El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha reunido con Angela Merkel este viernes en la Casa Blanca, en una esperada y postergada reunión en la que ambos mandatarios han limado asperezas. Hablando de la llegada de inmigrantes tanto a EE UU como a Alemania, Trump ha dicho que "la inmigración es un privilegio, no un derecho" para defender sus políticas en ese tema. También ha culpado de nuevo a su antecesor en el cargo, Barack Obama, de espiarlo tanto a él como a la canciller germana.

Pese a algunos detalles previos, como el hecho de que Trump no quisiera estrechar la mano a Merkel ante los fotógrafos, ambos han hecho el esfuerzo de dar una imagen de buenas relaciones, tras varios meses de críticas cruzadas. De hecho, la canciller ha comenzado su intervención en la rueda de prensa conjunta diciendo: "Nos hemos dado cuenta de que es mejor hablar uno con el otro en vez de uno sobre el otro".

En su encuentro, los dos mandatarios han hablado de comercio, inmigración y alianzas internacionales. Se han agradecido el uno al otro por sus compromisos en los conflictos internacionales, como el de Ucrania, la lucha contra el terrorismo y el gasto en la OTAN.

El presidente de Estados Unidos ha asegurado que "la inmigración es un privilegio, y no un derecho", e insistió en que la protección de los ciudadanos de su país debe ser una prioridad de seguridad nacional.

Trump dijo que ambos coincidieron en la "prioridad de proteger" a los ciudadanos de sus respectivas naciones y en que "la seguridad migratoria es seguridad nacional".

"También reconocemos que la seguridad migratoria es seguridad nacional. Debemos proteger a nuestros ciudadanos de aquellos que tratan de difundir el terrorismo, el extremismo y la violencia dentro de nuestras fronteras", dijo el mandatario ante la prensa.

Trump insistió en que "la inmigración es un privilegio, y no un derecho", y en que "la seguridad de nuestros ciudadanos debe ser siempre lo primero, sin cuestionamientos".

Respecto a la lucha antiterrorista, el presidente estadounidense apreció los esfuerzos alemanes para acabar con el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y subrayó que los dos países deben "seguir trabajando juntos" para protegerse del terrorismo islamista.

"Aplaudo a la canciller Merkel por las contribuciones de Alemania, tanto civiles como militares, como miembro de la coalición contra el EI", añadió Trump.

Durante la campaña electoral, Trump criticó duramente a Merkel por haber aceptado a refugiados sirios en su país, una política diametralmente opuesta a sus medidas en suelo estadounidense, ya que ha intentado en dos ocasiones prohibir la entrada a dichos refugiados, aunque sus órdenes fueron bloqueadas por la Justicia.

"Francamente, Europa va a tener que lidiar (con la crisis de refugiados), van a tener disturbios en Alemania. En Alemania, siempre pensé que Merkel era una gran líder, pero lo que ha hecho en Alemania es una locura, es una locura, están teniendo todo tipo de ataques", dijo a finales de 2015 el ahora presidente.

Por su parte, Merkel criticó en enero el veto migratorio impuesto por Trump y suspendido después por los tribunales.

Trump ha reiterado ante Merkel su apoyo a la OTAN, un asunto que trajo diferencias entre EE UU y Europa al principio de su mandato por la amenaza de salir de la alianza si los otros socios no ponían más dinero sobre la mesa. "Le he reiterado mi firme apoyo a la OTAN así como la necesidad de que los aliados paguen su parte proporcional justa por el coste del liderazgo", dijo Trump.

El presidente estadounidense ha agradecido a Merkel su compromiso de aumentar el gasto en defensa y su apoyo en conflictos como los de Ucrania, Afganistán y el terrorismo islamista.

Por su parte, Merkel ha agradecido la ayuda histórica de EE UU a su nación: "Tenemos mucho que agradecer, especialmente el Plan Marshall que hizo posible el auge económico de Alemania. También la reunificación alemana fue posible gracias a la cooperación de los Estados Unidos y de los aliados".

Incluso Trump aprovechó una pregunta para resaltar la buena relación con Alemania con una broma. Dijo que tiene "algo en común" con Merkel: que ambos, según él, han sido espiados por orden del expresidente Barack Obama.

"Sobre las escuchas telefónicas de la anterior Administración, al menos tenemos algo en común, quizá", dijo con sorna.

El comentario de Trump es una referencia a la revelación en 2013 de que un teléfono móvil de Merkel fue intervenido por la Agencia de Seguridad Nacional de EE UU (NSA) entre 2002 y 2012, un periodo que incluye parte de la presidencia de George W. Bush y parte de la de Obama.

Esa revelación irritó tremendamente al Gobierno alemán, que llegó a amenazar a EE UU con la expulsión de diplomáticos y más tarde trató sin éxito de convencer a Washington de firmar un tratado de no espionaje mutuo.

La canciller alemana escuchó en silencio la afirmación de Trump, que generó gestos de sorpresa y risas entre los periodistas presentes, y evitó reaccionar al respecto.

El mandatario estadounidense se pronunció así en respuesta a una pregunta sobre su acusación de que Obama ordenó escuchas telefónicas en la Torre Trump de Nueva York el año pasado, algo que el expresidente niega y sobre lo que Trump no ha presentado pruebas.

Trump aprovechó la rueda de prensa para lanzar sus ya tradicionales ataques contra Trump, y volvió a repetir que el Obamacare es "un desastre". De hecho, una periodista le preguntó por qué atacaba tanto a Obama y si no temía que al, debilitar el comercio con la UE, también debilitara a su país.

"Una periodista amable", comentó a  Merkel desde el estrado antes de responder.  "No creo en políticas aislacionistas, pero la política comercial tiene que ser justa. EE UU ha sido tratado de manera injusta y eso va a acabar. Defiendo el libre comercio, pero nuestro comercio internacional estaba mal diseñado y ha permitido cosas muy malas".

"Estoy a favor del comercio justo, pero en absoluto defiendo aislarnos", reiteró, para dirigirse a la periodista: "No sé qué periódico lee usted, pero esto es un nuevo ejemplo de fake news, es una noticia falsa".