La sentencia a la que ha accedido Europa Press recoge que se le aplica en subtipo más atenuado "a la vista de la menor entidad del peligro causado y de las circunstancias concurrentes" ya que el riesgo por el incendio fue "leve" y "tan solo dos vecinas recibieron asistencia médica". Además, dice la sentencia fue también "leve" el estado de deterioro del inmueble y los daños causados.

A la hora de imponer la pena, el tribunal tiene en cuenta la eximente incompleta de trastorno mental atendiendo a la ezquizofrenia paranoide crónica que padece el acusado.

Durante el juicio celebrado el pasado 18 de abril, A.G.H. rechazó todos los cargos y dijo no acordarse de nada de lo que ocurrió en la madrugada del 9 de febrero de 2016.

"No me acuerdo de nada, pero yo no le he hecho daño en vida a nadie", indicó el acusado. Declaró que de lo único que tiene conciencia es de haber despertado en unidad psiquiátrica del Hospital Neurotratumatológico y de haber estado aquella noche en el portal que se vio afectado por el incendio de un ciclomotor y de un cochecito de bebé, lo que obligó a desalojar el bloque.

Pese a ello, el tribunal reconoce como hechos probados que fue A.G.H. el que prendió fuego a la motocicleta en la puerta del portal y también la puerta de uno de los pisos donde colocó un cochecito de bebé que también incendió.

Se apoya así en la declaración de los testigos que confirmaron que fue el propio acusado, ahora ya condenado, el que reconoció esa noche haber incendiado el portal y hasta señaló que había hecho "un buen trabajo" con el incendio. Otro vecino ha declarado que, aunque no lo vio, sí que lo escuchó decir a gritos esa noche que "todos iban a salir ardiendo".

Los hechos se sitúan en la madrugada del 9 de febrero de 2016, cuando el acusado, desde la calle, según la sentencia "estuvo piropeando" a la novia de un vecino en el momento en el que ambos se encontraban asomados al balcón.

Como le respondieron pidiéndole que se marchara y les dejara tranquilos, el acusado optó por abandonar el lugar no sin antes advertir al vecino que volvería. Y eso, según la sentencia, es lo que hizo. Sobre las 3,30 horas regresó hasta el inmueble y ya en su interior colocó un carrito de bebé en la puerta del vecino y le prendió fuego.

A continuación introdujo en el portal un ciclomotor y también le prendió fuego. Como consecuencia de esta acción se produjo un incendio en la planta baja "viéndose también afectada de hollín y humo toda la escalera y el edificio en general".

El fuego provocó "la intervención inmediata" de Bomberos, Guardia Civil y Policía Local, mientras que los vecinos del bloque se vieron obligados a desalojar el inmueble. Dos vecinas sufrieron una intoxicación por monóxido de carbono.

El acusado se encuentra actualmente en prisión preventiva a la espera del resultado del juicio y ha rechazado la posibilidad de cumplir la pena en un centro penitenciario psiquiátrico ya que su deseo es poder terminar de cumplirla en la prisión.