Condenan a un traumatólogo a indemnizar con 2 millones a la gimnasta gallega que acabó con su pierna amputada

  • El médico también ha sido condenado a dos años de cárcel y cuatro de inhabilitación.
  • Es responsable de un delito de lesiones por imprudencia grave por la atención a la deportista Desirée Vila.
Desirée Vila, con sus padres y su psicóloga, en marzo de 2015.
Desirée Vila, con sus padres y su psicóloga, en marzo de 2015.
ATLÁNTICO
Desirée Vila, con sus padres y su psicóloga, en marzo de 2015.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo ha condenado a dos años de prisión y cuatro de inhabilitación para el ejercicio de la profesión médica al traumatólogo del centro El Castro-Hospital Perpetuo Socorro de Vigo, Pedro M.L.P., al que considera responsable de un delito de lesiones por imprudencia grave por la atención a la deportista Desirée Vila, a la que amputaron una pierna.

En la sentencia, la magistrada condena al médico, asimismo, a indemnizar a la joven gimnasta en más de 2,15 millones de euros, así como en los gastos previsibles de asistencia sanitaria y por incremento de costes de movilidad; cantidades de las que deberán responder conjunta y solidariamente el acusado, dos aseguradoras y el centro médico El Castro.

Esta resolución, que podrá ser recurrida en apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra, se corresponde con la petición que hizo la Fiscalía, y supone una rebaja respecto a la solicitud de tres años de prisión y cuatro de inhabilitación que hizo la acusación particular. Por su parte, las defensas del doctor, del centro médico y de las aseguradoras pedían la libre absolución.

Grave accidente

Desirée Vila tuvo un grave accidente cuando entrenaba y como consecuencia sufrió rotura de tibia y peroné.

Aunque inicialmente la llevaron al hospital Fátima, fue trasladada al Centro Médico El Castro -Hospital Perpetuo Socorro, donde fue intervenida. Finalmente, complicaciones vasculares obligaron a llevarla al hospital Povisa, donde tuvieron que amputarle parte de la pierna.

El texto concluye que la imprudencia grave en la que incurrió el traumatólogo "se configura no por un único acto u omisión médica aislados, sino por el conjunto de las omisiones habidas del deber de cuidado" de la paciente.

Aprecia en la actuación de Pedro L.P. la "despreocupación más absoluta y clamorosa por la suerte que pudiera correr su paciente".

Se refiere a que, estando "constatada y objetivada" una lesión vascular en la pierna lesionada, el médico no decidió su traslado inmediato para que la interviniera un especialista, sino que esperó más de 15 horas tras conocer los resultados de la prueba en la que se detectó a la paciente una obstrucción de la arteria poplítea.

Abunda en que obvió "la urgencia del cuadro clínico" de la chica e incrementó los plazos para su "adecuado tratamiento, en términos que comprometían la viabilidad de la extremidad", y que dicho retraso "influyó causalmente" en que se la tuvieran que acabar amputando.

La paciente, que ahora tiene 18 años y reside en el Reino Unido, superó seis meses de tratamiento psiquiátrico tras la amputación y vivió un "cambio enorme" en su vida, que, sin embargo, no hizo que perdiese su pasión por el deporte, ya que, aunque no podrá volver a practicar la gimnasia acrobática, modalidad que desarrollaba en el Club Flic Flac de Vigo, está aprendiendo a correr con su prótesis.

En la cuantificación de la indemnización se han tenido en cuenta perjuicios estéticos y morales, secuelas, días de baja de la paciente, intervenciones quirúrgicas y la capitalización de sendas prótesis, una de ellas deportiva.

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