La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, inauguró este miércoles la nueva etapa de "diálogo" que anunció que abriría en Cataluña, y lo hizo reuniéndose con la líder de Ciudadanos en el Parlament, Inés Arrimadas, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que constataron un "cambio de actitud" por parte del Ejecutivo.

Cuando el pasado 21 de noviembre presidió el acto de toma de posesión de Enric Millo como nuevo delegado del Gobierno en Cataluña, Sáenz de Santamaría anunció que haría bandera del "diálogo" dentro del "marco constitucional" y que su "filosofía" sería la "lealtad institucional". Ayer, Sáenz de Santamaría volvió a Barcelona para mantener sus primeros contactos en privado con actores políticos y de la sociedad civil de Cataluña.

Además de sus contactos con representantes del tejido social y empresarial catalán, Sáenz de Santamaría estrenó su despacho en la Delegación del Gobierno en Barcelona recibiendo a la jefa de la oposición en Cataluña y al líder de los socialistas catalanes para "sorpresa" del Govern, que recibió con "extrañeza" el hecho de que la vicepresidenta no haya priorizado su encuentro pendiente con el vicepresidente del ejecutivo catalán, Oriol Junqueras.

Millo, que recibió a Sáenz de Santamaría a su llegada a la sede de la Delegación del Gobierno, recalcó que la relación del Ejecutivo con los catalanes "no es sólo a través de la Generalitat", sino que existen otros "interlocutores válidos" como los grupos de la oposición o los agentes económicos, sectoriales y sociales.

Tras su reunión de una hora con Sáenz de Santamaría, Iceta constató un "cambio de actitud" del Ejecutivo central con respecto a Cataluña, aunque advirtió de que esto no es "suficiente", ya que hace falta pasar a los "hechos". En la reunión, de tono "cordial", Iceta trasladó a Sáenz de Santamaría la necesidad de abordar la reforma constitucional, algo que se debe hacer sin "apresurarse" ni "frivolizar" para llegar a los "consensos" necesarios.

Por su parte, Arrimadas constató también un "cambio de actitud" del Gobierno que atribuyó al trabajo de C's, por los "requisitos" que impuso al PP en la investidura de Mariano Rajoy. Tras la hora en que ambas conversaron, Arrimadas reclamó que no sólo se "visualicen" cambios sino que el Gobierno "lleve a cabo" reformas, entre otros asuntos en el sistema de financiación, Cercanías o el corredor del mediterráneo.

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