Los nueve miembros de un jurado popular han declarado por unanimidad a O. A. culpable de matar de un martillazo en su casa a su novia en la madrugada del 25 de enero de 2012, a la que tiró después a una alcantarilla de Pinto (Madrid).

En relación al segundo de los acusados, J. B., el jurado también ha considerado que es culpable de encubrimiento aunque al aplicarle la circunstancia eximente de miedo insuperable resultará absuelto, informa el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El Ministerio Público solicitó por asesinato para el primero de los procesados veinte años de prisión y para el segundo uno por encubrimiento en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid.

Según la Fiscalía, O. A. mantenía una relación sentimental con la mujer, que vivía con sus padres, aunque a partir de septiembre de 2011 comenzó a pasar las noches en el domicilio del acusado, una casa en la que había otra habitación ocupada por Julio B.J. y su pareja.

Sobre las tres de la madrugada de aquel día, por motivos no aclarados, O. A. decidió acabar con la vida de su novia, y sin que ella pudiera defenderse, la atacó propinándole con un martillo un fuerte golpe en la parte de atrás de la cabeza, lo que le ocasionó una fractura craneal y consecuentemente la muerte instantánea.

Minutos después O. A. despertó a J. B., que estaba dormido en su habitación, le llevó a la cocina, le contó los hechos y le exigió con amenazas de represalias que le ayudara a deshacerse del cuerpo sin vida de la mujer.

De esta forma los dos hombres sacaron el cadáver de la casa y lo introdujeron en la parte de atrás del automóvil. Posteriormente, J. B. subió de nuevo a la casa, recogió a su novia, que se encontraba aún en su habitación, y por miedo a O. A. abandonaron el lugar.

Por su parte, O. A. condujo el automóvil lejos de la casa y se deshizo del cuerpo de la mujer tirándolo a una alcantarilla, según mantuvo la Fiscalía. En los días siguientes, O. A. logró obtener 1.300 euros vendiendo precipitada y de forma fraudulenta el coche y huyó de España. El 27 de febrero de ese mismo año unos operarios del Ayuntamiento de Madrid hallaron el cadáver en la alcantarilla.

J. B. y su compañera sentimental narraron dos días después a la Policía todo lo sucedido y O. A. fue localizado en la República Dominicana, cuya Corte Suprema resolvió el 8 de junio de 2015 su extradición a España, donde se encuentra en prisión.