Un estudio revela que vapear emite tres veces menos partículas que el humo del tabaco

  • La investigación se ha llevado a cabo en el Departamento de Química Analítica de la Universidad de Valencia.
  • Han analizado la calidad del aire en espacios cerrados y el aliento de los fumadores pasivos en los dos casos.
  • Las mediciones fueron realizadas en una habitación limpia y cerrada, de 40 metros cúbicos.
Una mujer fumando un cigarrillo electrónico.
Una mujer fumando un cigarrillo electrónico.
EFE/Sebastien Nogier
Una mujer fumando un cigarrillo electrónico.

Un estudio del Departamento de Química Analítica de la Universitat de València revela que fumar cigarrillos y vapear contribuye a enrarecer el ambiente en atmósferas cerradas, si bien el vapeo produce tres veces menos emisiones de partículas que el humo del tabaco.

El trabajo, publicado en la revista Microchemical Journal, aporta más datos acerca de los cigarros electrónicos, un producto que se anuncia como alternativa inocua al tabaco y una manera de dejar de fumar, pero cuya seguridad y eficacia son controvertidas, según informa la Universitat en un comunicado.

Los profesores Miguel de la Guardia y Sergio Armenta han sido los encargados de llevar a cabo el trabajo de investigación, junto con los investigadores Juan Casanova y Daniel Gallart, del Departamento de Química Analítica de la Universitat de València.

Elementos de análisis

La investigación trata sobre los efectos de fumar cigarrillos electrónicos y clásicos, y para ello se ha analizado la calidad del aire en espacios cerrados y el aliento de los fumadores pasivos en los dos casos.

Con dispositivos para monitorizar el aire se han evaluado el monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), materiales en partículas (PM), formaldehído y compuestos orgánicos volátiles (COV) presentes en el aire interior y en el aliento de los fumadores y de los vapeadores pasivos.

Las mediciones fueron realizadas en una habitación limpia y cerrada, de 40 metros cúbicos, donde se realizaron las prácticas activas y pasivas de fumar y vapear durante dos meses.

El estudio demuestra que la emisión de monóxido de carbono (CO) y compuestos orgánicos volátiles como benceno, tolueno, xileno alcoholes o aldehídos ligeros contenidos en el vapor fue de 0,5 partes por millón (ppm), frente a las 8 ppm de monóxido de carbono y 1 ppm de compuestos orgánicos volátiles emitidos en el humo del tabaco.

Además, se ha detectado formaldehído —un compuesto químico que disuelto en agua da lugar al formol— en niveles de 35 ppb (partes por millardo, que equivalen a microgramos por litro) en el exhalado del vapeo frente a 134 ppb en el humo del tabaco.

Con estos datos, las conclusiones del trabajo destacan que el aliento de los fumadores y vapeadores pasivos, antes y después de ser expuestos al vapor o al humo, registraron niveles de formol que se mantenían en todos los casos por debajo del límite de detección de la técnica, es decir, la cantidad mínima que se puede distinguir de cero.

Igualmente, la cantidad de partículas, CO2, y CO en el caso de vapeadores pasivos era la misma que en atmósfera limpia, aunque, como se apunta en el estudio, hay evidencias científicas preliminares de la presencia de productos químicos tóxicos en el vapor generado por los cigarrillos electrónicos.

"Este estudio confirma en cuanto a la nicotina en saliva que sí que hay una exposición del vapeador pasivo, pero que es mucho menor que para los fumadores pasivos", concluye De la Guardia

El científico destaca que uno de sus objetivos era "comparar la rarificación del ambiente en los dos casos, y con los estudios de nicotina en saliva, comparar la incidencia de este alcaloide en las personas que no tienen el hábito de fumar".

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