Los del Río: "Clinton no ganó porque no llevaba de canción 'La Macarena', como su marido"

Los del Río, en las calles del centro de Madrid.
Los del Río, en las calles del centro de Madrid.
JORGE PARÍS
Los del Río, en las calles del centro de Madrid.

Más de cincuenta años de carrera, 250 discos de Oro, 120 discos de Platino y 4.700 versiones de La Macarena. Pero Antonio Romero y Rafael Ruiz, Los Del Río, no están cansados y aún tienen ganas para cosas nuevas. Nos citan en El Palentino, una taberna con solera del centro de Madrid. Mientras hablamos, son Trending Topic en Twitter una vez más, en esta ocasión por ser cabeza de cartel en el SanSan Festival. Y además, tienen disco nuevo: Los del Río Tropical.

¿Qué hay en Los Del Rio Tropical?

Antonio Romero. Nos hemos atrevido a hacer un disco tropical, donde nos hemos acordado de Cuba y todos sus alrededores. Tiene un ritmazo y lo hemos hecho con un cubano que es para quitarse el sombrero. Es una experiencia musical nueva donde Los del río una vez más estamos apostando por la música y por nosotros mismos, porque tenemos la ilusión del primer día.

¿Por qué este lugar, el Palentino?

A. R. Está muy cerca de donde llegamos a Madrid la primera vez, a la calle San Bernardo 55 y realmente estamos en nuestra casa, porque para nosotros Madrid es nuestra casa, donde hemos vivido y llevamos conviviendo 50 años.

¿Cómo fueron esos inicios?

A.R. Pues compartidos con Lucio, que había abierto su restaurante. Nosotros hablábamos de él en nuestras actuaciones y después llenaba el restaurante y nosotros íbamos allí a comer y Lucio decía "señores, que Los del río actúan en Gitanillo, vayan todos para allá".

Rafael Ruiz. Nos llenábamos los sitios, nos ayudábamos mutuamente, porque a nosotros por entonces no nos conocía nadie.

Se mimetizaron con Madrid, ahora fusionan con lo latino... ¿Saber mezclarse es la clave para llevar 50 años en la música?

A.R. La clave es estar siempre en la onda y buena parte es gracias a nuestros hijos que cuando se hicieron un poco más mayores nos han marcado siempre la pauta. A nosotros nos gusta mucho el ritmo y si es cubano nos gusta todavía más.

R.R. Hemos estado muchas veces en Miami y nos decían que cantáramos allí un poquito. Y a través de nuestro mánager y unos amigos de allí que conocían a Gente de Zona les propusieron colaborar. En el momento en que se lo dijeron a los chavales se volvieron locos porque dijeron que llevaban mucho tiempo queriendo hacerlo.

Y encajaron...

R.R. Es que parece que nosotros somos cubanos y ellos de Andalucía, hubo una fusión preciosa.

¿Qué temas hay en el disco?

A.R. Hay un salpicón de canciones cubanas muy buenas. Por ejemplo: Lo que está pa ti nadie te lo quita, o El que sale solo, que es salsa, o un merengazo que es El negrito del Batey.

R.R. También nos hemos atrevido a hacer Soy un truhán soy un señor con Julio Iglesias, que la canta con nosotros. Es un crack, algo sensacional. De las pocas voces que pones la radio y si suena él dices, ese es Julio Iglesias.

A.R. También está La Conga de Gloria Stefan, que se lanzó hace 20 años y la hemos retomado cantándola en inglés.

¿Y cómo se han apañado con el inglés?

R.R. Sabemos poquito de inglés, pero como hay palabras que ya las sabes, pues cuesta menos... es inglés un poquito andaluz, ¿eh? (risas)

Ustedes que han viajado mucho... ¿cómo se arreglan con los idiomas?

R.R. Siempre venía gente con nosotros... en Japón esto que estamos haciendo ahora contigo (la entrevista) lo hacíamos en tres habitaciones que íbamos recorriendo y donde se iban turnando los medios japoneses. Fue un éxito... hasta en las tarjetas de teléfono venía la publicidad de La Macarena.

¿Los españoles somos latinos?

R.R. Claro que sí. Nosotros donde vayamos es locura lo que tienen por España, por la madre patria.

A.R. El carácter cubano, por ejemplo, es muy andaluz. El ambiente, la gente... igual que aquí. Lo mismo estás en Cuba que en Sevilla o Tenerife.

Van a ir al San San Festival, ¿cómo se plantean estar rodeados de jovenzuelos?

A.R. Ahora venimos de Estados Unidos de hacer una versión de La Macarena con Gente de Zona que cerró la Fiesta de la Juventud de Miami en un macroestadio.

R.R. Estar rodeado de jóvenes es la alegría más grande que te puedas imaginar. Para nosotros es como estar con nuestros hijos.

¿Qué tiene la música de Los del río que encaja en un festival así?

A.R. La alegría, el ritmo, el desenfado... eso le gusta a la juventud.

R.R. Y somos muy bailables.

¿Qué pueden aprender esos grupos de ustedes y ustedes de ellos?

R.R. De nosotros pueden aprender la experiencia, el no creérselo, que sepan que van a llegar a mayores.

A.R. La juventud tiene que saber que todo no se consigue en una hora, estas cosas hay que conseguirlas con muchísimo tesón, siendo muy responsable para todas las cosas, con mucha unión y respeto. Mucha gente se olvida que el respeto hay que tenerlo.

¿Os suenan alguno de los grupos con los que compartís cartel?

R.R. Nos han hablado de Coque Malla, de Leiva... hay dos o tres que nos suenan y otros tres o cuatro que no...

¿Cómo es que se soportan después de 50 años?

R.R. Porque tenemos una fuerza de voluntad muy grande... (risas)

A.R. Y por el respeto, que es fundamental. Nuestra carrera ha sido difícil y trabajosa. A partir de cierto momento cada año decíamos "¿tiramos ya la toalla?" y no podíamos, porque el público estaba encantado. ¿Cómo vamos a dejar al público en la cuneta?

Con todas las veces que habrán oído y cantado La Macarena, ¿no la aborrecen ya?

A.R. Eso es lo mismo que si miras a un hijo tuyo que tiene 30 años y dices que estás hasta el coño de tu hijo.

R.R. Es al revés, la Macarena se conoce en el mundo entero. Si yo llego a un sitio y nadie nos menta la macarena yo me muero de pena.

¿Y cómo aguanta el cuerpo cuando estáis ya cerca de los 70?

A.R. A mí me falta el IVA para llegar. Tenemos mucha ilusión y nos gusta mucho lo que hacemos y como disfruta la gente.

R.R. Y eso a pesar de estar en la calle trabajando diariamente, que nosotros no nos hemos acostado nunca hoy y nos hemos levantado mañana.

¿Esa es una parte de la profesión que la gente no ve?

A.R. Esto tiene un 'peluseo' de trabajo.

Y tiene sus peligros...

A.R. Nosotros hemos intentado por todos los medios tomar lo mínimo y nunca caímos en el punto de la droga, que ha sido mortal para muchísimas criaturas y nosotros los hemos visto, cómo se han ido.

R.R. Muchos amigos.

A.R. Eso le puede pasar a cualquiera, que te lo ponen delante te gusta y...

R.R. Esto es un mensaje para el San San, para la juventud, que se enganchen, pero a la música y no a otra cosa. Engancharse a la droga lleva a la ruina personal, mental y profesional.

 ¿Qué es la cosa más rara que les ha pasado en un concierto?

A.R. Que yo me tuviera que salir corriendo para el baño.

R.R. Y yo que me quedé solo en el escenario pensando "¿dónde está, dónde está?" y nadie tenía ni idea de a dónde se había ido. Y hacemos un popurrí de rumba que puede durar todo el tiempo que quieras, vas echándole rumbas... y yo seguía, pero me asusté y todo.

A.R. No me dio tiempo ni a decirle "que me cago".

R.R. En otra ocasión a una de nuestras coristas le empezaron a salir granos de repente en el concierto y se la tuvo que llevar la otra abajo del escenario. Le pusieron urbasón.

El show tiene que continuar...

R.R. Hombre, eso es así... otro año en el teatro de Torrejón de Ardoz nos pasó que los músicos montaron las cosas del escenario y se fueron al hotel a ducharse, en Madrid, pero al volver se encontraron con una cola de tráfico tremenda. Y dieron las siete y estábamos allí solos, con todos los instrumentos montados pero sin músicos. Así que cogimos la guitarra y empezamos nosotros solos con una selección de sevillanas. Y en la tercera o por ahí ya empezó a sonar el piano. Y parece que se hizo queriendo, porque primero entró el piano, luego el bajo, la batería... mira si nos gustó con el disgusto que teníamos, que lo volvimos a repetir en el teatro siguiente.

¿Y qué tal llevan las nuevas tecnologías para usar música?

A.R. En eso están más nuestros hijos... nosotros el whatsapp y tres cosas más y para de contar. Eso sí, el vídeo de La Macarena con Gente de Zona está en 22 millones de reproducciones y se hizo hace cinco meses...

¿Y cómo se maneja el ego con esos datos?

A.R. La EGO era una motillo que teníamos nosotros y competíamos con el vespino (risas). Nosotros no hemos conocido el ego porque hemos estado trabajando siempre. A nosotros el éxito nos llegó con Sevilla tiene un color especial en el 92 y al año siguiente llegó La Macarena. Cuando llegó llevábamos 30 años en esto, nos llegó con 44 años de edad. Y nos puso a trabajar por todos los rincones del mundo. Eso no se te sube a la cabeza a esa edad, lo mismo con 20 años...

¿Hay algo que aún no hayan contado de 'La Macarena'?

R.R. Hemos contado muchas cosas... mira, una que hemos contado muy poco es que en Miami se ha creado la Cofradía de la Macarena que tiene ya mil y pico cofrades. Eso sí, no llevan el capirote, que allí con lo del ku klux klan...

A.R. La Farmacéutica de Olot, cuando estuvo secuestrada dijo que ella se acordaba de La Macarena y que le animaba muchísimo.

De los muchos que han conocido ¿cuál ha sido el que más les ha impresionado?

A.R. El Papa, Juan Pablo II. Fuimos al Vaticano en cuatro ocasiones, para hacer varios conciertos benéficos... también la Madre Teresa de Calcuta.

¿Y cómo fue el encuentro con el Papa?

A.R. Pues le llevábamos una misa rociera y estaba prohibido cantar en la Sala Clementina, allí no había cantado nadie en la vida. Y yo creo que con los nervios yo salí y me lié con la misa rociera como dos tonos más alto y éste me siguió y no se nos cayó allí el almuerzo de milagro. Y la gente unos aplausos...

¿Son muy religiosos ustedes?

A.R. Somos de la tierra de María Santísima y somos lo que nos enseñaron nuestros abuelos. La verdad es que estar bien con Dios no es malo para nadie, pero no sólo con Dios, hay que estar bien con todo el mundo.

¿Cómo ven la política?

A.R. No nos interesa... bueno, como a todo ser humano. No tenemos carnet de ningún partido.

R.R. Nosotros lo mismo le cantamos a la derecha, que a la izquierda que al centro, mientras nos paguen, no miramos el carnet de nadie.

 Vale, ¿y los problemas del mundo?

R.R. A nosotros lo que nos da rabia es que a los chiquillos en África se los coman las moscas. Esa es la única política que no nos gusta a nosotros.

A.R. Esa es la crisis de verdad... aquí lo que tenemos la mayoría es la crisis del sobrante: me sobran seis camisas, seis pantalones... seis todo. Hay gente que está mejor y peor, pero aunque hay quien está peor no se nos comen las moscas.

Han estado en Miami... ¿cómo vivieron lo de Trump?

A.R. Cuando nosotros estuvimos allí todo el mundo pensaba que iba a ganar la Clinton.

R.R. Con nosotros ya ganó Clinton, que llevaba La Macarena de canción de campaña. Y Hillary, al no llevar la Macarena, pues no ganó (risas).

¿Y lo del muro?

A.R. Pues cada país tiene derecho a tener su política... nosotros no nos metemos en eso, que se metan los políticos y que se peleen entre ellos.

R.R. Lo que pasa es que el Trump este es un bocazas, porque el anterior, el Obama ya llevaba hecho de muro... y no se enteró nadie. Eso es la política.

También han hecho sus pinitos en el cine...

R.R. ¿Ocho apellidos vascos porqué ha tenido ese éxito? Porque terminaba con Sevilla tiene un color especial.

A.R. Si hubieran hecho Ocho apellidos catalanes también con Los del río aún estaría en cartelera (risas)

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