José María Ruiz Garrido, padre con reducción de jornada: "Me chirría que me llamen padrazo"

José María Ruíz Garrido tiene una reducción de jornada para cuidar de sus hijos, mellizos.
José María Ruíz Garrido tiene una reducción de jornada para cuidar de sus hijos, mellizos.
J.M.RUIZGARRIDO
José María Ruíz Garrido tiene una reducción de jornada para cuidar de sus hijos, mellizos.

José María Ruiz Garrido tiene 44 años y vive en Espartinas, un municipio del área metropolitana de Sevilla. Es padre de dos mellizos nacidos en 2011, Ana y Javier. Está casado y es diseñador. Desde hace cinco años tiene reducción de jornada del 25%. Autor del blog 'La parejita de golpe'.

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social no proporciona estadísticas sobre cuántos padres cogen reducción de jornada, pero según una encuesta realizada por la Universidad Autónoma de Madrid sólo el 1,8% de los padres utilizan ese permiso.

¿Cuando tomó la decisión de reducirse la jornada?

Cuando nacieron los niños me cogí el permiso de paternidad, los ridículos 13 días, pero al ser múltiple el parto, tuve la asombrosa cantidad de dos días más. Si hubiera habido entonces las cuatro semanas en vigor de este año las hubiera tomado y si son cuatro meses los cojo también. Ese permiso hay que tomarlo sí o sí, no tanto por derecho como por responsabilidad. Hay muchas familias y muchas situaciones, autónomos o con otras problemáticas, que no tienen condiciones, pero por principio hay que cogerlo. Yo no tuve opción. Lo necesitaba mi mujer y lo necesitaban mis hijos. Después, durante la baja, nos planteamos cómo organizar la casa. Al terminar la baja de maternidad de mi mujer lo que parecía una idea se convirtió en necesidad, que me acogiera a reducción de jornada, por el tema de conciliación, diseñamos una crianza por turnos. Yo necesitaba las mañanas libres y ella las tardes libres, cuando se incorporó.

¿Cómo fue la reacción en su entorno?

En principio en mi empresa todo bien, no supuso ningún choque, aunque soy el único hombre (con reducción). Y, eso sí, cinco años después sigo recibiendo comentarios, no por parte de la empresa, que tiene la obligación de llegar a un acuerdo, de facilitártelo, si presentas tu documentación, sino por el entorno de conocidos. En la cara no te insultan, no llega a ese nivel, pero cierta extrañeza sí notas, que hay mucha gente que le resulta raro que el padre se dedique a la crianza de los hijos.

¿Qué comentarios ha recibido?

A mí me pasa que la gente más cercana te pone la etiqueta de padrazo por hacer lo que se supone que debes hacer, lo que hacen las madres toda la vida. En cierto modo me siento orgulloso de la palmadita en la espalda que me dan, pero me sigue chirriando que a un padre se le dé un valor mayor por una tarea que hacen las madres desde siempre y que lo hacen en legión, lo hacen todas.

¿Recomendaría la crianza en solitario?

Sí, ciegamente y al 100% que se lo pueda permitir, que cada caso es un mundo. Yo a lo mejor he tenido la suerte de poder organizarme de otra forma. Eso sí, es un sacrificio, entre comillas, económico y laboral, porque pierdes oportunidades de promoción y estatus por estar acogido a una medida así, a mí me pasa.

¿Cree que si se equipararan los permisos de paternidad a los de maternidad lo cogerían más hombres?

Yo antes no me consideraba feminista, pero una cosa lleva a la otra. Nosotros tomamos la decisión de mi reducción de jornada por cuestiones de organización, pero al final la experiencia te abre a otras visiones. Yo me he dado cuenta de que los padres nos impliquemos en el cuidado de los hijos es una de las pocas maneras que tenemos de luchar por el feminismo, de liberar de las cargas que tienen las mujeres desde el principio de la historia. La incursión de los hombres en la cultura del cuidado de las personas y los hogares es una forma de luchar por la igualdad. Dicho esto, no creo que fructifique porque no hay voluntad política, y eso que yo hago campaña en Internet por un derecho que ya no voy a disfrutar, no me planteo volver a ser padre, pero es de los pocos caminos que tenemos para luchar por la igualdad. Y tengo que luchar, que tengo un niño y una niña.

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