Miqui Puig: "La nostalgia es una parte de la memoria que no sirve de nada"

  • El cantante y músico barcelonés inicia el proximo 30 de marzo en Madrid la gira española del nuevo disco 'Escuela de Capataces'.
  • Puig lideró en los años noventa la banda de música pop Los Sencillos antes de iniciar su carrera en solitario.
El cantante y músico Miqui Puig (Granollers, 1968) en la sala Apolo, uno de sus locales fetiche en Barcelona. El artista publica el nuevo disco Escuela de Capataces.
El cantante y músico Miqui Puig (Granollers, 1968) en la sala Apolo, uno de sus locales fetiche en Barcelona. El artista publica el nuevo disco Escuela de Capataces.
ANTONIO HERREROS
El cantante y músico Miqui Puig (Granollers, 1968) en la sala Apolo, uno de sus locales fetiche en Barcelona. El artista publica el nuevo disco Escuela de Capataces.

Miqui Puig (Granollers, 1968) regresa a la primera línea musical con un trabajo en el que reivindica su particular universo, vinculado irremediablemente a la banda Los Sencillos, que lideró con notable éxito en los años noventa. Con Escuela de Capataces, Puig recupera un año que le marcó en lo musical y en lo personal, 1984, y le hace un guiño al estado a la sociedad actual rememorando el libro homónimo de George Orwell. La gira española de este trabajo arranca el próximo jueves 30 de marzo en el Costello Club de Madrid y Puig vaticina que 2018 será el año "de actuar en festivales". El 31 de marzo actuará en Zaragoza (Las Armas), el 21 de abril en el Festival Strenes de Girona y en mayo en Barcelona (día 4 en el CAT), El Prat (día 5 en La Capsa) y Tarragona (día 6 en la sala Zero).

Dice que con este nuevo trabajo se reconcilia con su disco anterior, Impar.

Sí, porque Impar fue un disco raro, de nuevo rico. Yo entonces salía de la tele (Factor X) con pasta y con ganas de hacer un proyecto poderoso. Y perdimos hasta la camisa. También este trabajo es un retorno a la actualidad, por decirlo así, aunque yo nunca dejo de estar en contacto con todo lo que ocurre en el mundo de la música. Me estoy dando cuenta ahora de que soy de una forma de ser en la que no necesito la exposición permanente y que cada vez me siento más a gusto dando un paso atrás. Siempre me ha obsesionado cuando veía a artistas que admiraba que cuando se hacían mayores se encerraban en su casa de campo o en su torre de marfil para no querer saber nada de lo que pasaba. Y creo que a mí me sucede que a pesar de que esté fuera del foco siempre quiero estar viendo lo que ocurre a mi alrededor. Pero no me expongo tan a corazón abierto como antes, sino más protegido.

¿Es un disco de madurez?

La gente, tras las primeras escuchas del disco me dice que suena "a mi universo". Sí que, deliberadamente, quería que este trabajo no fuera tan en primera persona como otros. Y no sé por qué, pero ahora estoy asustado porque todo lo que me había planteado previamente sobre este proyecto está saliendo bien: lo que pensaba que sería, lo que buscaba. Es como una madurez, pero no. Porque siempre digo que ahora no es que sea más sabio sino que estoy más gordo y punto. Sigo cometiendo los mismos errores que cuando era joven. Me gusta decir que este es un disco de pueblo, muy de las cosas confortables, de aquello que tienes a mano y con lo que te puedes manejar.

¿Y un retorno a los orígenes?

No los he abandonado nunca. Pero creo que Los Sencillos ya sonaba de otra manera y lo que ahora quería era sonar como los discos que comencé a escuchar justo antes del momento en el que decidí dedicarme a la música. Para mí 1984 fue el segundo año de instituto, cuando ya me movía por mi ciudad, Granollers, y compraba discos de forma compulsiva, me los creía y comienzo a hacer de esa música mi vida.

¿Y en ese año ya se sentía artista?

Los que me conocen dicen que siempre me ha gustado mucho hacer el payaso. Recuerdo que cantaba en la escalera de mi abuelo Miquel y él decía que me pasaría el platillo. El pobre nunca llegaría a ver que me acabaría ganando la vida así. También recuerdo una discoteca de Granollers en una fiesta de instituto y sonando la canción The Look of Love de ABC (1982). Y de un par o tres de tiendas en las que me compraba los sencillos de 100 pesetas de Ariola de tecno-pop de bandas como Soft Cell. Todo esto era muy excitante para alguien joven y con inquietudes.

Volviendo al álbum. Háblenos de su banda: la Agrupación Cicloturista Puig.

He buscado que el disco no tenga ni demasiada sobreproducción ni artificios para que en directo pueda sonar mucho a la banda en su día a día. Marc Botey trabaja conmigo desde el cuarto disco de Los Sencillos, y él está impregnado como yo de ese ADN. Los dos hemos logrado una complicidad muy grande porque nos retroalimentamos. Pero creo que en esta banda todos vamos añadiendo capas, como en un armario con muchos vestidos. Y esto te da un punto de confianza.

Para esta entrevista le hemos invitado a visitar un lugar emblemático en su carrera y ha escogido la sala Apolo de Barcelona ¿Por qué?

Porque es una sala donde he tocado y he hecho de todo. Me evoca su color rojo. Y canciones. Desde las que he tocado sobre su escenario a las que he escuchado en el camerino. Llevo más de 20 años viniendo aquí y esta es mi casa. A veces, me llegan a confundir, y no saben si soy artista, DJ o parte de la parroquia. Además, esta sala tiene mucha madera, que es algo que envejece y que tiene memoria. Por eso es para mí un lugar importante.

Por cierto, ¿cómo lleva lo de ir adquiriendo memoria artística?

Mal. Me empieza a ocurrir que puedo hablar sobre alguien y llevarte hasta su casa pero no acordarme de su nombre. Creo que el disco duro de mi cerebro se va llenando de tanta porquería que me pasa esto. Y lo que no busco es la nostalgia. Creo que es una parte de la memoria que no sirve de nada. Con 20 años tenía cosas que ahora no tengo, y al revés. Uno de los personajes que aparece en este disco le dice a los jóvenes que solo les envidia por cómo les quedan los trajes. A mi edad te ha cambiado la talla y te ha empeorado la vista pero tienes cosas más interesantes.

Afirma que los directos de esta gira que ahora comienza serán 'mutantes' ¿De qué manera?

La interacción con el público está siempre presente porque yo quiero que bailen y que disfruten con cada concierto. Pero tampoco quiero que ocurra como con las grandes giras, que las ves una vez y luego una segunda y ves que todo se repite igual. Por lo que intentaremos comenzar y acabar en cada ciudad en la que toquemos de una forma diferente, aunque el bloque central sea muy similar. Y de aquí a un año poder incorporar canciones nuevas al repertorio o rescatarlas de otros discos, cosa que agradecerá la gente que nos sigue desde hace años.

¿Y por qué no sonará Bonito Es?

Porque creo que es la típica canción que ya hemos tocado bastante y ha de quedar para siempre tal y como se grabó, en aquel momento de 1992 tan fresco y tan joven. Bonito Es es un objeto tan personal para tanta gente que ha de quedar como lo que es. Y tampoco me veo cantando depende de qué cosas.

¿2018 será vuestro año de asalto a festivales?

Eso espero. Tampoco tengo ningún prejuicio ni se me caen los anillos si he de abrir un concierto para alguien. No me importará, porque creo que forma parte del negocio.

¿Le gusta ser telonero?

Es que lo seré. Lo que pasa es que siempre que toco con otra gente digo que compartimos escenario. Y si el éxito de un artista hace que de repente yo sea el telonero y así alguien me conozca o descubra que aún canto, perfecto. Lo de si todavía canto es una frase que escucho desde que hice ¡mi segundo concierto!

¿Qué piensa de los macrofestivales ya como espectador?

Mira. El día que The Smiths actuaban en Barcelona yo tenía 14 años y no me dejaron venir desde casa. Ahora, un niño de 14 años puede ir a un festival urbano y ver a bandas en directo que no podría ver de otra forma. Creo en el equilibrio. Los festivales hacen que se pierdan salas pero estas tendrán que luchar más.

El homenaje a sus amigos caídos (la canción La hora del brindis) se convirtió, por cosas del destino, en un homenaje a su padre fallecido.

Acabamos la maqueta y muere mi padre. Y entonces la grabación se convierte en algo diferente y mi estado de ánimo era otro. Quiero pensar que eso se ha reflejado en mi manera de cantar. Mi hermano, que ha hecho prácticamente todos los coros del disco, me decía que para él ha sido muy emocionante y que esta canción ha hecho este disco aún más nuestro.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento