La ética del perdón, eje de la nueva Edades del Hombre en Cuéllar (Segovia)

  • Las iglesias de San Andrés, San Martín y San Esteban en Cuéllar acogerán este año la exposición de Las Edades del Hombre.
  • Bajo el título de 'Reconciliare', esta entrega hablará de la ética del perdón como el eje del relato.
La Reina Sofía junto al secretario general de Edades del Hombre, Gonzalo Giménez,y el comisario de la muestra, Miguel Ángel Barbado, en Cuéllar (Segovia).
La Reina Sofía junto al secretario general de Edades del Hombre, Gonzalo Giménez,y el comisario de la muestra, Miguel Ángel Barbado, en Cuéllar (Segovia).
Pablo Martín / EFE
La Reina Sofía junto al secretario general de Edades del Hombre, Gonzalo Giménez,y el comisario de la muestra, Miguel Ángel Barbado, en Cuéllar (Segovia).

Las iglesias mudéjares de San Andrés, San Martín y San Esteban acogen desde el pasado lunes en Cuéllar (Segovia) una nueva exposición de Las Edades del Hombre con la ética del perdón como eje de un relato que ha inaugurado la reina Sofía.

La madre de Felipe VI, acompañada del presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y del de la Conferencia Episcopal Ricardo Blázquez, ha realizado en una hora y media un viaje de nueve siglos (del XIII al XXI) a través de noventa y seis piezas fechadas en esas centurias, una fusión de arte antiguo y contemporáneo.

Reconciliare es el lema de esta nueva entrega de Las Edades del Hombre, vigésimo segundo eslabón de un movimiento cultural y religioso que el próximo año cumplirá tres décadas de exposiciones para mostrar el vínculo milenario entre Dios y el hombre a través del arte.

Son imágenes y objetos que hablan por sí mismos y juntos conforman una narración con un hilo conductor, en esta ocasión firmado por el sacerdote José Manuel Sánchez Caro -exrector de las universidades Pontificia de Salamanca y Católica de Ávila- que habla de la reconciliación y del perdón.

Fernando Gallego, Pedro y Alonso Berruguete, Juan de Juni, Gil de Siloé, El Greco, Juan Picardo y Luis Salvador Carmona figuran en la nómina de artesanos de la fe dentro de esta exposición que el obispo de Segovia, César Franco, ha percibido como un "medio de reconciliación entre pueblos e individuos", de forma especial en una sociedad "donde lo cristiano no goza de la estima que merece".

El arte como mensaje de reconciliación y perdón

Algo más de un centenar de piezas distribuidas en las tres iglesias configuran esta catequesis espiritual para el creyente, a la vez que expresión artística, y que "tiene en estos momentos el mayor sentido" como mensaje de reconciliación y perdón, "la única línea que puede salvar a la humanidad", ha explicado el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, presidente de la Fundación Las Edades del Hombre.

La muerte de Abel y la expulsión de Adán y Eva del paraíso son algunos de los pasajes elegidos para simbolizar el pecado, paso previo al arrepentimiento que derraman las lágrimas de San Pedro o el regreso del Hijo Pródigo, ambos como antesala de la misericordia que propone, entre otros ejemplos, la adúltera perdonada por Jesús y la Magdalena penitente.

Son episodios, fragmentos y parábolas de las sagradas escrituras que durante siglos, para favorecer su comprensión y diálogo permanente con el hombre, pintaron, miniaron, tallaron, esculpieron y modelaron diferentes artistas como Felipe Vigarny, Alejo de Vahía, y Narciso Tomé, también presentes en "Reconciliare".

Las piezas demostraban la existencia de una iglesia humana, al servicio de la sociedad y del más necesitado, con el amor y el perdón como referentes, con las que los feligreses dialogaban a través de la oración en las iglesias, catedrales, ermitas y monasterios donde se encontraban.

Siete catedrales: la de Burgos, Palencia, Salamanca, Segovia, Zamora, El Burgo de Osma y Ciudad Rodrigo han prestado piezas para el relato de Reconciliare, de igual modo que numerosas iglesias de ciudades como Toro (Zamora), Valladolid y Zamora, y de otros templos y museos de Cuenca, Toledo y Allariz (Ourense).

Se trata de tallas labradas en madera policromada, óleos, esculturas en alabastro y lienzo, y otros enseres, también procedentes de monasterios, museos, galerías, instituciones y colecciones particulares.

Todas las piezas y sus mensajes remiten a numerosos acontecimientos sagrados que la fe ha depositado en el alma de los cristianos para conferir sustancia a su existencia, imprimir sentido a la vida y a la muerte, y fortalecer su espíritu ante la adversidad, como plantearon en 1987 el sacerdote Jesús Velicia y el escritor José Jiménez Lozano al gestar esta serie de exposiciones.

Han sido veintidós entre 1988 y 2017, con más de cuatro mil obras que han visitado 11,1 millones de personas en 4.314 días de exposición, el equivalente a casi doce años de apertura continuada.

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