El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, advierte de que España no puede quitarse aún el "corsé de la austeridad", por lo que los Presupuestos para 2017 no incluirán ningún "anuncio sorpresa" que suponga volver a la "borrachera de gasto público" previa a la crisis o que ponga en peligro el crecimiento económico, situado en el 2,5%.

Montoro defendió este miércoles las cuentas públicas en el Congreso durante el debate de las enmiendas a la totalidad, un trámite que el Ejecutivo superará sin problemas gracias al respaldo de Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV y que permitirá pasar a la negociación de las adendas parciales a partir del jueves.

Esta nueva fase deparará pocas sorpresas, según el ministro, puesto que el Gobierno solo tiene tres prioridades: el pago de la deuda pública (situada en el 99,6% del PIB), el cumplimiento de los objetivos de déficit (3,1%) y la sostenibilidad del gasto social, que se incrementa levemente (+3,09% en pensiones, +1,7% en educación, +2,3% en sanidad, +4,9% en servicios sociales).Tampoco habrá nuevas alegrías porque "los ingresos son los que son".

"La recaudación tributaria va mejorando por la mejora de la economía. Nos preguntan si llegado el momento de quitarse el corsé de la austeridad. La respuesta es que ante la posibilidad de gastar más está la posibilidad de gastar mejor", detalló Montoro. "Hay que hacerlo de forma limitada y contenida", zanjó.

El responsable de Hacienda admitió que la recuperación económica no ha llegado a "todo el mundo". Sin embargo respondió a las críticas de la oposición por el recorte de inversiones en obras (-21%) o el escaso esfuerzo adicional para reducir la brecha social asegurando que los presupuestos "no maltratan a nadie", sino que se vuelcan en la creación de empleo y en el mantenimiento de los servicios públicos. "Algunos quieren una borrachera de gasto público. Hemos salido de la crisis y algunos ya quieren salir de copas para celebrarlo", censuró.

La afirmación provocó la reacción del PSOE, cuyo portavoz presupuestario, Pedro Saura, pidió al ministro que explicase la comparación "a los pensionistas que cobran una pensión de miseria y les va subir un 0,25%".  "Borrachera es la que se ha pegado el PP con la corrupción", añadió Irene Montero (Podemos), que denunció que las cuentas para este año consolidan las desigualdades sociales que disparó la crisis y son inútiles para crear empleo de calidad.

El portavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán, anunció que su grupo no presentará enmiendas tras el pacto alcanzado entre su formación y el PP para el reparto de 4.100 millones en virtud de su acuerdo de investidura.

Durante la defensa de su enmienda a la totalidad, el portavoz socialista, Antonio Hernando, ha rechazado las cuentas y ha dicho que la corrupción entorno a su partido ha cerrado las puertas del diálogo, al tiempo que ha reiterado la necesidad de derogar la reforma laboral porque impide que el crecimiento llegue a la población.

Hernando protagonizó un intenso cara a cara con Montoro: "Espero a ver a un gobierno sentado sobre un polvorín de corrupción, a un partido defendiendo en las instituciones a sus compañeros encarcelados y a dirigentes saqueando las empresas públicas y beneficiándose de amnistías fiscales para blanquear el dinero que han robado", dijo al ministro en alusión a los casos de corrupción.

Mientras que Patxi López, por su parte, confirmó que el jueves el PSOE mantendrá su oposición ya que, según ha subrayado, su partido "no puede avalar unas cuentas que dejan fuera de la recuperación a los ciudadanos". Además, criticó que no prevén la intervención en la economía productiva del país para crear empleos de calidad que, a su juicio, "están alejados de los contratos de explotación y salarios miseria que existen", así como la subida de las pensiones o que consoliden el adelgazamiento del gasto público sin aumentar los ingresos.

Desde Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, sus portavoces han pedido la dimisión de Rajoy y mientras Alberto Garzón ha criticado que el crecimiento económico sea compatible con "la miseria microeconómica", su compañero Alberto Montero ha afeado que el apoyo del PNV se haya logrado "a golpe de chequera".

Por su parte, Joan Tardá (ERC) ha considerado que el Presupuesto beneficia a las grandes corporaciones y empresas, es decir a "la corrupción legal, de las puertas giratorias", además de ser una radiografía de la "España centralista" y "de la mentira".

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, sin embargo, defendió el acuerdo alcanzado con el Gobierno para apoyar los Presupuestos de 2017 y aseguró que va a beneficiar a todos y cada uno de los vascos" y que va a garantizar y expandir "nuestro autogobierno".

Ciudadanos ha justificado su rechazo a las enmiendas porque los Presupuestos suponen un "cambio de rumbo" claro en las políticas sociales y de modernización del país y PNV ha puesto en valor su acuerdo, mientras UPN ha destacado su papel en la "estabilidad de España", Foro Asturias ha considerado que son buenos para el país y Coalición Canaria ha apelado a la "coherencia y responsabilidad".

Este jueves defenderán sus enmiendas a la totalidad el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDECAT) -porque persisten "muchas de las debilidades de la recuperación económica"-, Compromís -porque no "sirven a los intereses de los valencianos" y EH Bildu -por las "políticas corruptas, antidemocráticas y antisociales del PP"-.

También defenderá su enmienda de devolución Nueva Canarias, aunque su diputado Pedro Quevedo, cuyo voto podría ser clave para la aprobación de los Presupuestos, se ha mostrado dispuesto a negociar compensaciones a las islas durante el trámite de enmiendas.

El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, por su parte también dejó clara su opinión sobre el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). A su juicio, son "de resignación" en cuanto a la lucha contra el desempleo, pues las cuentas "no apuestan realmente por la reducción de la tasa de paro altísima que tiene España".