Un concierto de piano en medio del Ártico para exigir la creación de una primera zona protegida

  • Esta semana se decide la cuestión de crear un área protegida equivalente a la extensión de Reino Unido por su alto valor ecológico.
  • Ocho millones de personas en el mundo han solicitado este paso proteccionista.
  • Greenpeace lleva al pianista italiano Ludovico Einaudi a tocar sobre el deshielo.
El músico italianao Ludovico Einaudi toca el piano sobre una plataforma flotante en mitad del océano Ártico, para reclamar mayor protección para este espacio natural único en el planeta.
El músico italianao Ludovico Einaudi toca el piano sobre una plataforma flotante en mitad del océano Ártico, para reclamar mayor protección para este espacio natural único en el planeta.
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El músico italianao Ludovico Einaudi toca el piano sobre una plataforma flotante en mitad del océano Ártico, para reclamar mayor protección para este espacio natural único en el planeta.

El pianista italiano Ludovico Einaudi, acompañado de activistas de Greenpeace España, ha unido su voz a través de la música en una acción llevada a cabo frente al glaciar Wahlenbergbreen (Noruega), para pedir la declaración de zona protegida del Ártico, ha informado la ONG en un comunicado.

"Estar aquí ha sido una gran experiencia. He podido ver la pureza y fragilidad de este área con mis propios ojos e interpretar una canción que compuse en el mejor escenario del mundo", ha explicado Ludovico Einaudi desde el barco de Greenpeace, el Arctic Sunrise.

El pianista italiano ha creado una pieza especialmente para la ocasión que ha interpretado con un piano de cola sobre una plataforma flotante en mitad del océano, con la cual se une a los ocho millones de personas en el mundo que piden la protección del Ártico.

Einaudi ha viajado al Ártico a bordo del barco de Greenpeace, en una acción que coincide con el inicio esta semana en Tenerife de la Comisión internacional para la protección del medio ambiente del Ártico Noreste (OSPAR, por sus siglas en inglés), que podría establecer la creación de la primera zona protegida en aguas internacionales de ese océano.

Según el comunicado de la organización ecologista, en esta cita Ospar debe decidir sobre la creación de un área protegida en las aguas internacionales del Ártico sobre las que tiene competencia, un área que equivale a la extensión del Reino Unido y que supondría alrededor del 10% de la zona que Greenpeace pide sea declarada Santuario Ártico.

El estudio de Ospar se hace tras el reconocimiento por parte de ese comité científico "de que hay suficientes evidencias del alto valor ecológico de esta región y de que existe un grave proceso de deshielo debido al cambio climático con la consiguiente afección a los recursos naturales", ha asegurado Greenpeace.

"Casi ocho millones de personas ven con preocupación que la Comisión Ospar pueda ceder ante las presiones de Noruega, Dinamarca e Islandia", ha asegurado desde el Ártico la portavoz de Greenpeace, Elvira Jiménez, en la nota. "Estos tres países se oponen a que este Convenio, el único con potestad para proteger una parte de las aguas internacionales del Ártico, reconozca su valor ambiental y proceda a su protección", ha confirmado Jiménez.

El nombre de Ospar viene de la unión de dos convenios anteriores sobre prevención de contaminación marina: el de Oslo, sobre vertidos desde buques y aeronaves, y el de París, sobre vertidos terrestres, y entró en vigor en 1998. Los países firmantes de la Convención Ospar son Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Portugal, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido, así como la Unión Europea.

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