Sánchez lanza un órdago y abre la guerra en el PSOE al anunciar primarias y un congreso

La presidenta, el secretario general y el secretario de Organización de los socialistas, Micaela Navarro, Pedro Sánchez y César Luena, respectivamente.
La presidenta, el secretario general y el secretario de Organización de los socialistas, Micaela Navarro, Pedro Sánchez y César Luena, respectivamente.
Emilio Naranjo / EFE
La presidenta, el secretario general y el secretario de Organización de los socialistas, Micaela Navarro, Pedro Sánchez y César Luena, respectivamente.

Órdago a lo grande. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes su intención de convocar el 39 Congreso Federal a principios de diciembre, que incluiría primarias el 23 de octubre. Así lo ha comunicado a la Comisión Permanente de la Ejecutiva al día siguiente del varapalo de los socialistas en las elecciones gallegas y vascas, y lo ha hecho con el argumento de que el PSOE necesita "debatir" y "votar" para tener "una sola voz".

La propuesta de Sánchez, que también ha comunicado que él se presentará a dicho Congreso y que intentará también un Gobierno alternativo al PP, todo a la vez, necesita de la ratificación del Comité Federal, que tendrá lugar este sábado. Solo este órgano, el de máxima autoridad del partido a nivel orgánico y actualmente muy dividido, está facultado para convocar un Congreso, como consta en el artículo 36 (apartado W) de los estatutos de la formación. Ante esta circunstancia, el líder socialista ha subrayado que da por hecho que "la mayoría no va a poner impedimento a que se pronuncie la militancia en la elección de su secretario general".

La opción de celebrar un cónclave de estas características, de forma exprés, cuenta con el rechazo de seis de los siete presidentes autonómicos del PSOE, y su anuncio se ha producido después de que los barones territoriales críticos y varios cargos del partido hayan pedido acometer una "profunda reflexión" y un debate interno sobre el rumbo a seguir.

Sánchez ha reconocido la existencia de ese debate, que considera legítimo, y lo ha resumido en torno a dos posiciones: "Los que creen que el PSOE no puede tener una posición subalterna al PP", que es la que él defiende y por eso insiste en el 'No' a Rajoy, y los que creen que los socialistas deberían "facilitar un Gobierno del PP para evitar terceras elecciones". "Es un debate legítimo, pero no lo comparto", ha dicho el líder socialista, que apuesta por un PSOE "claramente definido a la izquierda, que sea la alternativa al PP y en diálogo con todas las fuerzas políticas".

"Un debate de fondo"

El secretario general del PSOE ha hecho referencia a las continuas declaraciones de dirigentes críticos de su partido, que por un lado defendían la abstención del PSOE para dejar gobernar al PP, como pide el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, o que insistían en que el PSOE no debe intentar gobernar con 85 diputados, como afirma la presidenta andaluza, Susana Díaz. Sánchez considera que esas diferencias de criterio representan "un debate de fondo", y ha defendido que el lugar adecuado para tenerlo es un Congreso, que es "el órgano que corresponde".

"No es un debate menor, hablamos sobre la posición que va a tener el PSOE en los próximos años", ha dicho. Y por eso, recurre a la militancia, que siente de su parte en el 'no' a Rajoy, para que "el PSOE  defina de una vez por todas qué posición defiende". "Necesitamos debatir, necesiatmos votar para que el Partido socialista tenga una sola voz, que es la voz de su secretario general". "Necesitamos que el PSOE vuelva a ser una organización unida", ha insistido, para luego lanzar otro mensaje a sus críticos: "Aquellos que crean que tienen un proyecto mejor que den un paso adelante y lo defiendan".

El órdago lanzado por Sánchez no deja nada al azar. Si finalmente se aprueba este 1 de octubre la convocatoria de un Congreso federal, la votación entre la militancia para elegir al nuevo secretario general sería el 23 de octubre. Esto, además de dar muy poco tiempo para reaccionar a cualquier rival, supondría obligar a su principal potencial competidora, la andaluza Susana Díaz, a elegir entre aspirar a dirigir el PSOE y, por tanto, a ser candidata a la presidencia del Gobierno en caso de terceras elecciones, o seguir siendo presidenta del Ejecutivo andaluz. Un cargo este que tendría que dejar a mitad de legislatura para afrontar un nuevo desafío electoral en un momento en el que la formación vive sus peores resultados en las urnas.

Al mismo tiempo, los plazos previstos por Sánchez dejan margen para celebrar una investidura in extremis, ya que las Cortes no se disuelven hasta el 31 de octubre. Él por su parte, insistirá en intentar un Gobierno alternativo, a persar de lo ajustado de los tiempos, ya que ha anunciado que no iniciará las negociaciones para un "Gobierno transversal y de cambio" hasta que su liderazgo sea revalidado. “Voy a hablar con todas las fuerzas políticas, pero no podré cerrar ningún acuerdo hasta que no obtenga el aval de mi organización (... )  "No tiene ningún sentido que yo intente negociar y se me cuestione desde dentro".

También en esos días, entre el 23 de octubre de las primarias y la disolución de las Cortes, el PSOE podría, aunque muy ajustado, corregir el sentido de su voto (por ejemplo, con la abstención al PP) y evitar así terceras elecciones. Si estas fueran inevitables, el partido ya tendría a un secretario general recién nombrado por las bases que podría encabezar la candidatura.

La segunda parte del proceso, aquella en la que se ratifica la elección de los militantes para la Secretaría General y se nombra al resto de la Ejecutiva, tendría lugar el 2, 3 y 4 de diciembre, justo antes del arranque de la campaña electoral, Porque según los estatutos del PSOE, el congreso ha de tener lugar 60 días después de su convocatoria.

Congreso pendiente desde febrero

La Comisión Permanente de la Ejecutiva Federal ha aprobado la propuesta de Sánchez de celebrar primarias en octubre y congreso del partido en diciembre, tras cuatro horas y media de debate, durante el cual los representantes andaluces han manifestado su "contrariedad". "No es el momento de detenernos un vez más a hablar de lo nuestro", ha dicho a la salida de la reunión el secretario de Política Federal, Antonio Pradas, hombre de confianza de la presidenta andaluza, Susana Díaz. No obstante, la última palabra la tendrá el Comité Federal del PSOE, convocado para el próximo sábado, 1 de octubre. En caso de decidir que no se celebrase dicho cónclave, el entorno de Sánchez asegura que éste estaría legitimado, al rechazar el Comité plantear una alternativa, a ser el candidato en caso de que hubiese terceras elecciones.

Esta maniobra ha sido rechazada de plano por las federeciones de Andalucía y de Castilla La Mancha que incluso le han llegado a pedir que asuma responsabilidades. De hecho, el sector andaluz ha trasladado su rechazo a la propuesta del secretario general dentro de la reunión de esta mañana en Ferraz, empezando por la presidenta del PSOE, Micaela Navarro, y el secretario de Política Federal, Antonio Pradas. Y a ellos se han sumado la exministra Carme Chacón; la secretaria de Empleo, Luz Rodríguez; la de Inmigración, Eva Matarín (próxima al ex secretario general del PSOE de Madrid Tomás Gómez) y el líder de Juventudes Socialistas, Nino Torre. No obstante, las direcciones del PSOE en Navarra, Euskadi y Baleares y del PSC en Cataluña se mantienen en la defensa del secretario general.

La convocatoria del 39 Congreso federal estaba pendiente desde febrero de este año, cuando se cumplieron cuatro años del que se celebró en Sevilla, cuando fue elegido secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba. El congreso donde Sánchez tomó el control del partido en julio de 2014 fue de carácter extraordinario tras la dimisión de su antecesor. El pasado mes de abril, los dirigentes acordaron posponer la celebración del cónclave a la formación de Gobierno con el fin de anteponer los intereses generales a los del partido.

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