Candeleda o cómo desconectar de la ciudad a los pies de la sierra de Gredos, en Ávila

  • Desde la falda sur del Almanzor hasta embalse de El Rosarito, el contacto con la naturaleza es permanente.
  • Viajar al pasado es posible, bien a través de los juguetes en el Museo del Juguete de Hojalata, bien a través de la arqueología en el castro celta de El Raso.
  • La localidad cuenta con una gastronomía con productos de primera calidad, encabezados por el cabrito y el queso de cabra.
Las cabalgatas, uno de los principales atractivos que ofrece el "lodge" Candelaria.
Las cabalgatas, uno de los principales atractivos que ofrece el "lodge" Candelaria.
candelariaexperience.com
Las cabalgatas, uno de los principales atractivos que ofrece el "lodge" Candelaria.

La calma y la tranquilidad proclaman su reinado en Candeleda (Ávila) un día tras otro. Un reinado que abarca desde los cerca de 300 metros de altitud por los que discurre a su paso por aquí el río Tiétar, hasta los 2.592 metros del Almanzor, techo de la sierra de Gredos. Las opciones para someterse a esta “dictadura del sosiego”, múltiples.

La naturaleza, cambiante en su expresión a lo largo de las distintas estaciones, puede ser vivida en esta zona tanto andando, como corriendo o en bicicleta, gracias a la multitud de caminos, trochas, veredas… que existen. El ayuntamiento pone a disposición de los visitantes una guía con trece alternativas de recorrido que se puede adquirir, al precio de tres euros, en el Museo Etnográfico de la localidad.

Para aquellos con alguna experiencia en el montañismo, la opción de hacer cumbre en el Almanzor emulando al caudillo del Califato de Córdoba que le da nombre, quien, según la leyenda, fue el primero en ascenderlo, se presenta como el principal atractivo.

Otras ofertas de ocio diferentes se presentan en el embalse de El Rosarito y su entorno. Desde jugar una partida de golf en el campo municipal de nueve hoyos, hasta practicar la pesca o el piragüismo en las aguas de este estancamiento del río Tiétar.

Para los aficionados a la ornitología, el observatorio, de aves 'Las Tejoneras', también municipal, permitirá admirar especies de este ecosistema, como grullas o garzas, y rapaces que viven en las dehesas de encinares de sus alrededores, como el águila pescadora o el milano real.

Visita al pasado

En la visita al casco urbano de Candeleda, dentro de la parte histórica del mismo, es ineludible, sobre todo, aunque no necesariamente, en compañía de niños, dedicar un tiempo al Museo del Juguete de Hojalata, en la Casa de las Flores. El recinto cuenta con tres partes diferenciadas: una infancia de hojalata, juguetes del mundo y otros objetos. Un claro ejemplo de que no siempre de videojuegos vivió el ser humano en sus años jóvenes y no tan jóvenes.

Pero todavía podemos remontarnos más en el tiempo si decidimos visitar el castro celta de El Raso. Un antiguo asentamiento vetón que permaneció poblado durante varios siglos y hasta el I a. C., cuando la conquista romana obligó a la progresiva marcha de sus habitantes.Su superficie es de unas 20 hectáreas y contó con unas 300 casas y alrededor de 1500 habitantes.

El santuario de Chilla, una sencilla construcción del siglo XVIII, ofrece en su interior, a través de paneles de cerámica, la narración del milagro de la Virgen de Chilla, patrona de Candeleda y de Gredos, consistente en la resurrección de la cabra de un pastor de la zona.

Mientras, en su exterior y alrededores, entre robles, se puede disfrutar de una panorámica del valle en el que se unen las fronteras de las provincias de Ávila, Toledo y Cáceres. Hermosas vistas se pueden unir a la degustación de algunos de los manjares de la localidad en el restaurante El Refugio de Chilla, situado frente al santuario.

Productos gastronómicos de primera calidad

Y es que la gastronomía es otro de los platos fuertes de Candeleda. En este aspecto, cabe destacar, como producto estrella el cabrito, pero sin olvidar el queso de cabra, fresco o curado. Queso que se puede degustar, por ejemplo, acompañado de un aceite de oliva y de pimentón ahumado artesanal, ambos de producción también local. Respecto al pimentón, cabe destacar que el término de Candeleda limita con la comarca extremeña de La Vera, precisamente popular por la calidad de su pimentón.

Volviendo a la carne, no hay que olvidar el cordero lechal.

En cuanto a los platos elaborados más representativos, hay que mencionar el magro con pimientos o el tasajo, que no es otra cosa que carne de cabra desecada y aderezada con pimentón.

Además, y como postre, gracias a la variedad de microclimas de la zona, la fruta en forma de cerezas, higos o naranjas se hace presente. Ya con el café o el té, alguna pasta elaborada tradicionalmente en los hornos candeledanos asegura un dulce final a cualquier comida.

Una experiencia diferente

Entre las múltiples opciones de alojamiento, la finca Candelaria, en la falda de Gredos, (candelariaexperience.com) ofrece una experiencia con valores añadidos. Además de poder disfrutar de su piscina, cancha de pádel, baño turco jacuzzi, los huéspedes pueden vivir más intensamente el contacto con la naturaleza gracias a los paseos a caballo que realizan.

Unos caballos son tratados de la mejor forma posible, algo que tiene respuesta en su noble comportamiento a la hora de ser montados, incluso por jinetes noveles. La práctica del esquí acuático o un vuelo en avioneta, que permite admirar la belleza de este enclave desde el aire, se suman a las actividades que se pueden llevar a cabo.

Pero, sin duda, el principal plus de este lodge, lo ofrecen Íñigo y Michaela, sus responsables, quienes son capaces transmitir su amor por la naturaleza y por esta zona en cada uno de los detalles con que sorprenden a los amigos visitantes que reciben, porque así entienden ellos a sus huéspedes, como amigos que llegan a su casa. La gastronomía, con productos de proximidad, también forma parte de este mimo.

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