque a la Roja de usar la red social durante el mundial de Sudáfrica en 2010.

La televisión y Twitter tienen una relación excepcional en nuestro país. Seis de cada diez usuarios, según la compañía, comentan y leen tuits sobre lo que ven. Hace años, cuando "no había ni hashtags" consensuados, uno podía encontrarse a gente insospechada apostillando en petit comité un especial de Nochebuena o el festival de Eurovisión; "Se me saltaban las lágrimas de la risa", relata Baidal. Antonio Castelo (@Srcastelo), cómico, se juntaba "con colegas" para tuitear sobre los Goya e incluso "sobre Gran Hermano Vip", admite. Como solo él tenía cuenta, los demás le dictaban los mensajes y él los escribía.

Ahora esto es el pan nuestro de cada día. Lo mismo ocurre con la política. El 80% de los diputados tiene cuenta, pero los early adopters existieron. Entre ellos, el socialista César Ramos o, atención, el president catalán Carles Puigdemont (diciembre de 2007). Y Patxi López (septiembre 2008) y Cristina Cifuentes (diciembre 2008). La presidenta madrileña, con la que uno podía perfectamente coincidir allá por 2010 en las famosas quedadas de tuiteros eats and tweets, es una heavy user de Twitter y de su herramienta de vídeo Periscope. El Ayuntamiento de @Madrid también tiene una cuenta antigua: la abrió en 2007 un limpiabotas de Málaga y se la cedió después a la institución, como hizo con @Roma, @RiodeJaneiro o @Japan.

El tuit más retuiteado hasta el momento de la política española es, no obstante, del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Fue una broma tras la agresión que sufrió en Pontevedra en la pasada campaña electoral del 20-D. El humor ha encontrado su sitio en Twitter desde el principio. De 2007 es, por ejemplo, @yeyodebote. Pero Castelo llegó antes, en marzo de 2007. "Twitter me lo descubrió Jesús Terrés, @nadaimporta, al principio tenía mi biografía escrita en inglés y solo hablaba con la gente en ese idioma, algunos se metían conmigo por eso. Eso es Twitter", explica divertido.

Entendió la red social como un "buen instrumento" para relacionarse con otros y para difundir su trabajo. De hecho, la usa principalmente para eso. Reconoce que hacer comedia es complicado y diferente según el medio, que puede pasar "cualquier cosa", y prefiere no darse a la opinión sin más en temas como la política —"A veces parece que hay que tener opinión sobre todo"—; pero cree que "a la gente le gusta la ultrademocracia" que representa Twitter frente a otras redes más elitistas. Él es muy de Reddit, pero enseguida cuenta algunas de sus experiencias "increíbles": "Una vez me hice colega en Twitter de un cómico americano y luego le vi en Nueva york". Castelo tiene habilitada la opción que permite a cualquiera enviarle mensajes directos, y eso también le fascina.

A pesar de la competencia de otras redes mucho más potentes —en usuarios y en posibilidades audiovisuales— como Facebook (1.590 millones de usuarios activos al mes en el mundo), YouTube (1.000 millones), Instagram (400 millones) o la aplicación de moda Snapchat (más de 100), muchos de los usuarios fieles de Twitter lo son porque lo encuentran útil. "Yo sigo pensando que es la manera más rápida de enterarte de qué está pasando", reflexiona Baidal. El tiempo real es su mayor activo, sea por un accidente de avión en el Hudson o por el 15-M; por la primavera árabe, el 13-N en París o los Oscar. Y las voces expertas coindicen en defender que esto siga siendo así. Aunque ya no se trate, solo, de un coloquio entre amigos.