Roberta Marrero visibiliza la realidad de la transexualidad en el cómic 'El bebé verde'

  • 'El bebé verde' es la primera novela gráfica de la artista Roberta Marrero.
  • Con caligrafía infantil y formato de cuaderno escolar, la artista intercala recuerdos con la filosofía vital que ha ido construyendo acerca de la identidad de género.
  • La obra es un manifiesto de autoafirmación que remite al parnaso de héroes pop y underground que le ayudaron, desde niña, a defender el derecho a ser diferente.
Portada del cómic sobre transexualidad 'El bebé verde'.
Portada del cómic sobre transexualidad 'El bebé verde'.
Planeta de Libros
Portada del cómic sobre transexualidad 'El bebé verde'.

Coraje, osadía, catarsis... La artista transexual Roberta Marrero ha reseteado su archivo cerebral para su primera novela gráfica, El bebé verde, un manifiesto de autoafirmación que remite al parnaso de héroes pop y underground que le ayudaron, desde niña, a defender el derecho a ser diferente.

Centrada en su faceta de creadora plástica tras aparcar hace unos años la carrera musical -es autora de dos discos de electro pop y era habitual verla tras los platos como DJ-, Marrero es casi un icono del activismo feminista y del colectivo transgénero nacional, una voz disidente que opta por el arte visual como expresión de combate.

"Verde puede sonar a sinónimo de raro, pero es que, según mi familia, nací con un color verdoso, aunque como las fotos que tengo de entonces son en blanco y negro, no se aprecia", aclara la artista canaria.

En realidad, la idea de El bebé verde, su alter ego infantil, surgió de un taller de ilustración en los que Roberta debía resumir la extrañeza que sentía de que todo el mundo la tratara como un niño, a pesar de que ella se sintiera niña y, de paso, revelar los mecanismos que ideó para sobrevivir en un ambiente hostil: la España posfranquista de finales de los años 70 y principios de los 80.

"Cuando me puse a escribir y dibujar, pensé que era el momento justo para algo así, porque ahora las personas 'trans' estamos reescribiendo la imagen que hay sobre nosotras y nosotros, una imaginería que no ha sido creada por personas transexuales, sino desde el heteropatriarcado, y no con muy buenas intenciones", argumenta la autora, que acaba de presentar una exposición con dibujos y "collages" de toque punk en la galería barcelonesa Cromo.

Con caligrafía infantil y un formato de cuaderno escolar pautado de dos líneas, la artista intercala textos de recuerdos -algunos muy duros, como el bullying que padeció en el colegio o el "maricón" que le espetó su madre cuando era adolescente- con la filosofía vital que ha ido construyendo acerca de la identidad de género.

Pero sobre todo, esta novela gráfica, que lleva el subtítulo Infancia, transexualidad y héroes pop, es un homenaje: "Un libro para dar gracias a esas personas por las que he conseguido ser como soy", resume Marrero, que confía en que el libro sirva un poco "para pervertir" (ideológicamente hablando) a sus lectores.

Boy George, Morrisey, Siouxie, David Bowie, Marlene Dietrich, Patti Smith, el elenco completo del clásico El Mago de Oz, la familia Adams o los Monster son algunos de los nombres de la cultura popular que hicieron de la diferencia su marca de agua y que desfilan por las páginas del libro de Marrero con otros menos conocidos pero igualmente "raros", los directores de cine Kenneth Anger y Ed Wood, el ocultista Aleister Crowley, Candy Darling...

"Son personas que tenían un mensaje de 'aquí estoy yo y no me quiero amoldar al mundo, que el mundo se amolde a mí'; me parece que para todos aquellos que somos 'el otro' o 'la otra', las mujeres en general, los gays, las lesbianas, los negros, los gitanos, los 'trans'... a todos los que no son un hombre heterosexual blanco, y a ser posible rico, nos viene muy bien tener en la cabeza los discursos de todas estas personas diferentes", defiende.

Sin duda, la principal influencia, a pesar de que Roberta no se considere artista pop, es Andy Warhol, por su visión del mundo "nihilista y siniestra", contraria al color de los lienzos.

El bebé verde (Lunwerg), que se abre con un prólogo de la escritora y fan francesa Virgine Despentes, es su segundo libro tras Dictadores (2015), una compilación de dibujos de "grandes tiranos". Y es que, junto a la cultura popular religiosa, el uso que el fascismo hacía de las imágenes es otra obsesión de Marrero.

La artista canaria, que publicó la novela gráfica como "duelo" tras el fin de un matrimonio y su regreso a España después de vivir 5 años en Dinamarca, lamenta que los transexuales hayan sido apartados incluso de la historia oficial del movimiento por los derechos de la comunidad LGBT.

"Estoy un poco cansada de oír a algunos gays que van a programas de televisión decir que están ahí para demostrar que no todos los gays tienen pluma. A ver, a los que pegaban palizas cuando no había derechos para el colectivo era a los transexuales y a los gays con pluma, que fueron los primeros a salir a manifestarse por los derechos", recalca.

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