Ocurre a veces que un barrio depreciado y deprimido, sin atractivo aparente, comienza a cambiar. No ocurre de la mañana a la noche, pero poco a poco su población y sus negocios cambian, de manera que vivir en ese barrio deja de ser barato. Es lo que han dado en llamar “gentrificación”. Un barrio pobre se pone de moda y se puebla de gente más joven y de mayor poder adquisitivo. Puede que todo sea vea más bonito… pero a qué precio.
La palabra “gentrificación” viene del inglés, gentrification. Por eso la Fundéu (la Fundación del Español Urgente) prefiere y recomienda “elitización” o "elitización residencial”. Es el fenómeno por el cual un barrio del centro de una ciudad, depreciado comercialmente y residido por personas de renta baja comienza a ser habitado por personas de mayor nivel económico y habitualmente más jóvenes.
Los principales motivos son la buena relación calidad-precio de los inmuebles y otras ventajas como la comodidad, el encanto de vivir en el centro y las posibilidades de rehabilitación de estas viviendas. Pero tiene su lado oscuro: este movimiento obliga a desplazarse a otros barrios a la población 'originaria' –que no tiene ese poder adquisitivo– en favor de estos nuevos vecinos. Todo ello termina por revalorizar el precio del suelo, de las viviendas y del barrio en su conjunto.
Esto es lo que ha sucedido en barrios como los de Malasaña y Chueca, en Madrid, o empieza a suceder en los de Lavapies y Usera. Y sucede con especial intensidad en Barcelona, donde el turismo está haciendo verdaderos estragos. Les ocurrió a los barrios de Sant Antoni o Poble Sec, al Raval, al Gótico, a la Barceloneta, y comienza a verse idéntico fenómeno en Poblenou.
Según una encuesta del portal inmobiliario Casaktua, el 27% de los españoles que tienen previsto mudarse a corto o medio plazo estaría dispuesto a trasladarse a una zona céntrica depreciada. El 86% de los entrevistados considera que este tipo de barrios se encuentran actualmente en pleno proceso de revalorización. El 60% piensan que todavía existe la posibilidad de encontrar viviendas con buena relación calidad-precio.
El estudio muestra que entre las personas interesadas en mudarse a una vivienda en régimen de alquiler, el 30% dice que se trasladaría a una zona del centro devaluada, el 43% tendría que pensárselo más y el 27% no incluiría esta alternativa en sus opciones de búsqueda. Sin embargo, de los que piensan comprar, el 22% reconoce que no tendría problema de adquirir una vivienda en un barrio céntrico poco valorado, el 43% tendría que reflexionarlo y el 35% no contemplaría esta opción.
Según el estudio, el 20% de los que viven en el centro se iría a una zona devaluada, mientras que el 80% restante no lo haría o tendría que pensárselo detenidamente. De los que viven actualmente en las afueras, solo el 10% se trasladaría a esta ubicación, puesto que el 90% reconoce que sería una opción que desecharía. Por edad, los jóvenes (25-35 años) son los que mayor interés demuestran. De hecho, un 22% no lo dudaría, al igual que aquellos que quieren ampliar la familia con hijos o que van a acoger a personas mayores.
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