Pau Donés: "Mi cáncer comparado con el suicidio de mi madre es un constipado mal curado"

El cantante Pau Donés, en una imagen de archivo, durante una entrevista con 20minutos.
El cantante Pau Donés, en una imagen de archivo, durante una entrevista con 20minutos.
JORGE PARÍS
El cantante Pau Donés, en una imagen de archivo, durante una entrevista con 20minutos.

Delgado, obvio y lógico, con el gesto sereno, con la quimio puesta y una infusión en la mano, Pau Donés nos recibe con una sonrisa poco falsa. Acaba de publicar 50 palos... y sigo soñando (Planeta) y un disco recopilatorio en el que además hay una canción nueva, Humo.

¿Cómo se llevan los 50?

De cojones, ¿no lo ves?, mejor que los 40.

¿Potente, como Humo, el tema inédito que incluye en su álbum?

Es potente, sí. He escrito otros que también lo eran. Las canciones potentes que he escrito, las más potentes, son de amor y esta es de amor a la vida. He escrito esas canciones cuando el amor se me iba, mi amor me dejaba, mi amante se me iba...

Siempre se van o acaban pasando...

No, en mi caso no se ha muerto nada, en mi caso se me han ido, los amores siempre se me escapan. Cuando una mañana te levantas y crees que lo que se te va es la vida, entonces tienes que escribir una canción de amor, de amor a la vida. De anhelo, de hostias, creo que te voy a perder y no quiero.

Hay una frase en la canción, "ahora que tengo que esperar a que llegue la hora", que parece esconder una esperanza...

Ahora lo importante es la vida, tuve esa sensación, pero una cosa es eso y otra, saberlo. El día que lo sabes te da para una canción muy potente. Yo no he escrito en mi vida no más de 4 o 5 canciones potentes.

¿Cuáles?

Agua, La Flaca, Grita, Déjame vivir y Humo.

Casi pondría la primera Humo...

Quiero destacar que en ella es amor a la vida. Arranca desde el desespero, como cuando estás muy enamorado de alguien y te dice: tenemos que hablar, necesito espacio, ya te llamaré yo, tú no me llames...

¿Es complicado repetir tanto un mensaje positivo?

Me gusta hablar de mis cosas y llevaba dos años en casa, preparando libro, disco y gira, pero en casa y ahora he salido. ¿Qué ha pasado? Que el morbo del cáncer ha provocado una expectación del copón.

¿Desaparece así un poco o un mucho lo que usted es y hace?

Bueno, yo hago como Umbral, doy cinco minutos, pero luego ya te digo: he venido aquí a hablar de mi libro.

¿Me habla de su libro?

Yo no quería escribirlo, porque soy disléxico, y no sabía qué hacer. Estudié hasta tercero de solfeo, no pude más. El baile de notas era imposible. Yo memorizaba, pero en cuarto ya era imposible.

Veinte años de La Flaca, ¿cómo vivió ese éxito?

Lo que haces es alucinar. Mi padre, al que le ha costado todo mucho, me dijo que sí, pero que antes estudiara una carrera y estudié Económicas. Tenía que ir con un certificado diciendo que era disléxico porque me cateaban por las faltas de ortografía. ¿Y por qué te cuento este rollo?

Porque quería saber cómo vivió la fama...

Antes de llegar tuve que hacer muchas cosas. Estudié Económicas, me metí en una agencia de publicidad y me costó mucho. Trabajé de camarero, de becario en un banco, de modelo. Monté con mi hermano un estudio de figurinismo y atrezzo y fue muy guay.

¿Es la época que mejor recuerda?

No, yo tengo un recuerdo de mi vida de la hostia.

¿Desde niño?

Sí, desde niño, son cojonudos. He vivido muy bien, en casa nos han querido mucho y nos han dado mucha libertad. Te levantabas, te lavabas la cara y a jugar hasta las dos, y luego, igual. A los niños de esas generaciones, que salíamos de la dictadura de Franco y en Cataluña, nos daban mucho chance. Y me educaron en buscarme la vida y hacer lo que pensaba que tenía que hacer. Y me fue de cojones. En la vida he hecho lo que he querido, y he sido muy feliz.

¿Se lo transmite a su hija?

Intento, yo quiero que haga lo que realmente sienta que tiene que hacer. No habría un tío más frustrado que yo si fuera director de un banco. Cuando tienes éxito nadie se acuerda de todo lo que te ha costado. Pero claro, teníamos treinta  años, y los treinta en un tío son un disparate.

¿Por qué un disparate?

Los tíos con treinta años somos un disparate total, porque somos tan inmaduros como a los 20 pero tenemos pasta y me creía que era la hostia, tenía un grupo de moda, viajábamos un huevo.

Y la de veces que le habrán pedido mujeres que les cantara La Flaca...

Mogollón. Eso fue un desastre. Me desinteresé de una parte muy importante que es la parte personal, lo que me interesaba era el sexo en ese momento. Un desastre.

¿De entonces a hoy?

He mejorado mucho. Presumo de que tengo muy buenas amigas con las que he mantenido una relación potente.

Lo cuenta en el libro...

Sí, bueno, con todas menos con una, que tuvimos que dejarnos de ver. Mujeres con las que tengo una relación estupenda y con las que no me acuesto como decía un dominical hace unas semanas. Decía que me acuesto con todas mis ex. Pero qué barbaridad. También decía que el cáncer me ha hecho feliz, ¿te imaginas?, qué salvajada.

¿Empieza directamente con el suicidio de su madre para quitarse lo más duro?

No, me lo he pasado de la hostia con este libro. La prosa me permite explicarme de modo más extenso. Me acostaba a las diez y escribía a las seis. En mi casa todos lo hacíamos. Hasta que mi vida cambió luego, claro, y me metía en la cama a las seis. Ahora es al revés. Te levantas a las seis a escribir cuando el mundo duerme. Un día dije hostia, me estoy muriendo, y escribí Humo.

¿Le da temor la gira?

Tengo la quimio, la llevo encima, y me subo a un escenario con ella. He estado dos años sin hacerlo, sin cantar, y tengo muchas ganas. A lo mejor no hago un salto mortal, pero estaré tocando. Un día estaré más afónico porque me dan un anticuerpo que me produce afonía, pero da igual, cantaré afónico que canto igual de bien.

Un tatuaje...

Vivir es urgente.

¿Cuándo se da uno cuenta?

Yo la muerte la llevo encima. ¿Cuándo se va a despertar? Ya veremos, espero que tarde, lo más tarde posible.

¿Se acostumbra?

Sí, porque no pienso en eso, no soy del drama.

¿Tiene que ver el suicidio de la madre?

Sí, el cáncer al lado del suicidio de mi madre es un constipado mal curado.

¿No se pregunta por qué?

No, porque no hay una respuesta clara a eso. La vida es urgente, y ¿por qué me ha tocado tener cáncer a mí? No me interesan esas preguntas.

Una madre que se ha suicidado ¿quita miedo cuando aparece el cáncer?

Sí, claro, desde muy pequeño. Es un reto más, la vida te pone retos más que trabas. Somos atletas de la vida y lo que me interesa es superarlo, y si me da por culo, a otro.

¿Llegó a comprender a su madre?

Sí, totalmente, son opciones de vida, igual que entendería que tú tomaras la tuya. La mía es otra, es vivir.

También hay que ser valiente.

Sí, supongo que sí, fue su decisión. Para suicidarse también hay que ser consecuente: ¿por qué voy a estar aquí si no quiero estar?Y la enseñanza fue brutal, y yo por eso me he movido como Juan sin Miedo, porque me la traía flojísima todo.

¿Se lo dice?, ¿habla con su madre?

Sí, claro, hablo con ella. No creo en nada, creo en ella, en mí, en ti.

Cuando acabó el libro ¿le dio un poco de mal rollo?

No, lo malo fuera. La parte más dramática fuera.

Sí, pero es que cuesta entender cómo lo logra...

¿Sabes por qué? Porque tú no tienes cáncer. Me interesa la vida no la muerte.

¿Qué le diría a Ferrán de su verso "Vivir es la costumbre de ir viviendo"?

Como quien dice naces y te empiezas a morir. Si lo quieres ver así... Pero vaya ruina de vida.

¿Siguiente paso?

Una gira fuera y en España.

Mucha tralla, ¿no?

Te vuelvo a decir lo mismo: ¿eres músico? Pues no lo sabes. La tralla viene después del concierto que sales a celebrar y eso ya no lo puedo hacer.

¿No le dan ni una licencia?

No me la quiero dar.

¿Se ha dado muchas?

Muchas y gordas. Llevo casi dos años sin beber y me levanto sin resaca.

También es estar sin anestesia...

Es perfecto en realidad. Un amigo me dijo o paras o petas y el día que dejes de salir y beber vas a flipar. Y es verdad, vives igual a nivel de coco, porque beber puede tener su gracia...

Beber o lo que sea...

Claro, hablamos de todo.

También es chungo, porque no es usted alguien frustrado, pero ¿y si lo fuera?

Pues se pueden buscar otros remedios como la meditación en vez de me voy a meter hasta el culo.

Es que la meditación a veces...

¿Y la borrachera te sirve?

¿Qué le gustaría que sintiera la gente tras leer 50 palos?

Me gustaría que pensaran qué entretenido y que ya me conocen mejor.

¿Usted se conoce mejor?

Igual. Tengo conciencia de mi ser desde muy pequeño, siempre me he gustado con mis virtudes y defectos, nunca he tenido problema con mi forma de ser.

Gustarse es difícil...

Pero ¿por qué?

Yo qué sé, pero a la gente le cuesta...

Sí, bueno, creo que deberíamos comernos menos la cabeza y tomarnos en serio pero con tranquilidad.

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