Protegiendo a maltratadas bajo amenaza: "No son conscientes a veces del riesgo que corren"

  • Una agente del servicio de protección para víctimas de violencia de género con riesgo alto y extremo explica en qué consiste su trabajo con estas mujeres.
  • La Policía tiene protección activa en 25.095 casos, 83 con riesgo alto y extremo.
  • La Inspectora Jefe del área de protección: "Desde el momento en que la víctima nos lo cuenta se le asigna un agente con un teléfono operativo las 24 horas".
  • Interior investiga los asesinatos de mujeres que habían presentado denuncia previa.
  • El 016 es el teléfono de asistencia a las víctimas de la violencia de género.
Policía en labores de custodia de una mujer, en Madrid.
Policía en labores de custodia de una mujer, en Madrid.
JORGE PARÍS
Policía en labores de custodia de una mujer, en Madrid.

"'Anda, dame un beso... que pareces tú más preocupada que yo', me dijo hace poco una mujer. A veces descubres que ni ellas son conscientes del riesgo que corren", explica con asombro E., policía destinada a labores de protección de mujeres en riesgo alto y extremo de violencia machista en un distrito del sur de Madrid.

La agente E. está adscrita al Grupo de Protección de una de las 173 Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) que la Policía Nacional tiene diseminadas por las principales ciudades españolas. En estos momentos, en su demarcación nacional la Policía tiene activos 25.095 casos de mujeres maltratadas, 83 de en riesgo alto o extremo de volver a ser agredidas por sus exparejas, según el último dato del Ministerio del Interior.

En la sede central de la UFAM, en el centro de Madrid, reciben E. y la Inspectora Jefe del Grupo de Protección para explicar en qué consiste concretamente su labor cuando se enfrentan a situaciones de violencia  machista en riesgo extremo. Sobrevuelan durante la conversación recientes noticias dramáticas de las mujeres que han sido asesinadas pese a que habían denunciado.

La Inspectora Jefe comienza explicando que en sus unidades se trabaja por la seguridad de toda mujer que entra a una comisaría a denunciar maltrato. "Desde el mismo momento en el que la víctima nos lo cuenta, en ese instante, ya se le informa de qué policía se le va a asignar en su procedimiento, y se le da su número de teléfono móvil operativo para ella las 24 horas". Si el riesgo que corre es considerado elevado por los agentes que la reciben, se le diseñará un protocolo específico que puede ir desde el establecimiento de un contacto telefónico cada ciertos días hasta la custodia total.

En la agenda del teléfono móvil profesional de E. figuran los números de teléfono de todas las mujeres que en estos momentos están bajo su responsabilidad. No dirá cuántas son, no es un dato que le permitan hacer público. Pero sí dirá que ese número varía a diario, como la valoración del riesgo que corren, en una escala que fluctúa del "no apreciado", "bajo", "medio", "alto" hasta el "extremo". Tal consideración depende, principalmente, de las circunstancias que rodean la vida de estas mujeres, es decir la agresión o agresiones sufridas, si el autor está detenido o sigue libre y demás especificidades sobre el entorno y la vulnerabilidad de la víctima.

De las 29.095 mujeres bajo el paraguas de la Policía Nacional en todo el territorio español, Interior ha valorado a 12.920 con "riesgo no apreciado", el mínimo de la escala. Otras 10.132 tienen riesgo "bajo". Hay 1.960 con riesgo medio, 76 mujeres con uno "alto" y 7 están en una situación de "extrema" gravedad.

María, en riesgo extremo

Pongamos, por ejemplo, que se llama María. No es su nombre real pero sí lo es su historia. María es la última mujer víctima de violencia de género en "riesgo extremo" de la que la agente E. ha tenido que ocuparse. La conoció solo unos días después de que esta mujer joven decidiera separarse definitivamente del que hasta entonces era su marido, y padre de su único hijo y éste prendiera fuego a la casa que compartían. Afortunadamente, ni María ni el niño, de 1 año de edad, se encontraban en ese momento dentro.

La Policía evaluó a María usando el cuestionario que mide el riesgo de las víctimas, una herramienta con algoritmos recientemente actualizados, que forma parte del sistema Viogen, ese que permite a los distintos cuerpos de seguridad del Estado compartir información al instante sobre la situación de riesgo de las víctimas de violencia de género. Viogen predijo que María se encontraba en situación de "riesgo alto" de volver a sufrir una nueva agresión por parte de su pareja. Sin embargo, el equipo de agentes al que pertenece E. consideró oportuno elevar su nivel de riesgo a uno "extremo". Un proceder habitual, explica la inspectora jefe. "Los funcionarios que están a pie de calle son los que más información tienen, más que una herramienta informática, y pueden decidir modificar ese estatus".

Con el riesgo "extremo" activado, a María se le puso servicio de guardaespaldas y un operativo de custodia estática en su domicilio las 24 horas del día. "Yo sabía dónde estaba a cada momento, lo que iba a hacer, contacté con su entorno y la acompañamos a cada salida... Se intenta que nada te pueda pillar por sorpresa", explica la agente protectora. Durante el tiempo que duró el operativo de seguridad activa, alrededor de una semana, E. y su compañero, de paisano, convivieron con María como sus escoltas, pero también apoyando a la mujer en labores propias de psicólogos de cara a empoderarla ante el proceso judicial al que iba a enfrentarse.

La Inspectora Jefe interviene para contar que los agentes de su unidad han tenido que superar un curso formativo de especialización en violencia de género y sexual, así como dos entrevistas con el gabinete psicopedagógico. Los candidatos "deben de estar implicados en esta tarea y además deben tener mucha disponibilidad. Se les valora, como no podía ser de otra forma, sus habilidades sociales y sus dotes de comunicación. Lo ideal sería que fueran psicólogos de carrera, aunque sin tener el título es muchas veces es a lo que se dedican".

E. asiente y pone un ejemplo: "Muchas veces ellas no se ven identificadas como víctimas de maltrato. Ni siquiera cuando están en circunstancias graves. Piensan que es lo normal en sus vidas. Yo he cogido el manual interno que explica cómo identificar el maltrato, se lo he puesto delante a una mujer y solo entonces ella se da cuenta de que es una víctima. Te dicen, anda si a mí me pasa esto, y esto, y esto".

Los agentes protectores de víctimas de violencia machista opinan que el periodo más preocupante para la seguridad de estas mujeres es el que media entre la denuncia en comisaría y el juicio. "Muchas veces antes del juicio, antes de que el juez disponga las medidas cautelares, ellas se retractan y vuelven a convivir con su agresor", explica la Inspectora Jefe. "Por eso es tan importante empoderar a las víctimas". Comparte inquietud con la Policía el órgano que rige a los jueces, el Consejo General del Poder Judicial, cuyo observatorio de violencia de género ha pedido recientemente reformas legales para que las mujeres no puedan acogerse a la eximente de declarar contra sus parejas, dado que muchas lo hacen coaccionadas o por miedo y su testimonio es clave.

Empoderar a la víctima

Cuando María y su hijo accedieron a mudarse a otro barrio de la capital se le pudo bajar la escala de riesgo, de extremo a alto. La ubicación de su nuevo domicilio la desconoce incluso su propia familia. Por supuesto, también los allegados de su ex. Ya no tiene a E. de guardaespaldas, pero si lo necesita le prestaría acompañamiento puntual, y sigue pudiendo llamarla cuando tenga dudas o temores, explica. Si no lo hace, será E. la que llamará "cada 2 o 3 días a ver cómo sigue, a pesar de que el protocolo marca que habría que llamarla cada siete días" mientras su orden de alejamiento siga en vigor.

En los últimos meses, varias mujeres han sido asesinadas en España pese a contar con protección y orden de alejamiento. Algo está fallando. De ahí que Interior se haya propuesto comprobar al detalle estos homicidios para sacar unas conclusiones que ayuden a mejorar la predicción del riesgo y las medidas de protección. "Afortunadamente en mi unidad no nos ha pasado nada de tal gravedad", apunta E. Sin embargo, por su dilatada experiencia, la Inspectora Jefe reconoce que ella sí que ha tenido que afrontar la situación. "Y te puedo decir que los agentes que eran sus protectores lo han pasado muy mal. Ellos hacen muy buen papel, las mujeres hablan de ellos a veces como sus ángeles custodios, pero esto les hunde si les pasa y muchos se han querido ir de la unidad. Pensando que no valen. Hay que recordarles que ellos hicieron lo imposible y que no tienen la culpa".

En la UFAM insisten en no querer hacer público el dato del número de agentes destinados a la protección a mujeres víctimas de malos tratos, pese a la reiteración de la pregunta, y para que no se haga el cálculo de cuántos policías hay para proteger a estas mujeres. E insisten en que su labor es altamente reconocida por las propias víctimas a las que sirven como por otros cuerpos de seguridad extranjeros, que han mostrado interés en imitar el sistema español de protección de mujeres maltratadas.

"Claro que me gustaría proteger a más mujeres o evitar más muertes y claro que necesito más gente", reconoce la Inspectora Jefe, "pero también hace falta concienciar a las víctimas de que tienen que colaborar con nosotros. Su seguridad depende de nosotros, pero principalmente de ellas. Hay que seguir alentando a las víctimas a que denuncien".

  • La Policía dispone de un correo electrónico para resolver cualquier duda sobre violencia de género: atencionfamiliaymujer@policia.es
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