La victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas ha sido especialmente contundente en la Comunitat Valenciana, donde el presidente de la Generalitat y líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, se había decantado por Susana Díaz. Sánchez obtuvo el 63,07% de los votos (9.552 sufragios), frente al 28,02% de la presidenta andaluza (4.272 sufragios) y el 8,71% (1.318 votos) de Patxi López. En la provincia de Valencia, donde el "sanchista" José Luis Ábalos ejerce de secretario general, el triunfo de Pedro Sánchez es aún más acusado, con un 68,23%.

La derrota del susanismo causó anoche una honda conmoción entre los cuadros dirigentes del socialismo valenciano, que se habían alineado con Díaz. El presidente valenciano queda en una situación incómoda, con una relación personal que se había interrumpido desde la dimisión en bloque de 17 miembros de la ejecutiva federal, en la que Puig participó, para forzar la caída de Sánchez. Puig reprochó en su día a Sánchez que no permitiera la entesa valenciana al Senado con Compromís y Podemos, emulando así la fórmula del Pacto del Botánico que dio origen al actual Consell. El partido a nivel autonómico queda además, dividido a nivel interno y con una fractura entre los cuadros dirigentes y las bases.

Puig, ha felicitado este lunes por su "victoria inapelable" en las primarias del PSOE a Pedro Sánchez, de quien ha dicho que es su secretario general y "desde la lealtad" van a trabajar y ayudar para que el partido tenga una alternativa "potente y amplia". En declaraciones a los medios de comunicación, Puig ha admitido que tenía una "preferencia" -en referencia al apoyo que dio a Susana Díaz-, pero ha destacado que "lo fundamental era que los militantes decidieran y han decidido".

"Yo tomé partido porque creo que hay que tomar partido, pero lo que se elegía ahora era el secretario general del PSOE", y una vez elegido este, es "de todos los militantes y así debe actuar él y debemos actuar todos los demás", ha indicado el también president de la Generalitat. Ha admitido que en el resultado de las primarias ha habido "una diferencia mayor de la que podía esperar", pero ha sido la decisión de los militantes, y ha indicado que ahora hay que "mirar hacia adelante y ser conscientes de cada uno de los errores" cometidos.

A juicio de Puig, estas primarias no le debilitan porque su legitimidad está basada en su acción tanto de gobierno como de partido, y eso se verá en los próximos meses cuando se produzca el congreso autonómico, y ha defendido que ha llevado a cabo un proyecto de partido "inclusivo", donde no ha "excluido a nadie". Preguntado sobre qué tiene que cambiar para mejorar la relación con Sánchez, Puig ha opinado que todos deben aprender de los propios errores y tener "buena voluntad", y ha añadido que espera lo mismo de la dirección estatal: una "lealtad de ida y vuelta".

Puig ha adelantado que va trabajar para que "no haya ningún tipo de desajuste, sino todo lo contrario", con la nueva dirección del PSOE, y ha indicado que habrá "coincidencia" y plantearán "la mejor acción conjunta posible" ante la infrafinanciación y la infrainversión que sufren los valencianos.  "Yo desde luego estoy en la mejor disposición para colaborar y para trabajar conjuntamente", porque sea quien sea el secretario general "lo fundamental son los valencianos", ha dicho Puig, para quien ahora hay que trabajar con lo que han elegido los militantes y mirando a la sociedad, no con debates endogámicos.

Puig ha considerado que pueden ayudar a Sánchez a implementar en el futuro las políticas progresistas que ya hace dos años se aplican en la Comunitat Valenciana, y a que "se reoriente" la política territorial de España desde una sistema de financiación justo y "una mirada más de la España diversa y plural".

Ha indicado que estarán siempre a disposición del secretario general y dispuestos a ayudar a que el PSOE pueda tener una alternativa "para la inmensa mayoría de ciudadanos", en un momento en que el PP está en una "crisis de identidad profunda" y en que no puede haber alternativa "seria y rigurosa" en España sin el PSOE.  Preguntado sobre la diferencia que ha habido entre los avales y los votos, Puig ha indicado que los militantes "tienen derecho a cambiar de opinión" durante la campaña y que se trata de una decisión personal, no de una "cuestión de dirigentes y bases".