En el distrito financiero de Londres, la esquina de las calles Poultry y Queen Victoria está ocupada desde 1997 por un edificio posmoderno, compacto, que combina con descarada seguridad dos tonos de piedra caliza —amarilla y rosa, intercalada a rayas— con cristaleras en cuña.
Diseñado por el arquitecto británico James Stirling (1926-1992), que murió antes de verlo terminado, el No 1 Poultry (Poultry Nº 1) es ahora el edificio protegido más moderno de Inglaterra, una de las grandes obras maestras de la arquitectura posmoderna en Londres, pero su historia está marcada por la polémica y el rechazo.
El promotor inmobiliario Peter Palumbo, dueño del terreno y un profundo enamorado de la obra de Mies van der Rohe, había encargado antes (en los años sesenta) al eminente arquitecto de origen alemán que diseñara un proyecto para ese mismo emplazamiento. Van der Rohe, ya con 75 años, imaginó el Mansion House Square, una torre de 19 pisos acompañada de una plaza y una galería comercial, el que hubiera sido su única creación en suelo británico. Nunca se materializó porque se enfrentó a una fuerte oposición pública.
Opuestos en estética, función y espíritu, los diseños se comparan por primera vez en la exposición Mies van der Rohe + James Stirling: Circling the Square (Mies van der Rohe + James Stirling: rodeando la plaza), organizada en el Instituto Británico de Arquitectos —Royal Institute of British Architects (RIBA)—, que se solaza en la condición de vacas sagradas de los autores y las "ideas arquitectónicas y ambiciones de ambos arquitectos y del patrón", pero no menciona que Palumbo demolió un edificio neogótico del siglo XIX para erigir aquella creación moderna.
"Una prolongada y amarga lucha"
El arquitecto y músico londinense John Belcher era el autor del Edificio Mappin and Webb (1870), una construcción señorial rematada por una cúpula puntiaguda, sede de los venerados joyeros reales Mappin and Webb. Cuando Palumbo propuso arrasarlo para sustituirlo por el de Van der Rohe, la osadía le costó incluso su buena relación con el Príncipe Carlos, del que era compañero de equipo de polo. El Príncipe de Gales criticó duramente el plan y describió el proyecto como "un bloque de cristal más adecuado para Chicago" y en los años ochenta quedó claro que aquella torre nunca vería la luz.
El millonario no dio su brazo a torcer y lo intentó con Stirling. La rabia pública afloró de nuevo, pero esta vez no se dejó amedrentar. La belleza neogótica fue eliminada para dar paso a la posmodernidad. "Después de una prolongada y amarga lucha, se ha salido con la suya", lamenta en un artículo publicado en 1993 el periódico británico Independent, que cuenta la historia sin ocultar antipatía por Palumbo y describen al magnate como "un hombre rico con sueños demasiado grandes para la Pequeña Bretaña" empeñado en "volver a construir el mundo".
La exposición que el RIBA de Londres presenta hasta el 25 de junio se pliega a lo puramente gremial. Los organizadores subrayan que las propuestas de Van del Rohe y Stirling representan tres décadas decisivas en la arquitectura, ya que a mediados del siglo XX se vivió un periodo "altamente transicional" que hizo convivir y enfrentó influencias como "el pop art, el alto modernismo y el posmodernismo". El organismo también ofrece una serie de eventos públicos con cursos, talleres, conferencias, charlas y proyecciones de películas.
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