El club de los padres que cuidan de sus hijos en solitario

Un padre, jugando con su hijo.
Un padre, jugando con su hijo.
ARCHIVO
Un padre, jugando con su hijo.

"No son militantes feministas. Son padres que han asumido el cambio de roles y cuidan a sus hijos. La mayoría lo hace por razones prácticas, para proteger el empleo de la madre, y no se les caen los anillos por quedarse solos con el bebé. Lo asumen como la mejor solución para el proyecto familiar. Sus motivaciones son instrumentales, una estrategia de consolidación de los ingresos de la unidad familiar, pero la experiencia les resulta revolucionaria, lo que más valoran es el vínculo establecido con sus hijos".

El catedrático en Sociología de la Familia Gerardo Meil describe en el párrafo anterior al club de los padres que cuidan en solitario, no menos de 75.000 en los últimos diez años si se suma el número de permisos de maternidad utilizados por hombres para cuidar de sus hijos mientras sus parejas retornaban al empleo (La ley permite transferir al padre las diez últimas semanas) y los que se toman otros permisos o excedencias".

La cantidad de padres que han compartido la baja maternal en la última década suman 59.166, según la estadística del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Aunque numéricamente parezcan pocas paternidades transferidas, sobre todo comparado con las tres millones de bajas de maternidad de las mujeres en ese periodo de tiempo, y a pesar de que solo han aumentado cuatro décimas en diez años (del 1,6% al 2%), este sociólogo insiste en que 59.166 permisos, que no cuentan además a los funcionarios ni al personal laboral de la Administración, "no es una cantidad despreciable, si se tiene en cuenta que no existe una política que promueva la paternidad".

De hecho, el Gobierno acaba de vetar por motivos económicos la iniciativa parlamentaria que reclamaba una equiparación de la baja de paternidad a las 16 semanas de maternidad.

Autor de sendos estudios sobre la experiencia de los hombres que comparten la baja de maternidad y/ o que piden excedencias y reducciones de jornada para el cuidado de los hijos en solitario, Meil destaca que la principal motivación que ha encontrado en ellos "es socioeconómica, no cultural".

"Los hombres utilizan el permiso de maternidad, por ejemplo, porque la mujer tiene un negocio propio, con o sin empleados, que no puede dejar desatendido porque afectaría a la viabilidad futura", explica el sociólogo. Y cita el caso de un agente de la Guardia Civil cuya mujer tiene una empresa con ocho empleados o el de un administrativo cuya mujer es veterinaria y trabaja como autónoma. En ambos casos "el hombre ha optado por utilizar una parte del permiso de maternidad y eventualmente el permiso de lactancia que la legislación permite con un permiso remunerado para el cuidado del bebé".

Los padres que centran el trabajo de este sociólogo y su equipo tienen entre 30 y 40 años, los hay de todas las profesiones (enfermeros, administrativos, profesores o guardias civiles) y, en general, tenían en común que "ganaban menos que sus mujeres pero además no querían, o no les interesaba económicamente, externalizar el cuidado del bebé ni en la familia extensa ni en terceros".

Además de que se han podido permitir económicamente tomarse ese tiempo por estar remunerado, jugaba a su favor la estabilidad laboral. "Los padres que cogen permisos son los que sentían garantizado su puesto de trabajo y no anticipaban penalizaciones".

"Qué morro que te vas de vacaciones"

La reacción de la familia, los compañeros de trabajo y los amigos a su decisión de asumir el cuidado de sus hijos ya sea con bajas, reducciones o permisos es heterogénea. Los hombres refieren desde que el entorno "se lo esperaba" y no manifestó sorpresa por su decisión, hasta que han tenido que soportar "las bromas de rigor"que van desde las que no resultan traumáticas a las que producen disgusto: como "eres un amariconado" o "qué morro que te vas de vacaciones", identificando el cuidado en solitario de un menor con un tiempo de ocio y descanso. A pesar de lo cual, todos descartaron que su masculinidad estuviera en cuestión, asegura el estudio de Meil.

"Me sentía bien, porque en el fondo era más admiración y algunos de mis amigos más sensibles me lo hicieron saber", explicitó uno de los padres.

A Gerardo Meil le interesa explorar la crianza masculina en solitario. Así, de sus estudios quedan fuera los hombres que cogen el permiso de paternidad remunerado inmediatamente después del parto y mientras la madre está de baja maternal, ahora de un mes de duración, que en España toman ahora tres de cada cuatro padres.

Los sociólogos identificaron que, a diferencia de este permiso paterno tras el nacimiento, cuando los hombres cuidan en solitario de sus hijos con la baja o en reducción y excedencias al incorporarse la mujer al trabajo se sienten más libres porque encuentran un espacio para desarrollar el rol de padre cuidador de forma más completa. "Afrontan todas las tareas, en exclusiva, desde cambiar pañales, poner o quitar la ropa o dar de comer al niño. No eluden ninguna de las que pueden resultar menos satisfactorias, pero a partir de ahí es cuando reconocen que surge el mayor vínculo con sus hijos".

Un hombre entrevistado por el equipo de Meil lo explica diferenciando el vínculo mucho mayor alcanzado con su segundo hijo, en su caso una niña, al que había podido dedicar más tiempo en solitario. El efecto resultó recíproco, pues la niña acudía con más frecuencia al padre a pedirle ayuda, desde que le atara el calzado a que le diera de comer. Él se sentía muy orgulloso. "Porque el cuidado se asocia a la sensación de felicidad y de orgullo masculino", argumenta el sociólogo.

La conclusión principal y más celebrada del estudio de este grupo de padres cuidadores es el beneficio que les reporta a ellos mismos como personas. "Y si esa es la percepción general es también lo que sienta las bases para generar un cambio social, aunque se requiera de políticas públicas para que los hombres hagan mayor uso de bajas, permisos y reducciones", explica Meil.

Para que el club gane cada vez más socios entre las decenas de miles de hombres que son padres cada año (unos 270.000), Meil propone apostar por la llamada "fathers cuota" (cuota paterna), es decir una baja remunerada exclusiva para el padre después de la baja de la madre.

"Se debe fomentar su uso en solitario y proponemos que de ser así, como ocurre en Alemania, se den más semanas de permiso a los que se los cojan para favorecer el regreso al trabajo de las madres". Meil Admite que "no parece que haya intención" política de momento de garantizar esta igualdad, "pero tampoco la introducción de un permiso de paternidad de un mes como el actual parecía posible hace 10 años".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento