Coches autónomos: el futuro cada vez más cerca

¿Coches sin conductor? Si hace unos años nos hubieran preguntado sobre esta opción nos habríamos llevado las manos a la cabeza, pero la realidad es que la tecnología ya está desarrollada y hay coches en pruebas circulando sin intervención humana por carreteras alrededor del mundo. Si en la actualidad algo está frenando la expansión del coche autónomo es, principalmente, la actual legislación. Concretamente la Convención de Viena del año 1968 establece que el conductor debe mantener el control de su vehículo en todo momento.

Aunque la norma no lo pone fácil, no hay casi ningún fabricante que se resista a formar parte del gran acontecimiento de la conducción autónoma, y BMW, Mercedes-Benz, Audi, Nissan, Renault, Toyota, Peugeot, Citroën, Volvo, Honda, Tesla… son algunos de los que más trabajan en su desarrollo.

Por ejemplo, en España hemos visto hace poco a un coche autónomo recorrer el trayecto que une Vigo-Madrid sin la intervención del conductor (eso sí, supervisado en todo momento por especialistas que iban a bordo del coche). Pero de momento se trata de pruebas experimentales que ayudarán a mejorar la conducción autónoma tanto en autopistas y autovías como en carreteras secundarias y en ciudad, donde es más complicado. Y queda por ver la convivencia con el resto de usuarios…

Se habla de 2025 como el año clave para la llegada del vehículo autónomo a la conducción real; por ejemplo Bosch, uno de los principales investigadores en este campo, así lo tiene previsto. Continental, otro gran proveedor de tecnologías, estima que la conducción automatizada de puerta a puerta será posible a partir de 2030.

De momento nos tenemos que conformar con vehículos conectados y equipados con altos sistemas de conducción asistida en las gamas más altas de los fabricantes, como el nuevo Mercedes-Benz Clase E, que incluye funciones de conducción pilotada y adelantamiento asistido. El coche autónomo también permitirá informar sobre problemas mecánicos. De hecho, el RACE ya está haciendo pruebas para la identificación de percances de forma remota, de manera que unos técnicos de asistencia podrán ayudar a continuar la marcha a miles de kilómetros de distancia.

¿El futuro? Los coches autónomos ayudarán a aprovechar mejor nuestro tiempo, pero no nos olvidemos que el principal objetivo es mejorar la seguridad en las carreteras porque si algo consigue la máquina es eliminar el error humano–presente en el 90% de los accidentes de tráfico-.

A la industria le quedan retos por superar para que la conducción autónoma sea una realidad de verdad. Hay que mejorar los mapas para que sean más precisos y actualizados al segundo, el vehículo tiene que tener controlado en todo momento al conductor para saber su disponibilidad en caso de un imprevisto, desarrollar sensores y vídeos más avanzados, resolver la duda del culpable en caso de accidente o la posibilidad de ataques cibernéticos que pongan en peligro nuestra seguridad. Y, como decíamos al principio, modificar la legislación que permita a un conductor ir en un coche autónomo.

NOTICIAS RELACIONADAS