Titirimundi irrumpe en Segovia reivindicando la misión crítica de los títeres

Segovia durante la celebración de Titirimundi.
Segovia durante la celebración de Titirimundi.
EUROPA PRESS
Segovia durante la celebración de Titirimundi.

Centenares de marionetas cobran vida como cada mes de mayo en las plazas y calles más emblemáticas de Segovia con el XXXI Festival Internacional de Títeres que esta edición hace un repaso por su historia recuperando obras y reivindicando la función más crítica del teatro de marionetas.

La defensa de la libertad de expresión es una de las banderas de este año, ya que, según ha detallado el director del festival, Julio Michel, últimamente se está "atacando de forma frontal" cuando, a su juicio, tanto el teatro como otras artes "son herramientas para la crítica y reflejo de la sociedad".

En este sentido, ha explicado en una entrevista que Titirimundi lleva más de 30 años acogiendo espectáculos transgresores, satíricos y críticos pero "nunca han creado problemas ni escándalos" porque en Segovia tanto el público como los políticos han sido "suficientemente inteligentes para entenderlos", ha sentenciado.

De hecho, ha destacado la labor en este aspecto de los maestros de los títeres de guante Rod Burnett, recientemente fallecido y al cual se rendirá homenaje con la proyección de su obra Punch & Judy, y Salvatore Gatto con Pulcinella, que tras más de 25 años se han convertido en "píldoras necesarias contra la hipocresía y el cinismo social" en Titirimundi.

"Los protagonistas de estas obras son rebeldes, libertinos, con una maldad intrínseca y se revelan contra las instituciones, pero sólo se trata de una representación catártica que libera los malos sentimientos a través de la risa", ha asegurado.

Los títeres, más vivos que nunca

Esta edición de Titirimundi arranca con las entradas para muchos de los 425 espectáculos ya agotadas, y es que, según ha confirmado Michel, tres horas después de abrirse la venta ya se habían vendido más de 3.000 y a las cuatro horas "se colapsaron los servidores".

Una tendencia que, tal y como ha indicado, "corrobora la capacidad de convocatoria" de este evento que cuenta con un público fiel e involucrado, a pesar de que la escasez de presupuesto ha provocado que "la demanda de espectáculos sea mayor que la oferta".

Por eso, este año con el fin de satisfacer a los cerca de 60.000 visitantes que se esperan, si el tiempo acompaña, se ha apostado por llevar más espectáculos a las calles y plazas y por incrementar el número de funciones, pasando de las 280 en 2016 a las 425 de esta edición.

En cuanto al programa, Michel lo ha definido como "un conjunto de reposiciones que vuelve la vista al pasado" ya que la mayoría de los espectáculos ya se han mostrado en Titirimundi, pero por su "interés y su calidad" regresan a Segovia.

Eso sí, ha insistido en que "es unos de los festivales con más interés artístico hasta el momento", debido a la "cuidadosa selección" de los espectáculos y de las compañías, 37 de las más de 2.000 peticiones que ha recibido la organización a lo largo del año, según ha confirmado su director.

Además, ha destacado que, por primera vez en la historia de Titirimundi, hay más compañías españolas que extranjeras y eso se debe, en su opinión, a la enorme evolución del teatro de títeres en España que hace poco más de 30 años "languidecía y estaba al borde de la desaparición" y hoy se encuentra "al nivel de las artes de la marioneta internacionales".

Tradición y vanguardia se unen en este mágico festival en el que los sueños de pequeños y mayores penden de un hilo, un encuentro de artistas que sirve de escuela para unos y de disfrute para otros y que gracias a un ecléctico programa demuestra que los títeres "están más vivos que nunca".

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