La palabra fotografía proviene etimológicamente de dos términos del griego antiguo: fôs, luz, y gráfein, escribir. El término, que hace referencia a la energía radiante de la camera obscura, usada desde la antigüedad para proyectar imágenes sobre una superficie, fue usado por primera vez por John Herschel en 1839, poco después de la primera foto conocida.

La expresión etimológica, que sigue definiendo con precisión el proceso fotográfico pese a los drásticos cambios de las últimas décadas, da título a la exposición Written in Light - The First Photographers (Escrito con luz - Los primeros fotógrafos), una iniciativa del Moderna Museet de Estocolmo que se prolongará hasta el tres de septiembre.

La institución sueca tiene una exquisita colección propia de fotos tempranas, una de las áreas de interés de la pinacoteca. La muestra, que se engloba en otras iniciativas del museo relacionadas con la imagen, saca a la luz una amplia selección de obras de los grandes pioneros de la segunda mitad del siglo XIX, entre ellos Julia Margaret Cameron (1815-1879), el sueco Oscar Gustave Rejlander (1813-1875) y el estadounidense Carleton E. Watkins (1829-1916).

La iniciativa del museo quiere recordar que la fotografía, como medio todavía no lo suficientemente antiguo, está sujeta a un proceso de transformación. Desde su invención, dicen los organizadores, la fotografía se ha desarrollado, cambiado y utilizado para muchos fines y objetivos diferentes. Las fotos, en suma, "siempre estuvieron en un periodo de cambios".

Con el avance de las imágenes digitales y la omnipresencia de las fotos en los medios sociales, el proceso de mutación se repite de nuevo. El momento es adecuado "para mirar atrás y considerar el impacto del legado de las imágenes pioneras en la fotografía contemporánea", añaden.

La exposición se complementa con el ciclo de visitas guiadas Before and Behind the Lens (Antes y detrás de la lente), que desea servir a los visitantes para entender la evolución de la fotografía durante los últimos 150 años.