Las mejores frases célebres de Miguel de Cervantes

Escultura de Cervantes en Alcalá de Henares.
Escultura de Cervantes en Alcalá de Henares.
AYUNTAMIENTO DE ALCALÁ
Escultura de Cervantes en Alcalá de Henares.

Este sábado 22 de abril se conmemora el fallecimiento del reconocido escritor Miguel de Cervantes Saavedra, justo un día antes de la celebración del Día del libro y la festividad de Sant Jordi en Cataluña.

El año pasado se cumplió el cuarto centenario de su muerte durante el cual se celebraron diversos actos de homenaje por toda la geografía española. El Rey Felipe VI le describió como "un hombre cuya obra es piedra angular" de una "cultura diversa y plural: la cultura en español gracias a la cual hoy compartimos con otros muchos países iberoamericanos y del resto del mundo indudables rasgos de identidad, vínculos sentimentales y, especialmente, principios y valores, entre ellos y sobre todo, el mismo ánimo de libertad".

La celebración al día siguiente del Día del Libro coincide con el entierro de Cervantes y con la muerte de otro gran escritor, el inglés Shakespeare. Por este motivo, se eligió el día 23 de abril para recordar al hombre que nos dejó libros de tanta influencia para la cultura española e internacional como Don Quijote o La Galatea.

Mucha vida a las espaldas para contar y un don asombroso para acertar siempre con la expresión precisa hacen de Cervantes una fuente inagotable de sentencias, aforismos y frases ingeniosas que podrían llenar por sí solas un libro de citas.

- La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

- La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.

- Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.

- Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta. - Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.

- ¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?

- El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.

- Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.

- No hay cosa más excusada y aun perdida que el contar el miserable sus desdichas a quien tiene el pecho colmado de contentos.

- Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo.

- El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.

- Al bien hacer jamás le falta premio.

- Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

- Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.

- El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.

- La ingratitud es hija de la soberbia.

- Andan el pesar y el placer tan apareados que es simple el triste que se desespera y el alegre que se confía.

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