Leonor Watling: "El amor está en el cerebro, entre las piernas y en el estómago"

  • ¿Se pueden heredar recuerdos, sensaciones y sentimientos de un corazón trasplantado? Es la premisa de 'Pulsaciones', en Antena 3.
  • Leonor Watling co-protagoniza este thriller de "ciencia ficción" en interpreta a una neurocirujana cuyo mundo se tambalea por algo en lo que no cree.
La actriz Leonor Watling, en una imagen de archivo.
La actriz Leonor Watling, en una imagen de archivo.
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La actriz Leonor Watling, en una imagen de archivo.

La actriz madrileña interpreta en Pulsaciones (Antena 3, 22.40 h) a Blanca, una neurocirujana que se enfrenta a los cambios en su marido, compañero de profesión, cuando le es trasplantado un corazón y empieza a recuperar recuerdos de un reportero fallecido, que es su donante. Incrédula y racional, es incapaz de aceptar la 'memoria del corazón' como una explicación.

¿Cómo reaccionó cuando conoció el argumento?

Me mandaron el primer capítulo y me gustó muchísimo, me pareció una mezcla de ciencia ficción y thriller muy novedosa y muy bien escrita. Me gustó porque el que lleva el peso de la investigación en la historia no tiene nada que ver con eso, si no que ha heredado esa investigación. Me gusta ver a un personaje súper torpe investigando, no a un profesional.

¿Cuándo empieza a leer el guión empieza a construir el personaje?

Pues seguramente ahí ya hay cosas que vas viendo. No lo había pensado nunca, pero seguramente en esa primera lectura ya hay cosas que sin darte cuenta se te van quedando.

Blanca es la incrédula de la serie, ¿comparte eso con su personaje?

Sí, yo soy muy racional. Hasta que no se demuestre lo contrario yo creo en lo que dice la ciencia. Me gusta la ciencia, porque a la ciencia no le importa si tú crees o no.

¿Cree en el alma?

Sí, creo que hay una parte en el ser humano que todavía no hemos logrado entender. Como aquello que no usamos todo el potencial del cerebro. Hay una parte en todo eso que se ha ocupado con fantasía y creatividad. Y vaya, vivo de eso, de hacer creer en cosas que no existen, eso es interpretar.

¿Cómo ha sido rodar todo en escenarios naturales?

Es a lo que más acostumbrados estamos porque en las películas todo son localizaciones. Ayuda mucho, es más difícil en un plató. Para el equipo técnico el plató es más fácil, pero para los actores es mejor en localizaciones.

Rodaron una facultad de medicina abandonada... ¿miedo?

Sí (risas). Es un edificio gigante que lleva cerrado años y años y además no había forma de calentarlo, pero ha venido muy bien para la serie.

Abstraerse de cosas como el frío es un trabajo actoral que no se suele ver...

Ese es nuestro trabajo y lo demás es decir bien el diálogo que nos han escrito. Todo lo demás te viene dado: te visten, te maquillan, te colocan en un lugar, el equipo de arte monta el decorado... y tú tienes que concentrarte y olvidar todo lo que no tiene que ver con eso en ese momento.

¿Suele hacer aportes al guión?

Soy un poco pesada, pero siempre con mucho cariño y respeto al trabajo de los guionistas, porque les admiro mucho. Además, en España aún no están suficientemente valorados. Ellos y los montadores son fundamentales para que una serie o una película funcione... y después de todo esto, si le preguntas a Carmen te dirá que soy muy pesada (Risas) [Carmen O. Carbonero guionista y creadora junto a y Francisco Roncal de Pulsaciones]. Pero siempre a favor y con humor. Yo propongo cosas sabiendo que es su juguete y su casa. Y si no les gusta no pasa nada.

Su marido en la serie una vez trasplantado se enamora de la mujer de su donante, ¿eso cuenta como cuernos?

Ése es el tema. Para Blanca evidentemente sí, para él es mucho más complicado. Eso eso es algo maravilloso que te da la premisa de que el órgano tenga memoria. Pero para mí es ciencia ficción.

Y si no reside en el corazón, ¿Dónde reside el amor?

En el cerebro y entre las piernas. Y si me apuras en el estómago. Yo creo que hay más sentimiento en el estómago que en el corazón, que está demasiado ocupado bombeando sangre. Todos hemos notado cómo se te encoge o te duele el estómago con las emociones.

Ha habido un gran salto de calidad en las series españolas en pocos años...

Yo creo que no solo en las españolas, en todas. Es verdad que las inglesas y las americanas siempre han tenido mucho prestigio y mucha ventaja, pero de unos años a esta parte por el cambio en el negocio y en el consumo la televisión ha conseguido un papel muy importante.

¿Respira tranquila cuando la audiencia va bien?

Éste no ha sido un trabajo más para ninguno de los que estábamos allí y que tenga buena audiencia es maravilloso. Igual tú estás orgullosa de lo que has hecho, pero si no tiene audiencia... te pone muy triste.

 ¿Ha aprendido algo de medicina?

Una de las cosas que más me gusta de ser actor es que te da pasaporte diplomático para entrar en sitios donde otras personas no pueden entrar. Tuvimos la suerte Pablo Derqui y yo de poder hablar con un grandísimo doctor, el doctor Leal y poder acribillarle a preguntas y pasear por un hospital con él. Eso me fascina de ser actriz. Cuando hice Lo mejor de Eva estuve en Plaza de Castilla con una jueza maravillosa también, preguntando, viendo cómo trabajan... es un regalo.

¿Y cosas prácticas que haya aprendido?

Pues he aprendido a coser a máquina, a montar a caballo, a pelear con espada... todo muy útil en el día a día (Risas).

¿Qué hace que le suban las pulsaciones?

A mí casi cualquier cosa, soy muy apañada. Soy muy tranquila en general, pero soy capaz de llorar con un anuncio. En los aviones da un poco de vergüenza cuando te pones una película y lloras.

¿Es fácil compaginar la tele con Marlango?

Ha sido fácil y he tenido suerte porque lo pude compaginar mucho. Pudimos tocar bastante durante el rodaje y a mí me venía muy bien porque me descargaba mucho la cabeza.

¿Todas las cantantes son un poco actrices?

Creo que sí, al final estás interpretando, aunque emplees otras herramientas. El objetivo último es el mismo: conmover y contar una historia. Y para eso tienes que dejar pasar esa historia a través de ti, que es lo que hace un actor.

¿Le han preguntado mucho por Mariló Montero y sus declaraciones sobre los trasplantes?

No, la verdad es que no... esto es ficción y me parece una genialidad de los creadores que el protagonista en lugar de heredar un diario o algo así herede la memoria de alguien a través de un órgano. Creo que los creadores leyeron un artículo sobre un médico estadounidense que estaba investigando esto... pero vamos que en Estados Unidos encuentras estudios sobre si te puedes alimentar de sol y nadie se plantea que eso sea verdad (Risas).

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