El 'brexit' tapa una campaña marcada por el debate de pactos y grabaciones a Fernández Díaz

  • El 'brexit' obligó a los partidos a reconducir sus mensajes en el último día de la campaña electoral.
  • Las grabaciones del ministro del Interior rompieron la campaña del PP, con todos los partidos pidiendo el cese de Jorge Fernández Díaz.
  • El PSOE intentó 'marcar territorio' a Podemos pero fue más una reacción a la defensiva que una voluntad orquestada de plantar cara al partido de Iglesias.
  • Unidos Podemos ha insistido en el mensaje de pactar con el PSOE tras el 26-J, en la creencia de que serán segunda fuerza política, como dicen las encuestas.
  • Ciudadanos, por su parte, ha buscado hacerse un hueco en esta campaña con el objetivo de ser decisivo en la formación de gobierno.
Imagen del debate electoral de la campaña del 26-J.
Imagen del debate electoral de la campaña del 26-J.
EUROPA PRESS
Imagen del debate electoral de la campaña del 26-J.

La decisión adoptada por los británicos en referéndum el pasado jueves de salir de la UE, el llamado brexit, ha tapado el final de la campaña electoral para las generales de este domingo que había venido marcada por el debate de los pactos postelectorales, la petición del 'voto útil' y, en la recta final, por las grabaciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

El brexit era una posibilidad real, pero sus consecuencias a penas se abordaron en estos quince días. Sin embargo, el resultado del referéndum en Reino Unido marcó el colofón de la campaña obligando a los partidos a reconducir sus mensajes en el último día.

Rajoy apostó por recomendar "sensatez", no "alimentar incertidumbres" y no celebrar "referéndums" que trasladen decisiones "difíciles" a la gente, en referencia al que los independentistas piden para Cataluña; Sánchez reforzó su "no" a la consulta que plantea Podemos y Rivera cargó contra los "populismos". Mientras, Iglesias intentó que el 'brexit' no le perjudique en las votaciones de mañana y se defendió acusando a sus rivales de utilizarlo para "rascar un puñado de votos".

La salida del Reino Unido de la UE tapó también las grabaciones realizadas al ministro del Interior, en su despacho, en dos reuniones que mantuvo con el jefe de la Oficina antifraude catalana (Oac), Daniel de Alfonso, en las que hablaban sobre la investigación de casos de corrupción contra ERC y CDC, así como la comparecencia de este último ante el Parlamento catalán.

Estas grabaciones rompieron la campaña del PP, con todos los partidos pidiendo el cese del ministro y, en el caso de Pablo Iglesias, poniendo en duda la "seguridad en las votaciones" del 26-J —una posición que después corrigió—, al tiempo que los partidos nacionalistas, ERC y CDC, reorientaron su estrategia con mayor dureza contra el Gobierno.

PP, a por la 'concentración' del voto

Desde el primer día de campaña, los populares se centraron en aglutinar el voto de centro derecha y en 'polarizar' la campaña presentándose como la "moderación" y el único muro de contención frente a la "radicalidad" de Podemos, conscientes de que aunque las encuestas les dan ganadores, la división del voto con Ciudadanos les perjudica y favorece al partido de Pablo Iglesias.

Por ello, en la última semana reforzaron este mensaje apelando continuamente a "concentrar" los apoyos pidiendo el "voto útil", sobre todo en 28 provincias en las que creen que los 633.000 votos que tuvo C's el 20-D solo sirvieron para que Podemos o el PSOE tuvieran más escaños.

Pero esta campaña de los populares se 'rompió' por la publicación, el pasado miércoles, de las grabaciones del ministro del Interior con el director de la Oac. El PP se vio obligado a dar explicaciones y contraatacó acusando a los rivales de "querer sacar tajada" con una "grabación ilegal", al tiempo que avisaba de que si se legitiman "métodos mafiosos" España va a un "Estado sin libertades".

En cuanto a los pactos postelectorales y frente a la posibilidad de un acuerdo entre Iglesias y Sánchez, que no descartan en 'Génova' si el PSOE queda como segunda fuerza, Rajoy ha insistido en el "derecho a gobernar" de la lista más votada tratando de superar los "vetos" que se lo impidieron tras el 20-D. Pero a la vez ha ofrecido la "gran coalición" al PSOE y a C's.

Un mensaje este último que ha reforzado tras el brexit, pidiendo que no se "alimenten o añadan incertidumbres" en clara referencia a la "amenaza" que supone Podemos y su defensa del derecho de autodeterminación, según los populares.

PSOE reitera el 'no' al referéndum catalán tras el 'brexit'

El PSOE salió a recuperar parte del voto que se fue a Podemos el 20-D, pero sin plantear una campaña frontal contra la formación morada por la hegemonía de la izquierda, a pesar del empuje de esta que han reflejado las encuestas y que situaban a los socialistas como tercera fuerza.

Pedro Sánchez, marcado por el debate 'a cuatro' —en el que los sondeos le daban como perdedor— se vio obligado a defender el 'espacio' y las 'señas de identidad' de su partido, después de que Pablo Iglesias tratara de arrebatárselos arrogándose la herencia de la "socialdemocracia" o los consejos de Zapatero.

No obstante, este intento de 'marcar territorio' fue más una reacción a la defensiva que una voluntad orquestada de plantar batalla contra el partido de Pablo Iglesias, como lo demuestra el hecho de los roces entre los propios líderes socialistas: del Federal con Ximo Puig o de Miquel Iceta y Susana Díaz.

Sin embargo, en la última semana de campaña, Pedro Sánchez endureció los ataques a Iglesias a quien acusó de ser una "pseudoizquierda" por anteponer el derecho de autodeterminación y de "manosear" las ideologías. En la recta final y en respuesta al brexit, el candidato socialista rechazó de plano el referéndum en Cataluña y repartió culpas de lo ocurrido en Reino Unido entre la "derecha irresponsable" y el "populismo".

El objetivo de Sánchez es lograr más escaños que Iglesias para poder negociar con ventaja un acuerdo postelectoral. De hecho, el candidato socialista, sabedor de que sigue siendo la llave para poder llegar a un acuerdo de Gobierno, no ha querido desvelar con quién pactará a pesar de los reiterados intentos que ha hecho Pablo Iglesias. Lo que sí ha dejado claro es que no facilitará un gobierno del PP, ni que el candidato de Podemos sea presidente.

Podemos, a por la primacía en la izquierda

Podemos se lanzó desde el primer día a lograr la primacía en la izquierda, utilizando también la estrategia de la 'polarización', aunque trató de mantener equilibrios para, por un lado, anular el miedo que producen en parte del electorado y por otro, apropiarse de las señas de identidad tradicionales del PSOE.

En la línea de borrar los aspectos más negativos que pueden ver en ellos los electores, como la vinculación con Venezuela o la Grecia de Tsipras, el partido de Iglesias diseñó tanto el lema como el envoltorio del programa electoral: "La sonrisa de un país" en el catálogo de Ikea, en el que aparecen los candidatos en escenas de la vida cotidiana, como las que realiza la mayor parte de los ciudadanos en sus casas.

Iglesias ha ido compaginando el ninguneo al PSOE con el lanzamiento de mensajes que caían como pequeñas 'bombas' entre los socialistas, rompiendo su estrategia de campaña. La primera, la afirmación de que Podemos es una fuerza 'socialdemócrata' y después, sus consultas a Zapatero y los buenos consejos que le da.

Eso sí, el mensaje insistente de Pablo Iglesias ha sido el de pactar con el PSOE tras el 26-J, en la creencia de que, tras su coalición con IU, serán segunda fuerza política, como dicen las encuestas.

Ciudadanos busca hacerse hueco y ser decisivo

El partido de Albert Rivera, consciente de que la estrategia de 'polarización' de PP y Podemos le perjudica, encaró esta campaña con el objetivo de hacerse un hueco y tratar de ser decisivo en la formación de gobierno. En esa estrategia se enmarcan su visita a Venezuela y los duros ataques a Pablo Iglesias y a Mariano Rajoy.

Tras unas encuestas que le han ido otorgando tan solo una ligera subida, el candidato de C's endureció su mensaje contra el presidente en funciones, a quién ya en el debate 'a cuatro' atacó con los SMS a Luis Bárcenas y los casos de corrupción en el PP. Además, pasó parte de la campaña poniendo en duda la "autoridad moral" de Rajoy para repetir. No obstante, ha defendido que la lista más votada forme gobierno, pero ya avisa que pondrá "muchas condiciones".

También ha lanzado duros golpes a Podemos, como los que asestó a Iglesias en el debate cuando le acusó de financiarse con dinero de Venezuela: "No necesitas a los bancos por que tienes a Maduro".

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