Hoteles atendidos por caras amables de androides, prototipos inimaginables en ferias, debates de calado en el mismísimo Parlamento Europeo... Los robots y su papel fundamental en la sociedad del mañana forman parte de la conversación de los españoles desde hace meses. Y con ellos, de una forma aún más acusada, la desconfianza.

Seis de cada diez ciudadanos (60,4%) opinan que muchos trabajos dejarán de existir en las próximas tres décadas porque serán realizados por máquinas, 8,3 puntos más que hace seis meses, según se refleja en la tercera ola de Ulises, el estudio sociológico de 20minutos elaborado por MyWord, dentro del apartado Detector de Transformaciones Sociales.

Esta visión se amplía, además, en determinados segmentos de la población, por ejemplo, entre los encuestados mayores de 64 años, que son los más desconfiados en el cruce por edades con un porcentaje del 68,1% y 13,4 puntos más.

Y también, entre las personas de clase media-alta (en el cruce por nivel socioeconómico), con un 67,1% y hasta 19,7 puntos más que hace seis meses. Son las de clase muy alta, en todo caso, las que lideran la tabla con un 70,3% que cree que los culpables directos de la desaparición de determinados puestos de trabajo serán los robots.

Algunos expertos matizan, no obstante, que más que acaparar empleos estos aparatos resolverán tareas puramente mecánicas y que su apariencia no tiene que asemejarse por obligación a la de un ser humano: los brazos quirúrgicos en medicina o los coches autónomos, tipo Tesla, son solo una muestra. Eso sí, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha avanzado en un informe que el 9% de los trabajos en todo el mundo podría ser automatizado.

Según datos de la Federación Internacional de Robótica, el número total de robots de uso profesional vendidos creció en 2015 un 25%, hasta las 41.060 unidades. La Eurocámara instó en febrero a la Comisión Europea a que proponga una legislación en este ámbito que contemple a la inteligencia artificial e incluya, entre otras cosas, la creación a largo plazo de una "personalidad jurídica específica" para los robots.

La eurodiputada socialista luxemburguesa Mady Delvaux, ponente en el grupo de trabajo del Parlamento que estudiará estas cuestiones, asegura que, en realidad, los androides es "lo que menos" les preocupa, ya que "se encuentran sobre todo en Japón". Sobre cómo abordar esta nueva coyuntura desde las instituciones, asevera: "Sabemos por dónde vamos a empezar, pero no dónde terminaremos".

Precisamente, la tecnología es la gran protagonista de los cambios que revela esta entrega del Detector respecto a la primera ola de Ulises, publicada en octubre de 2016 (en la segunda no hubo), y por encima de otras áreas como la economía, la ecología, o la revolución libertaria y de los valores.

En este sentido, los ciudadanos sí consideran que, aplicadas al campo específico de la seguridad, las nuevas tecnologías ayudarán a reducir la criminalidad: así lo afirma el 14,5% de los encuestados cuando se les pregunta por el futuro. Si bien son aún una minoría, registran una subida destacable de 3,9 puntos. En cuestión de género, además, están de acuerdo en mayor medida los hombres (17,8%, por encima de la media) que las mujeres (11,2%).

La seguridad, de hecho, es un tema sustancial para los españoles. Según las conclusiones del Índice de Ánimo Ciudadano (IAC) publicadas el martes en 20minutos, estos se sienten relativamente a salvo tanto a nivel personal como en su percepción de lo que ocurre en la sociedad, una sensación que además no ha empeorado con el tiempo; sin embargo, esta apreciación podría ser algo distinta si se hablara de los países del entorno.

Un 46,4% de los encuestados manifiesta que una sociedad ideal debería tener entre sus características esenciales la baja criminalidad y una garantía de seguridad, 5,9 puntos más que hace seis meses, el mayor incremento de toda la tabla (ver gráfico). Los recientes atentados terroristas cometidos en capitales europeas, como Berlín (diciembre, en un mercadillo navideño) o Londres (marzo, frente a Westminster), en fechas cercanas a la realización de Ulises, podrían haber contribuido a ello.

Este requisito, además, ha subido del cuarto al segundo puesto en el último medio año. No ha conseguido arrebatar el liderazgo, en cualquier caso, a la conciliación de la vida laboral con el tiempo familiar y de ocio, una cualidad básica en una sociedad para más de la mitad de los ciudadanos (50,4%).

En tercer lugar se sitúa el hecho de que cada persona tenga la oportunidad de llevar a cabo su proyecto de vida, independientemente de si nace en una familia rica o en una pobre (45,1%). Después, que exista libertad y tolerancia para vivir según las ideas y deseos de cada uno (43,1%) y que no haya grandes diferencias entre ricos y pobres (39,6%). A la cola, de nuevo y pese al drama interminable de los refugiados, que la sociedad sea acogedora con los que llegan de fuera (7,4%).

Otros de los acontecimientos que los españoles esperan para los próximos 30 años son la desaparición del dinero físico (47,3%), la merma de la clase media (46,4%) o la cura para enfermedades como el cáncer o el Alzheimer (44,7%).

Por otro lado, el 18,7% cree que la UE se desintegrará, el 15,6% opina que España será un Estado republicano y el 13,7% cree que Cataluña se independizará. Por último, el 37,5% considera que los espectáculos y festejos con animales se acabarán prohibiendo del todo.

La mitad de los españoles (50,6%) cree que las diferencias en el nivel de vida de directivos y trabajadores son muy grandes, 5,2 puntos menos que en octubre. De nuevo, destacan los votantes de Unidos Podemos (65,1%), muy por encima de la media. El resto: PSOE (57,2%), C’s (50%) y PP (27,3%).

Por otro lado, en los últimos seis meses ha disminuido el número de personas que cree que no existen diferencias en el nivel de vida de las personas que viven en ciudades o en pueblos: pasa de un 5,1% en octubre a un 2,9% en abril.

* Ficha técnica. Ámbito: nacional. Universo: población española de 18 años y más. Tamaño de la muestra: 1.002 entrevistas calibradas por sexo, edad, índice socieconómico, zona Nielsen y hábitat. En todos los casos, las cuotas se aplican en función de la población general. Error muestral: para un nivel de confianza del 95,5%, del +-3,1%. Trabajo de campo: entrevistas online a partir de un panel (internautas) de captación activa (solo por invitación). Fechas de realización del trabajo de campo: del 17 de marzo al 22 de marzo de 2017.