Coches eléctricos, puentes aéreos espaciales, baterías de acumulación solar y ahora, vehículos autoconducidos. No se trata de ninguna novedad tecnológica —Google lanzó hace tiempo su prototipo de coche autónomo y fabricantes como Volvo, Toyota y Mercedes ya están en pruebas— pero lo anunciado por Tesla Motors le convierte en la primera automovilística que equipará la conducción automatizada a todos sus vehículos.

La visión de emprendedor sudafricano Elon Musk contempla un mundo más limpio, sin fronteras planetarias y tecnológicamente superior. Y ahí se enmarca su anuncio del miércoles. A partir de este momento, todos los vehículos Tesla que salgan de su factoría en la californiana Fremont incorporarán el hardware que permite la conducción automática (de momento, desactivado). Y será una autonomía total, la llamada Nivel 5.

La compañía ha remarcado en un comunicado que la autoconducción "jugará un papel crucial en mejorar la seguridad del transporte y acelerar la transición del mundo a un futuro sostenible". Según Musk, "la conducción humana es el doble de peligrosa que la automatizada", una estimación alineada con la ONU, que calcula que muere una persona en el mundo cada cuatro segundos por un accidente de tráfico y que la causa en gran media fueron los errores humanos, ya fuera por exceso de velocidad, despistes en la conducción o por la ingesta de alcohol y drogas.

El emprendedor sudafricano, confundador de Tesla Motors en 2003 y CEO actual de la empresa, asegura además que la conducción automatizada rebajará el coste del transporte a los propietarios de un coche y ofrecerá a quien nolo tenga  una opción de movilidad bajo demanda a un precio inferior.

El aspecto de la seguridad es el más importante. Una encuesta reciente de km.77 mostraba que el 42% de los españoles confiaba igual en un coche manejado por personas que de forma automatizada. Así que Tesla, igual que Google en su día, se afanó este miércoles en explicar la tecnología que incorporarán para prevenir los accidentes de unos vehículos que se contarán por millones en el mundo según un estudio reciente de IHS Automotive.

Los nuevos vehículos de Tesla equiparán ocho cámaras con alcance de 250 metros que cubren los 360 grados —tres detrás del parabrisas, dos en cada lateral para controlar los ángulos muertos y otra en la parte trasera—, 12 sensores ultrasónicos que detectan obstáculos en esa distancia —útiles en las incorporaciones, en tráfico cercano y en aparacamiento— y un radar delantero que permite 'observar' la carretera a través de lluvia fuerte, niebla, polvo... e incluso por delante del coche que circula enfrente.

Así funciona el sistema de autoconducción de Tesla. (CARLOS GÁMEZ)

"Un humano no puede ver en todas las direcciones y en esa distancia, ni procesar toda esta información recibida de los sensores como sí lo hará la computadora a bordo", asegura la compañía estadounidense, que destaca que el procesador de los ordenadores será 40 veces más potente que el que hasta ahora equipaban sus coches y que solo permitía funciones más básicas de asistencia automática a la conducción, como el freno automático de emergencia, aviso de colisión, línea recta en el carril o la velocidad mantenida de crucero.

La estética tampoco será un problema, según explicó el fundador de Tesla, Elon Musk; porque a diferencia del coche de Google, los sensores estarán incorporados dentro de la carrocería y no requerirán 'abombar' el diseño del vehículo para darles espacio.

Tanto el Model S, como el Model X y el Model 3 —su modelo low-cost anunciado en abril—incorporarán de fábrica la autoconducción a más tardar en diciembre de este año y ya se pueden hacer precompras de estas versiones para los dos primeros modelos. Pero de momento, aunque se compren estos modelos, el nuevo sistema estará 'capado' por la compañía hasta recibir la aprobación correspondiente de las autoridades de tráfico en cada país.

"Además antes tenemos que calibrar el sistema y testarlo en condiciones reales de carretera, por lo que nos llevará millones de kilómetros de pruebas para realizar las mejoras de seguridad necesarias", explica la compañía, que estima que la primera unidad esté circulando ya por las carreteras estadounidenses a finales de 2017. La fecha definitiva no se sabrá hasta que se realicen estas pruebas de seguridad previas.

Y es que la burocracia tiene mucho que decir, tanto en el terreno de la seguridad como en el de los seguros. Musk aseguró que Tesla se hará responsable de cualquier incidente relacionado con el fallo del sistema, pero no de cualquier tipo de incidente en el que estén involucrados sus vehículos. De hecho la empresa estadounidense ya se desmarcó del accidente que sufrió un usuario de Tesla con sistema de autopilotaje que presuntamente veía una película de Harry Potter cuando un camión se cruzó en su camino.

Los expertos del sector en España puntualizan que antes de que estos modelos circulen por nuestras carreteras, es necesario adaptar la normativa de circulación, modificar los contratos de seguro y analizar su efecto en la protección de datos privados personales.

Cuando Tesla dice que sus coches incorporarán un nivel de automatización 5, se refiere a la clasificación que estableció la Sociedad de Ingenieros de Automoción en 2014 en seis niveles que miden la involucración humana en la conducción, desde la asistencia hasta la autonomía total. El nivel más bajo, el cero, se refiere a sistemas automáticos que no controlan en absoluto el vehículo y solo emiten avisos.

El resto de niveles van incorporando desatenciones del conductor humano —disposición a coger el volante en cualquier momento, estar atento a incidencias, poder desatender la carretera sin graves condiciones de carretera— hasta llegar al nivel 5, que  prescinde completamente de la interferencia humana más allá de encender el coche y establecer el destino.

En el caso de Tesla, el nuevo sistema de automatización vendrá con dos opciones. Una más básica que solo mejora los niveles actuales de autopilotaje del coche —que costará 5.000 dólares, unos 4.560 euros— ; y la nueva, la de nivel 5, que permitirá la completa automatización del viaje desde el encendido, que se elevará a los 8.000 dólares (o 7.300 euros).